Un gesto tan simple como un beso puede cambiarlo todo

Por Jorge López
El beso es un gesto que forma parte de la naturaleza humana, uno de los primeros aprendizajes afectivos que adquirimos en la infancia y que se mantiene a lo largo de toda la vida, en diversos contextos y formas. Desde los besos maternales hasta los que se dan entre amigos o en una relación de pareja, el acto de besar tiene implicaciones que van más allá de un simple contacto físico.
“Besar es una expresión de afecto que conlleva múltiples beneficios psicológicos. Estudios recientes indican que este acto libera neurotransmisores como la oxitocina, dopamina y endorfinas, los cuales generan sensaciones de placer y bienestar emocional”, explica Carlos de la Barra Cadíma, docente de la carrera de psicología en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Cada 13 de abril se celebra el día internacional del beso, una fecha que nació como homenaje al beso más largo de la historia registrado en Tailandia, con más de 58 horas. Pero más que el gesto romántico o del simbolismo emocional que suele tener, besar también trae beneficios que van directo al bienestar mental y psicológico.
Un alivio al estrés y la ansiedad
Investigadores de la Universidad Médica de Viena (Austria) encontraron que los abrazos y besos pueden aliviar el estrés y la ansiedad, reducir la presión arterial y mejorar la memoria, debido al aumento de la oxitocina, conocida como la «hormona del amor». Cuando se libera durante un beso, genera una sensación de conexión y confianza, lo que contribuye a disminuir los niveles de estrés y a mejorar el bienestar general.
“Además, besar puede fortalecer los vínculos afectivos, mejorar el estado de ánimo y reducir los niveles de estrés y ansiedad”, añade el docente.
Más allá de los beneficios fisiológicos y emocionales inmediatos, besar tiene implicaciones duraderas para la salud mental. Cuando un beso se da dentro de un contexto de afecto y cariño, tiene la capacidad de fortalecer la autoestima de una persona. En una relación romántica, los besos frecuentes funcionan como un recordatorio del amor y la atención mutua, reafirmando el compromiso emocional entre dos personas.
“Los besos, al ser manifestaciones de cariño y aceptación, refuerzan la percepción de ser valorado y amado, lo que potencia la autoestima. En relaciones románticas, fortalecen el vínculo afectivo y la confianza mutua. En contextos familiares o de amistad, los besos pueden consolidar lazos emocionales y generar una sensación de pertenencia y seguridad”, declara el profesional psicólogo.
Facilitan conexiones emocionales sólidas
Además, los besos no solo son importantes en el contexto de una relación amorosa. En muchos casos, los besos entre padres e hijos, entre amigos o incluso entre abuelos y nietos son fundamentales para mantener una conexión emocional sólida. El beso en la mejilla de una madre, por ejemplo, no solo transmite cariño, sino también protección y consuelo.
“En relaciones románticas, los besos suelen intensificar la intimidad y el deseo, fortaleciendo la conexión de pareja. En el ámbito familiar, expresan amor y protección, contribuyendo a la seguridad emocional. Socialmente, en culturas donde es común besar como saludo, puede fomentar sentimientos de aceptación y cordialidad”, agrega De la Barra.
No es raro que algunas personas se sientan más conectadas con los demás a través del acto de besar que mediante las palabras. A veces, las palabras pueden ser insuficientes para expresar el cariño, el respeto o la solidaridad. En estos casos, un beso sincero y lleno de afecto puede transmitir mucho más que una conversación entera. Un beso puede expresar empatía, apoyo, alegría, consuelo o amor de una manera que las palabras no siempre logran capturar.
De acuerdo con un artículo publicado por Best Health Magazine, besar puede aliviar el dolor de cabeza y los cólicos debido al aumento del flujo sanguíneo y la disminución de los niveles de cortisol. Además, la liberación de oxitocina durante el beso promueve la relajación y el bienestar general.
Sin embargo, es importante reconocer que el beso también puede tener implicaciones emocionales complejas en situaciones donde no existe un consentimiento mutuo o cuando el acto de besar se ve envuelto en dinámicas de poder o manipulación emocional.
El consentimiento y el respeto mutuo son fundamentales para que un beso tenga efectos positivos en la salud mental.
“En momentos de crisis, un beso puede servir como una fuente inmediata de confort y apoyo emocional, facilitando la liberación de hormonas que promueven el bienestar y reducen el estrés. Este acto de cercanía puede fortalecer la resiliencia psicológica al recordar a la persona que cuenta con redes de apoyo y afecto, elementos clave para afrontar y superar adversidades”, concluye De la Barra.
A lo largo de la historia, el beso ha sido un símbolo de amor, pero también una herramienta poderosa de conexión emocional y bienestar psicológico. Finalmente, desde la liberación de hormonas que fomentan la felicidad hasta su capacidad para reducir el estrés y mejorar la autoestima, besar tiene un impacto directo sobre la salud mental.