Reconocer las marcas por su sonido: el poder del audiobranding

Nuestros ojos se ven naturalmente atraídos a las formas familiares y esto es aprovechado por las marcas; sin embargo, lo mismo pasa con los sonidos, lo que los hace otra herramienta efectiva para captar la atención de los clientes. A través de los sonidos las marcas construyen vínculos emocionales duraderos con sus audiencias.
“El audiobranding es una parte del branding que se enfoca en lo auditivo. En un enfoque tradicional, la identidad de marca se ha centrado en logotipos, colores, tipografías y otros elementos visuales, pero una marca completa también debe hablarle al oído del consumidor”, explica Ariel Daza, diseñador gráfico y experto en branding, quien brindó una master class sobre el tema durante la Nexus Creative Week de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
El audiobranding —también llamado branding sonoro— no se limita a jingles o canciones pegajosas. Su esencia es más profunda: crear una huella sonora única que represente a la marca con la misma fuerza que lo haría un logotipo visual. Es lo que se conoce como “logotipo sonoro” o “audio logo”: una breve secuencia de sonidos diseñada para ser fácilmente reconocible, recordable y coherente con los valores y el tono de la marca.
“La parte sensorial auditiva es fundamental para el ser humano. No solo percibimos por los ojos; también nos conectamos emocionalmente a través del sonido”, afirma.
Para Daza, no se trata de componer una canción compleja, sino de generar algo simple, breve, adaptable y auténtico. Algo que pueda sonar tanto en una campaña rockera como en un ambiente más sublime y onírico.
“Esto lo hace McDonald’s con su famoso I’m Lovin It”. Esta melodía, lanzada en 2003, se ha convertido en un emblema global que sigue vigente más de dos décadas después”, agrega.
El sonido activa la memoria de manera inmediata
“En el momento de tomar decisiones, el consumidor no solo recuerda lo que ha visto, también lo que ha escuchado”, explica el especialista. Cuando un logotipo sonoro está bien construido, actúa como un disparador emocional que influye directamente en la decisión de compra.
Un ejemplo paradigmático es el sonido de inicio de Windows, que desde sus primeras versiones ha sido cuidadosamente diseñado para transmitir simplicidad, seguridad y modernidad. Otro caso emblemático es el tono de encendido de Apple, que refuerza la promesa de sofisticación y elegancia de la marca. Estos sonidos no solo son reconocibles, son parte del ADN de los productos.
“Cualquier empresa, grande o pequeña, debería pensar en tener un logotipo sonoro. No es algo exclusivo de grandes corporaciones. Incluso una tienda local puede usar un sonido característico para reforzar su identidad, especialmente en redes sociales o espacios físicos”, sugiere Daza. La accesibilidad tecnológica actual ha democratizado esta posibilidad.
Aplicaciones y beneficios
El audiobranding tiene aplicaciones prácticas en distintos escenarios del marketing moderno:
- Publicidad y campañas: los jingles y cierres sonoros en anuncios generan recordación inmediata.
- Podcasts y contenidos digitales: intros, transiciones y efectos de sonido refuerzan la identidad auditiva.
- Espacios físicos y retail: la música ambiental adecuada mejora la experiencia del consumidor.
- Asistentes de voz y tecnología: marcas como Amazon (Alexa) o Google han desarrollado sonidos propios para sus asistentes virtuales.
Un ejemplo menos obvio pero muy exitoso es Netflix, cuyo breve “ta-dum” al inicio de sus producciones se ha convertido en sinónimo de entretenimiento premium. Este sonido, aunque sencillo, encapsula toda una promesa de valor: inmediatez, calidad y disfrute.
Sonido y emoción: un vínculo profundo
Según estudios de neurociencia aplicada al marketing, el sonido activa regiones del cerebro asociadas con la emoción, la atención y la memoria a largo plazo. Esto explica por qué ciertas melodías publicitarias permanecen en la mente de las personas incluso décadas después de haber sido emitidas por última vez.
“El logotipo sonoro cierra el mensaje de una campaña. Da ese toque final que hace que toda la experiencia de marca se impregne. Es algo que queda en la mente, aunque sea de manera subconsciente”, subraya Daza. Por eso, el audiobranding no es una moda, sino una herramienta esencial en un mundo donde la atención es escasa y la diferenciación lo es todo.
Aunque el audiobranding ha sido desarrollado con fuerza en países anglosajones, en América Latina aún está en una fase incipiente. Sin embargo, la tendencia es clara: cada vez más marcas buscan crear experiencias multisensoriales completas.
“Estamos apenas empezando a comprender el poder de un buen sonido. Una vez que se incorpora a la estrategia de marca, su impacto es inmediato y profundo”, concluye el experto.