Por Diego And´res Sabat
En Bolivia cada mes, más de cinco mil cuatrocientas personas reciben tratamiento de hemodiálisis, según el Ministerio de Salud del Estado Plurinacional. Este cuidado paliativo ayuda a los pacientes que dejaron de tener un óptimo funcionamiento de los riñones y necesitan de máquinas especiales que cumplan la función de los órganos, mientras esperan un trasplante que tarda mucho en llegar. Para ellos, la atención integral puede hacer una gran diferencia en la mejora de su calidad de vida y felizmente, los médicos hoy en día están convencidos que está es una parte fundamental del tratamiento.
“Un paciente recibe un tratamiento que dura cuatro horas. Es evidente que tiene muchos problemas en todas las esferas, más allá de lo físico, la condición impide que pueda llevar una vida normal, los retira de la fase productiva, pues hemos evidenciado que la familia los va relegando y dejando a un lado” explica la Doctora Ximena Salinas, graduada de Medicina de Unifranz y Directora de Lex Artis, centro especializado en hemodiálsis que apuesta por la atención integral para el paciente con hemodiálisis
“Durante la hemodiálisis, se bombea la sangre a través de un filtro conocido como dializador, fuera del organismo. El dializador también se conoce como riñón artificial, durante el proceso, verifica la presión arterial y controla qué tan rápido fluye la sangre a través del filtro y se extrae el líquido del organismo” explica un estudio del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades del Riñón en su página web.
Cada caso es diferente y cada paciente es único. Pero hay elementos en común que afrontan los pacientes que reciben este tratamiento durante la convalecencia. Doña Martha en una entrevista publicada en Opinión, explica cómo debe asistir a sus sesiones de hemodiálisis pasado un día, es decir de los siete días de la semana pasa cuatro conectada a una máquina durante cuatro horas.
Mientras Julio Cesar, que recibe tratamiento en La Paz, desde hace tres años no sale del Hospital debido al avanzado estado degenerativo de la enfermedad, que ha dañado el sistema inmune, modificado su dieta y hábitos de vida. Cada día solo puede recibir 500 gramos de comida, estando sujeto a una dieta hipoproteica e hiponatremica, es decir limitar el consumo de proteína y alimentos con sodio, para así, reducir la cantidad de toxina que ingresa al torrente sanguíneo debido al mal funcionamiento linfático.
Tan solo en La Paz, 96 personas descubren cada mes que necesitan este tratamiento, según el Servicios Departamental de Salud, que lamentablemente es prescrito para enfermedades crónicas que implican un cambio de 180° en la vida del convaleciente. “Son pacientes que no reciben la atención de su familia, por lo tanto, requieren muchísima contención emocional por supuesto en la esfera social, […] son pacientes que debido a estos factores pueden entrar en una depresión tan profunda que en muchos casos les hace dejar los tratamientos y la atención”, reflexiona la Doctora Salinas al mostrar el escenario en el cual trabajan los especialistas de Lex Artis.
Lex Artis significa buenas prácticas en la jerga médica, bajo ese concepto los Doctores Ximena Salinas y Néstor Rocha Saravia, graduados de Medicina de Unifranz, junto a otros profesionales en distintas áreas crearon el centro médico enfocado en el tratamiento integral de los pacientes que reciben hemodiálisis.
“Hablar de un cuidado integral de la salud va referido a un campo de trabajo transdisciplinario más allá de la medicina, también abarca la psicología, la nutrición y el fortalecimiento de las relaciones sociales, no solo para el paciente, también para su familia”, explica la Doctora Salinas al destacar el valor diferencial de la institución, “desde el punto de vista social tenemos que tener la certeza que la familia no excluirá al paciente, al contrario, tienen que ser integrados a su entorno. Nosotros trabajamos en ese ámbito, manejamos a nuestros pacientes de forma tal que la familia los acompañe y los entienda”, refuerza la Directora del centro médico.
Los médicos formados en UNIFRANZ, además de reforzar el conocimiento científico, dan mucha importancia al lado humano de la medicina. “Destaco mi formación en Unifranz, que además de darme muy buenos colegas, me dio buenos docentes que me enseñaron a no rendirme y entender al paciente desde un lado más humano”, finaliza la profesional.
Para Julio Cesar y Martha la única solución es el trasplante renal, lamentablemente en Bolivia no existe una cultura de donación de órganos, y se mantiene una normativa legal difusa respecto a este procedimiento. Los Doctores Salinas y Rocha están convencidos que la medicina debe ser abordada desde la empatía, para desarrollar un tratamiento integral del paciente, no solamente afrontando la enfermedad, también entendiendo el entorno emocional, social y familiar del convaleciente, buscando su bienestar.
Los profesionales en Medicina formados en UNIFRANZ, además de tener las habilidades y el conocimiento científico aplicado al bienestar de sus pacientes, desarrollan y fortalecen sus habilidades blandas, como parte esencial de su formación. Conoce más sobre la carrera ingresando al enlace: