En los últimos años, con el boom de las redes sociales, los retos virales o ‘challenges’ se han vuelto muy habituales. Estos ‘duelos’ consisten en imitar una acción, grabarla y colgarla en alguna red social, nominando a uno, tres, cinco o más amigos a hacer lo mismo.
Entre los retos que más se popularizaron están los relacionados al peso, la integridad física, el consumo de productos peligrosos, las autolesiones o la promoción del suicidio.
Una de las alertas más conocidas, está relacionada a los peligros a los que se exponen los seguidores del temido “Momo”, un reto en red que busca llegar al mayor número de adolescentes posible.
El reto hace referencia a la imagen de una mujer de “terror” que invita a los menores a escribirle por WhatsApp a un número desconocido. En respuesta, el menor recibe imágenes violentas, maldiciones y amenazas, utilizando información personal del usuario. Además, los delincuentes, que se encuentran detrás del juego, roban información privada, incitan al suicidio o a la violencia, acosan o extorsionan, generan trastornos físicos y psicológicos como ansiedad, depresión o insomnio.
Los retos online para adolescentes, bajo la apariencia de simples juegos entre amigos, causa impacto social y, muchas veces, se convierten en situaciones de riesgo que podrían derivar en lesiones graves o, incluso, la muerte.
La directora de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, Liudmila Loayza sostiene que la globalización y el fácil acceso a Internet están propiciando una infinidad de problemas y trastornos en la gente, que se podrían evitar con un adecuado control familiar y escolar.
“Estos famosos retos recurren a imágenes y estereotipos que pueden generar trastornos de alimentación o de conducta y pueden llegar a atentar contra la vida. Hay estas comunidades digitales, que tienen una visión un poco oscura de la vida y que inducen, incluso, al suicidio o autolesiones a los niños y adolescentes que los siguen”, dice la académica.
Prevenir antes que lamentar
Loayza considera que, para evitar cualquier episodio peligroso con los niños y adolescentes como consecuencia de estos retos, los padres de familia tienen que tener control de lo que hacen sus hijos, sobre todo si son menores de edad.
“Hoy en día, los niños y adolescentes están más expuestos y vulnerables ante tanta información que circula por Internet. Hay información buena y también aquella con fines delictivos, como la trata y tráfico de personas”, dice la académica.
Evidentemente, si no hay la información y orientación al cumplir los retos los niños pueden caer en redes delictivas, trampas o poner en riesgo su vida.
Cortarse el cabello, comer cosas extrañas, hacer mezclas raras en la cocina de la casa a partir de tutoriales y compartirlos en la red social donde ellos (los niños) son los protagonistas responden a una etapa concreta de su desarrollo mental marcado por la lógica concreta porque los niños aún no saben diferenciar entre la fantasía y la realidad.
“En el período de operaciones concretas, el pensamiento del niño es concreto. Según Jean Piaget (que identificó cuatro etapas del desarrollo cognitivo), en esta etapa desde los 7 hasta los 12 años, los niños tienen una lógica para entender el mundo, desde un pensamiento lógico concreto, donde no hay abstracción todavía, porque la abstracción empieza en la adolescencia”, dice la académica.
En tanto los adolescentes, que, si bien ya tienen un pensamiento abstracto, son susceptibles a otras formas de manipulación, porque recién están desarrollando esquemas de afrontamiento de la realidad.
En estas dos etapas, el rol vital lo tienen los padres que deben poner horas de censura en el uso de Internet, de la televisión y el acceso a ciertas plataformas. Lo ideal es que permanentemente revisen los accesos de sus hijos a estas redes sociales, conversar con ellos, escucharlos respecto a lo que piensan, sus inquietudes o sus juegos.
“Generalmente, en los juegos, los niños reflejan su propia realidad, lo que están viviendo. Hay que estar atentos a los hijos, porque, por último, si bien es un trabajo que puede cansar, no va a durar más de 15 a 16 años, la vida pasa muy rápido (…). Es rol vital de los padres estar pendientes en todas las etapas de desarrollo de sus hijos, para evitar este tipo de incidentes”, alerta la psicóloga.
Las RRSS afectan el comportamiento de los menores
Las redes sociales pueden tener un impacto significativo en el comportamiento de los niños y adolescentes. El acceso constante a la tecnología y las redes sociales puede influir en su autoestima, bienestar emocional y relaciones sociales.
James Robles, director de la carrera de Psicología de Unifranz Santa Cruz sostiene que algunos de los efectos son problemas de salud mental, como ansiedad, depresión, adicciones tecnológicas o exposición a contenido inapropiado o perjudicial para su desarrollo.
Para el académico es fundamental que profesores y padres mantengan una comunicación abierta y empática con los niños. “Los padres deben brindar un ambiente seguro, de apoyo y afecto, establecer límites claros y proporcionar orientación sobre el uso adecuado de las redes sociales y la tecnología”, indica.
Por otro lado, los maestros pueden colaborar fomentando un ambiente de aprendizaje positivo y de respeto en las escuelas. También deben estar atentos a señales de posibles problemas emocionales o de comportamiento y, si es necesario, involucrar a profesionales de la psicología para un apoyo adicional.
Cada niño y adolescente es único y puede reaccionar de manera diferente a diversas situaciones. Los profesionales de la rama de la psicología abordan cada caso de forma personalizada, preservando la integridad física y mental del paciente.
“El trabajo interdisciplinario entre profesionales de la salud y la educación puede ser valioso para brindar un apoyo integral a los jóvenes en su desarrollo emocional y mental”, concluye Robles.