¿Cómo ha cambiado el concepto de productividad?

¿Cómo ha cambiado el concepto de productividad?

Por Manuel Filomeno

Jornadas laborales más cortas, pero más eficientes, horarios flexibles, tableros de objetivos, la productividad en los entornos laborales ha evolucionado con el paso del tiempo, sin embargo, en algunos ámbitos el cambio aún es resistido. 

Atrás quedaron los conceptos que señalaban que a más horas trabajadas, más productivo un colaborador y fueron reemplazados por metodologías que ponderan los objetivos y permiten más tiempo libre para los empleados.

“Existen jefes que piensan que las personas más productivas son las que trabajan más horas, pero esto no es así, la productividad se va al desarrollo de objetivos específicos, que sean considerados estratégicos para la empresa, estos objetivos se desarrollan a través de metas y tenemos que tener planes de acción para cumplir estas tareas”, explica Pablo Aramayo, experto en gestión de talento humano y docente de la carrera de Administración de Empresas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

De acuerdo con Aramayo, en el pasado se consideraban las horas trabajadas como un indicador del trabajo que realizaban los empleados o colaboradores de las empresas; sin embargo, no se realizaban mediciones reales de la productividad de los trabajadores.

“Antes y, todavía actualmente, en muchas oficinas se opta por medir las horas trabajadas, pero es un sistema que tiene muchas fallas, por ejemplo, se mide a la hora en la que entran los trabajadores y está bien visto un trabajador que entra a la hora estipulada, pero no se miden las horas que pasan por encima del horario laboral”, expresa.

En este escenario, indica el experto, un trabajador podía llegar cinco minutos tarde e irse dos horas después del fin de su jornada y ser visto como un trabajador poco productivo, mientras que otros trabajadores que llegaban a tiempo, pero que no realizaban ninguna tarea durante la mañana eran vistos como empleados modelo.

“Teníamos una concepción equivocada de lo que es aportar a la empresa. Muchos trabajadores llegaban y leían el periódico por dos horas antes de empezar a trabajar, pero como llegaban a tiempo nadie cuestionaba su profesionalismo y trabajo”, agrega.

Esto se tradujo en jornadas laborales más largas y en menos objetivos cumplidos.

“Lamentablemente, o las funciones están mal distribuidas y los trabajadores son sobreexplotados o, realmente, el trabajo es muy desordenado o hay gente que prefiere quedarse para cumplir”, manifiesta.

El enfoque de “mientras más tiempo trabajas es mejor” ya no tiene validez, dice Aramayo y tiene que cambiarse a «mientras consigas los objetivos, tu productividad es alta, entonces mejor trabajas”, es decir que el cumplimiento de objetivos es mucho más importante que el horario de trabajo.

“En este contexto, durante la pandemia se ha visto que los trabajadores, sin tener que pisar la oficina han tenido mejores resultados, esto muestra que el cumplir horarios no es determinante a la hora de medir la productividad”, dice.

 

¿Cómo ha cambiado el concepto de productividad?.

 

Nuevo paradigma

“Con el cambio de paradigma sobre el trabajo lo que ahora está en la idea de las empresas es que nos concentremos en los objetivos que son importantes dentro de las distintas áreas y cómo se pueden enfocar, lograr y medir estos hitos”, explica el experto.

Aramayo sostiene que es importante reconocer que existen cargas adicionales en los trabajos, como la realización de trámites u otros procedimientos que no generan valor directamente, pero que son necesarios para el funcionamiento de la empresa. Sin embargo, es importante concentrarse en aquellos objetivos que aportan posicionamiento, que generen un nivel de producción mayor o mayores ventas.

Para lograr esto, acota, es importante que los objetivos estén bien definidos y se les asignen tiempo, de esta manera su consecución puede ser medida de manera eficaz, para esto son muy útiles los tableros o “dashboards”, los cuales listan las tareas específicas, sus objetivos y el tiempo en el cual deben ser completados.

“El trabajo tiene que ser organizado y bien determinado, porque si al empleado se le da un trabajo desorganizado, apuntamos a todo lado, hacemos todo, pero al final no hacemos nada, entonces la productividad tiene que estar ligada a eso con indicadores. Para esto se hacen diferentes dashboards, donde está la información que es pertinente para cada área y para la empresa en general”, explica.

Asimismo, según el experto, es importante aplicar diferentes enfoques a las diferentes áreas de trabajo.

“No es lo mismo un obrero que un administrativo o que una persona que realiza un trabajo más creativo. Los enfoques van a variar en los tres casos. Mientras que los horarios son importantes en el caso de los obreros, porque realizan tareas mecánicas y sencillas bajo un horario y su fuerza es necesaria a lo largo de la jornada; en el caso de un administrativo, éste tiene mayor flexibilidad siempre y cuando cumpla con sus objetivos y para al creativo se le puede dar aún más libertad con los horarios porque su labor así lo requiere”, concluye.

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