Storytelling en educación: el arte de enseñar contando historias

El aula del siglo XXI, donde los estudiantes están expuestos a estímulos digitales constantes, captar y mantener su atención es uno de los mayores retos de los docentes. Es aquí donde el storytelling, o arte de contar historias, se ha convertido en una herramienta pedagógica poderosa que transforma la forma de enseñar, aprender y conectar emocionalmente con el conocimiento.
“La técnica del storytelling, ayuda muchísimo para el tema de la conexión directa con este tipo de audiencias, es el nexo con los jóvenes”, sostiene Cesar Salamanca, docente de Publicidad Y Marketing de Unifranz. Los docentes innovadores han incorporado esta herramienta como estrategia para fomentar la participación.
El storytelling (narración de historias) es una herramienta pedagógica poderosa en educación, que combina la transmisión de conocimientos con el engagement emocional, promoviendo el aprendizaje significativo.
Esta herramienta en educación no es simplemente narrar cuentos, sino estructurar los contenidos de manera que despierten interés, generen empatía y construyan significado. Desde matemáticas hasta historia, pasando por ciencias y literatura, el uso de historias permite contextualizar los temas y darles una dimensión humana que favorece la comprensión y la retención.
Numerosos estudios confirman que el cerebro humano recuerda mejor la información presentada en forma de historia que en datos aislados. Al activar zonas relacionadas con las emociones y los sentidos, las narrativas favorecen el aprendizaje significativo. Por eso, cada vez más docentes integran personajes, conflictos y soluciones en sus clases, haciendo que los estudiantes vivan la experiencia del conocimiento.
Un estudio de la Universidad de Stanford (McCabe & Peterson) encontró que los estudiantes, que aprenden a través de narrativas, retienen hasta el 20% más de información comparado con métodos expositivos tradicionales. Las historias activan áreas del cerebro asociadas con la memoria (hipocampo) y la empatía (corteza prefrontal), facilitando conexiones emocionales con el contenido.
De la misma manera, un meta-análisis publicado en Journal of Educational Psychology, revisó 30 estudios y encontró que el storytelling incrementa la motivación esencial en un 30% en los estudiantes desde primaria y secundaria. Las narrativas convierten el aprendizaje en una experiencia inmersiva, reduciendo el abandono en asignaturas complejas como matemáticas o ciencias.
“Cuando hablamos de jóvenes, lo más básico es entender que estas generaciones nuevas, lógicamente necesitan un discurso claro, directo, real, sin mucho adorno, como pasaba con generaciones anteriores”, sostiene Salamanca.
Por ejemplo, en un instituto en Colombia, un profesor de historia implementó el storytelling para enseñar la Segunda Guerra Mundial. Los estudiantes crearon narrativas desde la perspectiva de civiles, soldados y víctimas, lo que resultó en un aumento del 30% en la participación en clase y una mejor comprensión de las consecuencias humanas del conflicto, según evaluaciones del docente.
Incluso, esta herramienta se adapta perfectamente al aprendizaje digital. Plataformas educativas como Khan Academy, TED-Ed o incluso podcasts educativos, usan narrativas envolventes para explicar conceptos complejos de manera accesible. Los videos animados con personajes, tramas y problemas a resolver captaron la atención de forma más efectiva que las clases tradicionales.
Otro caso, en la Universidad de los Andes (Chile), un curso de sociología incorporó “digital storytelling” para que los estudiantes crearán videos narrativos sobre problemas sociales locales. El proyecto aumentó el compromiso estudiantil en un 35% y mejoró la capacidad de análisis crítico, según retroalimentación de los profesores.
“Al involucrar a los estudiantes en narrativas envolventes, se promueve una mayor interacción con el material, se estimula el pensamiento crítico y se fomenta la creatividad. Además, el storytelling puede ayudar a los educadores a abordar temas sensibles o complejos de manera accesible y respetuosa”, explica Luis Antonio Parada, miembro de la Jefatura de Enseñanza y Aprendizaje (JEA) de Unifranz.
En la formación docente, el storytelling también tiene su lugar. Los educadores comparten experiencias propias que inspiran, orientan y humanizan la labor educativa. Este enfoque narrativo fortalece la comunidad educativa y brinda herramientas reales a futuros maestros para afrontar desafíos del aula.
“Si ponemos una estructura de: cuento narrativo emocional, muy dirigido a diferentes públicos, pues estamos haciendo utilizando el storytelling, que de hecho nos lleva a un territorio mucho más conveniente para tener esta conectividad”, concluye Salamanca.
Más allá de la técnica, utilizarla como herramienta educativa pone en el centro a los estudiantes, donde enseñar no es solo transmitir datos, sino conectar con ellos. Detrás de cada contenido hay una historia que puede transformar el cómo comprendemos y cómo aplicamos en la vida real.