Por Luis Flores
Fernando quiere aprender alemán, a Nina le interesa aprender español. Él es boliviano, ella alemana, se conocen en La Paz y acuerdan un tándem. ¿De qué trata, cómo funciona y qué beneficios tiene? El intercambio de idiomas, a través de los tándem, es una herramienta importante para el aprendizaje de otra lengua.
“El tándem no es algo nuevo, siempre ha habido y antes una versión anterior, si vale el término, eran los pen pals (amigos por carta)”, rememora Eduardo Pinell, director del Centro de Idiomas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Básicamente, el tándem es un intercambio de idiomas. La pareja acuerda hablar, por ejemplo, en alemán por una hora y en español por otra. Ambos corregirán los errores del otro en el otro idioma, considerando que ambos son hablantes nativos. Ambos mejoran los idiomas que aprenden y ambos ayudan al otro.
De la misma forma, Pinell explica que los pen pals eran personas que se comunicaban por cartas o correspondencia en un mismo idioma. Con el tiempo, debido a la tecnología, ya no se debía esperar para tener la respuesta por correo postal, debido a la irrupción de las llamadas o videollamadas. Por ello, el pen pal es el predecesor de los tándem para aprender idiomas.
Otra modalidad del tándem se da cuando dos personas con diferentes idiomas nativos, buscan hablar entre sí, en un tercer idioma. Por ejemplo, si alguien que habla español y hace un tándem con alguien que habla ruso, tendrán que usar un idioma en común, que quieren practicar, como el inglés.
“Lo único que tenemos en común es eso, somos de otro país, somos de otro idioma, pero podemos comenzar a intercambiar ideas en lo que se refiere a inglés”, detalla el docente de idiomas.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) identifica unas 6.700 lenguas en el mundo, el 40% de ellas en peligro de desaparecer. Razón por la cual, fomenta el aprendizaje de otros idiomas, además de la lengua nativa.
Los beneficios del tándem son variados en la mejora de la gramática, habla, escucha, escritura y estructura. Pinell alerta también sobre posibles riesgos, como que el compañero de tándem tenga otras intenciones.
“Los tándem deben ser estructurados, a veces es mejor si es entre dos instituciones, si hay un convenio, hay un ambiente seguro”, recomienda.
Otras recomendaciones:
Tiempo: es recomendable hacer el tándem unas dos o tres veces por semana, en sesiones de media o una hora.
Nivel: el nivel común del idioma es fundamental. “Si uno tiene un nivel básico y otro avanzado, entonces la comunicación no va a ser tan fluida y puede causar desánimo, y más problemas que buenos resultados”, explica el docente de idiomas.
Temas: es importante determinar temas en común para darle estructura a la charla. “Hoy vamos a hablar de fútbol, comida, ropa, farándula o cualquier otro tema”.
Conectar: otro elemento importante puede ser la conexión con el compañero para que la conversación no sea forzada o incómoda. “Sentarse, conectar, es una cuestión importante para que el tándem vaya bien”, aconseja Pinell.
Las herramientas digitales, aplicaciones y otros son beneficiosas para el aprendizaje, pero el método del tándem para aprender idiomas brinda una experiencia vivencial para mejorar el idioma que se busca aprender.
Aplicaciones
En internet existen diferentes sitios donde puedes conseguir un compañero para hacer un tándem. Uno de los más utilizados es la App Tandem.
“Encuentra compañeros de intercambio donde sea que estés”, se lee en la presentación de la app. “Conecta con hablantes nativos de todo el mundo”, añade.
En la app, solo debes elegir el idioma que deseas aprender y el sistema te conectará con hablantes nativos de esa lengua. Debes especificar cuál es tu lengua nativa y encontrar un compañero.
La herramienta permite compartir textos, audios y videos, además de que cuenta con diccionarios y funciones para corregir los errores. Cuenta con más de 300 idiomas. Las combinaciones de idiomas más populares (en orden de popularidad) son: inglés – español, español – portugués, inglés – chino, inglés – francés y chino – japonés.