¿Qué es y cómo combatir la tristeza de fin de año o depresión navideña?

¿Qué es y cómo combatir la tristeza de fin de año o depresión navideña?

Por Manuel Filomeno

Con las fiestas de fin de año llega mucha alegría, pero también estrés debido a diversas expectativas, demandas culturales y sociales, así como problemas económicos que pueden llevarnos a la melancolía e incluso la depresión.

La depresión de fin de año, también conocida como tristeza estacional o depresión navideña, es un fenómeno que muchas personas experimentan durante la temporada de vacaciones, especialmente en los meses de diciembre y enero.

“Las fiestas de Navidad pueden producir estrés por varios motivos. La presión de cumplir con las expectativas propias y ajenas puede derivar en ansiedad, especialmente para aquellos que son propensos a sumergirse en el trabajo y descuidan relaciones familiares a lo largo de todo el año” afirma Tatiana Montoya, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Además, eventos como la pérdida de seres queridos, separaciones o estar lejos de la familia pueden generar sentimientos de soledad, estrés y depresión durante la Navidad.

“El no haber superado el duelo por un ser querido que recién partió puede generar depresión, por lo que también se tiene que hacer un proceso de duelo funcional para que la primera vez que se va a pasar sin ese ser querido sea un poco más fácil y que tenga las herramientas necesarias para hacerlo”, puntualiza la docente universitaria.

Los problemas económicos también contribuyen al estrés navideño, especialmente la dificultad para comprar regalos y la presión para satisfacer las expectativas de los hijos. La falta de límites con los hijos, que puede incluir préstamos de dinero, también agrega una capa adicional de estrés.

El estrés laboral debido a cierres de trabajos y saturación de tareas, junto con el descontrol en los hábitos alimenticios y gastos desmesurados, puede empeorar la situación. Además, la falta de superación de duelos, como la primera Navidad sin un ser querido, también puede desencadenar estrés y depresión.

El aislamiento social es otro factor importante. Algunas personas pueden sentirse solas durante las fiestas, ya sea porque están lejos de sus seres queridos o porque no tienen relaciones cercanas. 

La percepción de que «todos» están celebrando felices puede intensificar estos sentimientos de soledad. Las redes sociales pueden agravar este sentimiento, ya que la gente tiende a compartir solo los momentos felices y exitosos, creando una imagen idealizada de la vida que puede hacer que otros se sientan inadecuados o aislados.

La reflexión sobre el año pasado también juega un papel significativo. Fin de año es un momento común para reflexionar sobre los logros y fracasos del año. Esta introspección puede llevar a sentimientos de insatisfacción o arrepentimiento si no se alcanzaron los objetivos personales o profesionales. La revisión de los eventos del año puede traer a la mente recuerdos dolorosos o decepciones, lo que puede intensificar los sentimientos de tristeza o depresión.

Estrategias para superar la depresión de fin de año

Montoya señala que al ser fin de año, también es una buena ocasión para conectar con nosotros y con otras personas, abordar los conflictos de manera profunda, establecer límites, entre otras acciones:

“Esta es una época para reflexionar sobre logros personales y evaluar las relaciones cercanas. Considerar qué ha llevado al distanciamiento y trabajar en la resolución de conflictos. También debemos abordar los conflictos de manera profunda, hablar con las personas involucradas y buscar soluciones antes de las festividades. La Navidad no debería ser sólo un momento de abrazos temporales, sino una oportunidad para resolver diferencias de manera significativa”, reflexiona.

La psicóloga agrega que es primordial reconocer la importancia de establecer límites, especialmente con los hijos, para evitar tensiones innecesarias y problemas económicos. La Navidad no se trata sólo de regalos, sino de momentos significativos en familia.

Finalmente, valorar la soledad consciente, es decir, respetar la elección de aquellos que prefieren pasar la Navidad solos. La felicidad no siempre está ligada a estar acompañado, por lo que respetar las preferencias individuales es crucial.

“Hay que planificar. Un tiempo de ocio en el momento de reunión de la Navidad, por ejemplo, es importante. También hay familias que se reúnen para charlar, más allá de los regalos. Que el regalo sea el estar juntos, conocerse un poco más, perdonar y perdonarse. También un proceso de autoconocimiento y reevaluación de las metas”, explica la psicóloga.

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