En un mundo cada vez más digital y globalizado, el sector financiero se encuentra en constante evolución, adaptándose a las demandas cambiantes de los consumidores y las tecnologías emergentes. En este contexto, el futuro de la banca promete ser un escenario donde la innovación y la transformación juegan roles protagónicos.
Jenny Andia, directora de la carrera de Ingeniería Económica de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, asegura que “la tecnología financiera está en constante evolución y se espera que continúe transformando el sector de los medios de pago en el futuro”.
La tecnología ha transformado radicalmente la manera en que las personas gestionan sus finanzas. Las finanzas digitales se han convertido en una realidad palpable, con la adopción masiva de servicios en línea, aplicaciones móviles y criptomonedas. La banca en línea, las billeteras digitales y las plataformas de inversión han ganado terreno, ofreciendo a los usuarios acceso instantáneo y conveniente a sus recursos financieros.
En su informe “Payments 2025 & Beyond” la consultora colombiana Price Waterhouse Cooper (PwC) sostiene que la inclusión financiera es ahora una de las prioridades del sector porque este tipo de pagos se han convertido en un factor importante para potenciar la innovación e impulsar el desarrollo digital de muchos países al tiempo que aportan estabilidad a sus economías.
“Nuestro informe prevé que, en 2030, los pagos electrónicos prácticamente se tripliquen en el mundo, hasta superar tres billones de operaciones. Según nuestras estimaciones, entre 2020 y 2025 las transacciones electrónicas crecerán un 82%, pasando de un billón a 1,8 billones de operaciones. Y entre 2025 y 2030, este crecimiento será del 61%, hasta superar los tres billones de transacciones en todo el mundo”, indica.
PwC identifica seis tendencias principales que tendrán un impacto significativo en el futuro de los medios de pago:
- Inclusión y confianza: se espera que la inclusión financiera y la confianza en los medios de pago digitales sigan aumentando en todo el mundo, especialmente en África, América Latina y Asia.
Los bancos centrales, las entidades de control y los reguladores mantendrán su función de garantizar la privacidad, la estabilidad y la confianza en los nuevos proveedores, métodos de pago y el sistema financiero.
- Monedas digitales: las monedas digitales, como las criptomonedas, están ganando popularidad y se espera que se utilicen cada vez más en el futuro.
El 60% de los bancos centrales están explorando las monedas digitales; el 14% está realizando pruebas piloto. La conversión y almacenamiento de criptomonedas fiduciarias son oportunidades emergentes a nivel global.
- Billeteras digitales: las billeteras digitales, como Apple Pay y Google Wallet, están ganando terreno y se espera que se conviertan en una forma cada vez más popular de realizar pagos.
- La batalla de los raíles: los consumidores en los mercados emergentes están saltando la “era de las tarjetas”’ y migrando directamente a las billeteras móviles y los pagos
basados en cuentas.
Se espera que la competencia entre los diferentes sistemas de pago continúe en el futuro.
- Pagos transfronterizos: surgirán soluciones regionales (especialmente en Asia) y soluciones no bancarias globales basadas en criptomonedas y billeteras digitales. Se espera que los pagos transfronterizos se vuelvan más rápidos, seguros y eficientes gracias a la tecnología.
- Delitos financieros: a medida que los consumidores y las empresas adoptan la banca abierta y los pagos instantáneos y alternativos, crece el “fraude organizado” como servicio. La seguridad de los medios de pago digitales seguirá siendo una preocupación importante en el futuro, y se espera que se desarrollen nuevas tecnologías para combatir el fraude y otros delitos económicos.
La IA y la analítica de datos se perfilan como herramientas cruciales en el futuro de la banca. Los algoritmos avanzados permiten una gestión más eficiente de riesgos, personalización de servicios y la detección de patrones de comportamiento, mejorando la toma de decisiones y la seguridad financiera. Asimismo, la automatización de procesos agilizará operaciones, reduciendo costos y tiempos de respuesta.
A medida que la tecnología avanza, los desafíos regulatorios y de ciberseguridad se vuelven más complejos. Los gobiernos y las instituciones financieras deberán colaborar estrechamente para establecer marcos normativos sólidos que fomenten la innovación sin comprometer la seguridad y la integridad del sistema financiero.
El futuro de la banca se presenta emocionante y lleno de oportunidades. Aquellas instituciones financieras dispuestas a abrazar la innovación, adoptar nuevas tecnologías y responder a las expectativas cambiantes de los clientes estarán mejor posicionadas para liderar la transformación del panorama financiero global, afirma la académica.
El reto, según Andia, radica en encontrar el equilibrio adecuado entre la eficiencia tecnológica y la responsabilidad social, construyendo así un futuro financiero sólido y sostenible.