Por Lily Zurita
Paisajes cautivadores, culturas milenarias y una gastronomía rica en sabores, colores y aromas, los turistas que visitan Bolivia la consideran el secreto mejor guardado de la región; sin embargo, para gran parte del potencial mercado turístico en el extranjero, los atractivos de nuestro país permanecen desconocidos.
“Llegamos a Bolivia sin saber mucho del país, solo lo que alguna vez oímos en las noticias, no nos imaginábamos lo hermoso que es, los atractivos que íbamos a encontrar y la gran diversidad de opciones que tienen aquí, es una pena que no sea más conocido”, expresan Karl e Irina Schwartzberg, una pareja de turistas alemanes de visita en el país.
Los visitantes indican que se enteraron de los atractivos de Bolivia luego de visitar Perú y buscar nuevas aventuras.
“En Cusco, unos turistas argentinos nos hablaron de Bolivia y nos animaron a hacer el viaje”, relatan los viajeros.
La falta de promoción es uno de los principales desafíos para el turismo en Bolivia, un desafío que requiere de la articulación del Estado, la empresa privada y la academia para ser superado.
“El principal desafío es nuestra imagen como país en el exterior, que no es la mejor. Realmente somos poco conocidos y si saben algo de Bolivia lo asocian temas no muy favorecedores para nosotros y definitivamente no relacionadas al turismo, no somos conocidos como un destino turístico, en general”, explica Lykke Andersen, directora ejecutiva de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN Bolivia, por sus siglas en inglés), una organización que trabaja dando apoyo al sector turístico en Bolivia.
Andersen indica que la articulación entre los actores del sector turístico nacional pasa por una mejora en el acceso aéreo del país, campañas de promoción en ferias en el exterior y capacitación a los operadores turísticas para poder ajustar mejor sus ofertas a las necesidades de los visitantes.
“Una de las claves para mejorar la promoción turística es coordinar con el Estado, el sector privado y el sector académico para tener una visión de lo que queremos promover, el tipo de turismo que queremos y, sobre todo, necesitamos que el Estado trabaje para mejorar el tema del acceso aéreo y ayudar a mejorar la imagen del país. Por otra parte, la academia debe coordinar con el sector privado para generar capacitaciones que permitan mejorar las ofertas y el servicio que se ofrece a los turistas y el sector privado debe implementar nuevas tecnologías y canales de promoción para atraer nuevos visitantes”, explica la directora ejecutiva de SDSN Bolivia.
También, en el marco de la promoción, Andersen indica que la implementación de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial (IA), se han convertido en herramientas clave en el desarrollo del turismo en el país y que el aporte de la academia en esta revolución tecnológica del sector, será clave para que llegue a buen puerto.
“La academia, con investigaciones y relevamiento de datos, nos presenta unas herramientas increíbles para mejorar nuestra comunicación hacia el exterior, promover nuestros atractivos con IA y todas las herramientas que el mundo actual nos permite”, manifiesta la experta.
En este contexto, el más reciente estudio del Centro de Investigación, Innovación y Transformación Digital en Turismo (Ciintur) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, realizado en el municipio de Coroico, revela cómo la inteligencia artificial está transformando el turismo de aventura en Bolivia.
En la investigación, se identifican los “puntos de contacto digital” que determinan la satisfacción del consumidor. Estos puntos incluyen desde el descubrimiento de una oferta turística hasta la prestación del servicio, y pone en evidencia que los consumidores no optan por la primera opción, sino que se apoyan en recursos digitales para hacer búsquedas más detalladas y realizar comparaciones en busca de una experiencia positiva con variados beneficios.
Potencial turístico
De acuerdo con Javier Rivera, director de la carrera de Administración de Hotelería y Turismo de Unifranz, Bolivia cuenta con un potencial turístico inigualable y único en el mundo.
“Independientemente del tipo de turista, usualmente, las personas que llegan a Bolivia lo hacen buscando dos tipos de experiencias. Por un lado, la belleza natural de sitios que no van a poder encontrar en otras partes del mundo, como el Salar de Uyuni o el Madidi y, por otra parte, buscan el turismo cultural. En este sentido, intentan conectar con las culturas locales, aprender de ellas, ver sus procesos de producción, ver todo el conocimiento adquirido a través de generaciones y eso se ve a través de su cultura. Todo aquello que es resaltante como la belleza del Salar, la exuberancia del Madidi o la experiencia de vivir en una ciudad de altura como La Paz son los detonantes que llaman la atención del que se anima visitar Bolivia”, dice el experto.
Andersen, por su parte, destaca destinos como el Salar de Uyuni, las misiones jesuíticas, los parques naturales y la ruta del vino como destinos estrella.
“Tenemos maravillosos destinos en todo el país, el Salar de Uyuni destaca entre otros, es uno de los lugares más únicos del planeta, pero La Paz, según nuestro índice municipal de potencial turístico, es el destino favorito del país. Hay tantas cosas que se pueden hacer desde La Paz, sobre todo turismo de aventura, turismo cultural, turismo gastronómico, científico, las posibilidades son inmensas. También destacan en Santa Cruz, las misiones jesuíticas y el Parque Amboró o la ruta del vino en Tarija (…) Por todo el país hay cosas que hacer, se pueden tomar meses viendo cosas nuevas todo el tiempo”, finaliza.