Rectora de Unifranz asume la presidencia de la ANUP, apostando por la educación como catalizador en la transformación del país

By Paula Beatriz Cahuasa

Con el propósito de impulsar la transición de una economía extractivista a una economía basada en el conocimiento, y así acelerar el cambio que Bolivia necesita para consolidar su futuro, la Asociación Nacional de Universidades Privadas (ANUP) eligió a su nueva directiva, encabezada por la rectora de Unifranz, Verónica Ágreda.

En tiempos de transformaciones profundas y crisis multidimensionales, las universidades privadas de Bolivia estamos llamadas a actuar con audacia, inteligencia colectiva y liderazgo visionario. No hay tiempo que perder: debemos acelerar el paso, articular capacidades y consolidar nuestro rol protagónico en la educación superior del país”, aseguró.  

Junto con Ágreda, fueron elegidos para representar a las universidades privadas del país: Jorge Dorado, rector de la Universidad de San Francisco de Asís (USFA), como vicepresidente; Sandro Guerrero, vicerrector de Posgrado de Univalle, como secretario general; José Miguel Bustamante, rector de la Universidad Central (Unicen), como secretario de hacienda; y Carlos Cuéllar, rector de la Universidad Privada Domingo Savio (UPDS), como secretario académico.

La renovación del directorio de la ANUP marca el inicio de una nueva etapa orientada a responder a los desafíos del siglo XXI. La directiva entrante ha propuesto una agenda estratégica centrada en cinco ejes clave:

  • Gobernanza y autonomía institucional, mediante una reforma normativa que reconozca la autogestión basada en calidad y resultados.
  • Calidad educativa y flexibilidad curricular, alineadas con estándares nacionales e internacionales.
  • Ciencia, innovación y transformación digital, como pilares del nuevo modelo educativo.
  • Inclusión, equidad y aprendizaje a lo largo de la vida, garantizando oportunidades para todas las poblaciones.
  • Internacionalización y cooperación regional, fortaleciendo vínculos globales y proyección internacional.

Para Carlos Cuéllar, nuevo secretario académico de la ANUP, “la educación es la base de toda sociedad. Si logramos fortalecerla, formaremos ciudadanos más conscientes y con criterio, capaces de contribuir al desarrollo del país”.

Una de las prioridades inmediatas será la creación de la Agencia Nacional de Acreditación, un organismo previsto en la Ley Avelino Siñani, pero aún inexistente en la práctica.

“Somos uno de los pocos países que no tiene una agencia nacional de acreditación. Es fundamental avanzar en su conformación para asegurar estándares académicos y fortalecer la confianza en nuestro sistema universitario”, explicó Cuéllar.

Otro reto clave identificado por el directorio es la necesidad de modificar la normativa que regula la educación virtual. Mientras que las universidades públicas pueden ofrecer programas online, las privadas todavía enfrentan restricciones.

“Es una paradoja. La pandemia nos obligó a implementar clases virtuales, invertir en tecnología, y ahora que lo hicimos, necesitamos el respaldo legal para consolidarlo como una modalidad válida y permanente”, subrayó la flamante autoridad.

Además de estos aspectos regulatorios, la ANUP tiene previsto diseñar un modelo nacional de educación superior que incorpore nuevas tecnologías, fomente la internacionalización académica y promueva competencias orientadas al desarrollo sostenible.

Liderazgo con perspectiva transformadora

El nombramiento de Verónica Ágreda como presidenta de ANUP representa un avance significativo en términos de representación y liderazgo femenino.

Rectora de la Universidad Franz Tamayo y reconocida por su compromiso con la sostenibilidad y la innovación, Ágreda ha impulsado iniciativas que articulan el conocimiento con el desarrollo económico y social. Además de su cargo como vicepresidenta adjunta de los Países Andinos de la Organización Universitaria Interamericana (OUI), es cofundadora de la Red de Rectoras y Rectores por la Sostenibilidad de la UNESCO, preside el Nodo Bolivia del Millennium Project, CEO del Instituto de la Mujer y Empresa (IME) y figura activa en redes internacionales que promueven la educación para el desarrollo.

“Las soluciones centradas en el conocimiento, la educación y el empoderamiento de jóvenes y mujeres son esenciales para el crecimiento económico”, ha señalado Ágreda en diversas oportunidades, posicionando la transformación educativa como un componente clave para el progreso del país.

Un sistema universitario resiliente

La ANUP agrupa a universidades privadas, todas reguladas por el Ministerio de Educación y sujetas al Reglamento General de Universidades Privadas. Este sector fue duramente golpeado por la pandemia, pero también logró adaptarse con rapidez a las nuevas exigencias.

“La crisis sanitaria fue un punto de inflexión. Aceleró nuestra inversión en tecnología y nos obligó a repensar nuestras metodologías. Ahora tenemos la oportunidad de consolidar ese avance”, explicó Cuéllar. No obstante, aún persisten desafíos como la falta de apoyo estatal, la escasa articulación con el sector productivo y la necesidad de políticas de incentivo a la innovación académica.

A pesar de ser instituciones competidoras en el mercado educativo, las universidades privadas mantienen una tradición de diálogo y cooperación institucional. “Llevamos 30 años trabajando de forma coordinada. No es que vamos a cambiar todo, pero sí vamos a darle nuestro matiz a lo que ya se viene construyendo”, concluyó Cuéllar. Este nuevo periodo en ANUP, con una dirección paritaria, intergeneracional y comprometida con el cambio, proyecta una etapa de fortalecimiento institucional. La educación privada boliviana se posiciona así no solo como actor clave en el presente, sino como una de las piezas fundamentales en el diseño de un futuro educativo más justo, moderno y sostenible.

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