Santa Cruz celebra 215 años como el motor económico y productivo de Bolivia

By Manuel Joao Filomeno Nuñez

Este 24 de septiembre, Santa Cruz celebra los 215 años de su gesta revolucionaria en medio de un presente que reafirma su papel como el motor económico de Bolivia. El departamento no solo es un símbolo de hospitalidad y diversidad, sino también el epicentro productivo que sostiene gran parte de la economía nacional, con un modelo de desarrollo que proyecta oportunidades y desafíos para el futuro.

“Santa Cruz se ha consolidado como el motor económico del país gracias a varios factores estratégicos. Primero, la apertura y visión empresarial de su gente, la incorporación de innovación tecnológica en el agro permitió transformar al departamento en el principal productor de alimentos, la inversión en infraestructura y el dinamismo del sector privado, que generaron un ecosistema favorable para los negocios, lo que atrajo capitales nacionales y extranjeros. Finalmente, la migración interna y la interculturalidad fortalecieron el capital humano, creando un tejido social orientado al trabajo y al emprendimiento”, afirma Hammeleth Saavedra, director de la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Los datos respaldan esta afirmación. De acuerdo con el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), en 2024 Santa Cruz alcanzó un Producto Interno Bruto (PIB) nominal de 14.171 millones de dólares, equivalente al 30,2% del PIB nacional. En 2025, el crecimiento se sostiene con la agroindustria, el comercio, la construcción, los servicios y la tecnología como pilares fundamentales. 

El departamento se posiciona además como líder en exportaciones, con un valor que supera los 3.400 millones de dólares, lo que representa el 81% de las exportaciones no tradicionales del país y el 60% de la carga exportadora nacional.

La agroindustria es el corazón productivo cruceño. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la región genera el 77% de los alimentos que consume Bolivia y concentra el 88% de las exportaciones agropecuarias. Soya, carne bovina, girasol, chía y leche en polvo destacan en el portafolio exportador, reforzando la importancia del sector para la seguridad alimentaria y la balanza comercial.

Pero Santa Cruz no solo produce; transforma e innova. El modelo económico cruceño, que Saavedra define como “un modo de vida basado en esfuerzo y dedicación, que adapta tecnologías externas y las mejora para sobresalir”, ha permitido diversificar actividades más allá del agro. El departamento se ha consolidado como centro financiero, logístico e industrial, atrayendo cada vez más inversiones extranjeras y nacionales.

Con más de cuatro millones de habitantes y un PIB per cápita de 4.105 dólares, Santa Cruz se consolida como el departamento más poblado y de mayor crecimiento demográfico. Su dinamismo urbano impulsa la construcción, la infraestructura y los servicios, al mismo tiempo que plantea desafíos en transporte público, vivienda, salud y educación.

Saavedra destaca que la región tiene un modelo de vida que contagia a quienes llegan desde otros departamentos o países, lo que explica el constante flujo migratorio hacia la capital cruceña.

La migración, sin embargo, plantea la necesidad de fortalecer la planificación urbana, la capacitación profesional y la generación de empleo formal, para sostener la calidad de vida y la competitividad regional.

Los desafíos no son menores. El académico insiste en la urgencia de diversificar la economía para reducir la dependencia del sector agroindustrial y potenciar áreas como la tecnología, los servicios financieros y el turismo. 

“El principal desafío es encontrar un equilibrio entre crecimiento y sostenibilidad. Por un lado, el avance agroindustrial y urbano debe acompañarse de políticas claras de cuidado ambiental, uso responsable del suelo y protección de los recursos naturales. Por otro lado, el crecimiento económico debe traducirse en inclusión social, reducción de desigualdades y generación de empleo digno para los jóvenes. Santa Cruz necesita también fortalecer su infraestructura energética, logística y tecnológica para seguir siendo competitivo, incorporando prácticas de economía circular y responsabilidad social empresarial que aseguren un desarrollo a largo plazo”, apunta.

Además, subraya que “el Estado debe invertir en salud, educación, seguridad e infraestructura como acompañamiento a la inversión privada”, con el fin de crear un entorno favorable para las nuevas generaciones.

El futuro de Santa Cruz dependerá de cómo logre equilibrar crecimiento con sostenibilidad. Los efectos del cambio climático, la gestión del agua y la preservación ambiental son retos centrales para una región que busca mantener su liderazgo productivo sin comprometer sus recursos naturales. Asimismo, la inclusión social y la equidad aparecen como prioridades para que los beneficios del crecimiento alcancen a toda la población.

Desde el Centro Boliviano de Economía (Cebec) de CAINCO se resalta que el éxito del modelo cruceño está en la articulación público-privada, la innovación empresarial y la apertura comercial. Esta fórmula ha permitido al departamento enfrentar la inflación acumulada de 16,5% registrada hasta agosto de 2025 y, al mismo tiempo, proyectar estrategias de competitividad regional e internacional.

A 215 años de su gesta libertaria, Santa Cruz no solo celebra su historia, sino que mira hacia adelante con la convicción de seguir siendo el motor económico de Bolivia. Su capacidad de producir, transformar, innovar y acoger a miles de migrantes refuerza su papel protagónico en la construcción del país, con un horizonte que combina tradición, resiliencia y visión de futuro.

Fuente: Hammeleth Saavedra, director de la carrera de Ingeniería Comercial en Unifranz

Deixe um comentário

O seu endereço de e-mail não será publicado. Campos obrigatórios são marcados com *