El mercado laboral experimenta cambios en los requerimientos de perfiles profesionales. Los departamentos de Recursos Humanos requieren trabajadores con habilidades en digitalización y la automatización. Los responsables de selección de personal priorizan las llamadas habilidades blandas o soft skills, como se conoce en el ámbito global.
Los gestores de recursos humanos, hoy en día, centran su atención en medir tanto las habilidades blandas como las duras (habilidades técnicas) en sus trabajadores. Para el experto en educación superior las habilidades blandas evalúan si las personas cuentan con un adecuado manejo emocional y buena comunicación para relacionarse con otros.
“Muchas empresas e instituciones no logran sus objetivos porque no poseen grupos o personas que están comprometidas con lo que hacen. Por ejemplo en el caso de profesionales de la salud. Ellos juegan distintos roles que involucran las relaciones humanas, el trato, la paciencia, la compasión y empatía, son valores que deben cultivar para relacionarse con quien tiene un padecimiento”, apunta Quispe.
Las soft skills que demandan las empresas
Las convocatorias, ofertas laborales y pruebas de postulación en plataformas como Linkedln demandan habilidades como la resolución de problemas, entendida como la capacidad del trabajador para afrontar cualquier dificultad que pueda surgir con solvencia.
Otra habilidad está relacionada con la capacidad de comunicación; es decir, cómo nos comunicamos con nuestros colegas, clientes, proveedores, con los cargos jerárquicos, entre otros. Esta habilidad también está relacionada con la competencia de saber escuchar.
Independientemente de cuál sea el rol y qué trabajo debe desempeñar, el pensamiento crítico, como capacidad de comprender problemas, analizar situaciones y tomar decisiones, es vital para el desarrollo óptimo en las actividades laborales.
Ser creativo, proactivo y flexible son otras habilidades bien valoradas a la hora de contratar nuevo personal, dice Quispe.
La capacidad analítica, por su importancia en el procesamiento de la información y la toma de decisiones es otra habilidad bien valorada, al igual que el trabajo en equipo para logra resultados óptimos. La relación con los demás para la coordinación de tareas en el cumplimiento de objetivos es un punto de inflexión rumbo al éxito.
La resiliencia, agilidad y eficiencia son otras cualidades que requieren los llamados a gestionar el talento humano. Los currículums de hoy destacan esas habilidades para hacerse visibles ante los empleadores.
Quispe asegura que los modelos laborales se tornan horizontales con la idea de gestionar un mejor ambiente laboral. Las universidades están frente al reto de gestionar profesionales con habilidades técnicas, propias de la profesión como también las habilidades propias de la vida, hoy denominadas habilidades blandas.