La sostenibilidad es un elemento que cobró mayor vigor a la hora de planificar paseos o vacaciones. Los nuevos turistas buscan reducir el impacto que dejan en el medioambiente e incluso buscan aportar en su conservación tal como se practicó en el Bosquecillo de Auquisamaña. Los estudiantes de Unifranz no sólo descubrieron un área protegida municipal, sino que plantaron medio centenar de arbolitos para su conservación.
“El turismo sostenible apunta a generar actividades que generen un impacto mínimo en el medioambiente. Por ello vimos la necesidad que más de 60 estudiantes y docentes, además de contribuir con la generación de rutas turísticas urbanas, comprenden cómo determinadas actividades influyen directamente con su entorno”, afirmó Gianmarco Fiol Beltrán, director de la carrera de Administración de Hoteleria & Turismo.
El turismo sostenible busca desarrollar su actividad generando un impacto mínimo sobre el medioambiente o que se pueda ayudar a su regeneración. Es decir, se trata de fomentar un turismo respetuoso con el ecosistema, con mínimo impacto sobre el medioambiente y la cultura local.
Los jóvenes conformaron la brigada “Duendes Verdes” y se reunieron el pasado fin de semana para promover el turismo sostenible. Organizaron un pequeño circuito turístico en el “Área Protegida Municipal Bosquecillo y Serranías de Auquisamaña” en el que brindaron una experiencia práctica en turismo, abordando áreas como transporte, guía, alimentación, recreación, y también contribuyeron al cuidado del medio ambiente plantando medio centenar de arbolitos.
La dirección de Áreas Protegidas, Bosques y Cambio Climático (DAPBCC) de la Alcaldía de La Paz respaldó la iniciativa y proporcionó los árboles, el hidrogel, herramientas, abono y una capacitación para que llevaran adelante esta actividad.
Pamela Avilés, una de las estudiantes que participó del evento le resultó la experiencia “gratificante” porque no sólo diseñaron un circuito turístico, sino que ayudaron a preservarlo. La actividad también sensibilizó a los participantes sobre el cuidado del agua, la importancia de mantener los parques naturales y conocer el arduo trabajo de los agricultores.
Los jóvenes también se comprometieron a visitar periódicamente el lugar para cuidar y regar los árboles plantados y programaron una segunda visita a fin de mes como parte de la actividad curricular de la materia de Programación Turística.
Los futuros profesionales desarrollan su aprendizaje a través de analizar las nuevas tendencias del turismo, la dinámica del sector, el desarrollo de productos, propuestas de destinos y experiencias. Todo se complementa con las habilidades blandas vinculadas a la organización, investigación y planificación de proyectos.
Estos aprendizajes transdisciplinarios se vinculan a las dos menciones de la carrera. La primera es Tech Tourism, enfocada en innovadoras propuestas y proyectos sustentados en las nuevas tecnologías de información y comunicación; y la segunda a Gestión Hotelera, donde los futuros profesionales desarrollan habilidades para la brindar servicios especializados y personalizadas en el ámbito hotelero, combinando tecnología y liderazgo.
¿Cuáles son las claves del turismo sostenible?
La Organización Mundial del Turismo (OMT) estableció tres claves para alcanzar este nuevo modelo de turismo:
Primero, optimizar los recursos medioambientales. Sin ecosistema no hay turismo, por ello es importante cuidar el entorno natural. Sólo conservando los recursos naturales y cuidando la diversidad biológica es posible que pueda haber turismo.
Segundo, la autenticidad de la cultura local. Un factor fundamental para entender un lugar es su gente, los valores tradicionales de la comunidad anfitriona, su cultura, la arquitectura. Sin el respeto hacia la cultura, el turismo no puede ser sostenible.
Tercero, la distribución de la riqueza. La economía es otro de los factores fundamentales dentro del turismo: garantizar actividades económicas que perduren en el tiempo y que haya equilibrio en la distribución de los beneficios socioeconómicos.