Desde hamburguesas, bebidas y bocadillos, hasta leches, sopas instantáneas y fideos, los productos hechos a base de plantas (plant-based) se abren paso en las preferencias de nuevos públicos y ya no sólo apuntan a los vegetarianos o veganos.
La tendencia de los consumidores, de apostar por un estilo de vida más saludable, es más que conocida. A sus ya clásicas preocupaciones en cuanto a consumo, se ha sumado el interés de consumir alimentos más saludables.
Esto se refleja en los pasillos y estantes de los supermercados, donde cada vez más productos plant-based ocupan lugares preferenciales en los estantes o en los principales restaurantes de comida rápida, que desde hace algunos años se esmeran por ofrecer versiones novedosas de sus hamburguesas, hechas con plantas.
Incluso empresas dedicadas a la venta de carne, pollo o cerdo han lanzado productos basados en plantas para conquistar a todo tipo de clientela.
Según Statista -un portal de estadística en línea que pone al alcance de los usuarios datos relevantes que proceden de estudios de mercado y de opinión, así como indicadores económicos y estadísticas oficiales-, se espera que el mercado mundial de alimentos de origen vegetal alcance los 77.8 millones de dólares estadounidenses en 2025, aunque se prevé un mayor crecimiento. El pronóstico proyecta que para 2030 el mercado se habrá más que duplicado.
En Bolivia, donde la biodiversidad es un tesoro nacional, consumir productos plant-based tiene beneficios significativos para la salud. Estos alimentos son ricos en nutrientes esenciales, como vitaminas, minerales y fibra, y tienden a ser bajos en grasas saturadas.
“Por ejemplo, productos como la quinua y la cañahua, nativos de los Andes bolivianos, son excelentes fuentes de proteína completa y aminoácidos esenciales. El consumo de estos alimentos puede reducir el riesgo de enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer, algo demostrado en numerosos estudios”, señala Esteban Rioja, director de la Carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Rioja indica que los productores de este sector tienen grandes oportunidades en el mercado, sobre todo considerando la increíble biodiversidad y la calidad de los insumos que el país produce en todos sus pisos ecológicos, pero también reconoce algunos desafíos.
“La creciente demanda mundial de alimentos saludables y sostenibles presenta una oportunidad única para los proveedores bolivianos de productos plant-based. Bolivia puede capitalizar su rica biodiversidad ofreciendo productos únicos y de alta calidad que no se encuentran en otros lugares, como granos andinos, frutas exóticas y hierbas nativas”, explica el experto.
Según Rioja, además, existe un potencial significativo para innovar en el desarrollo de productos que mezclan tradiciones culinarias locales con tendencias plant-based, creando ofertas atractivas tanto para el mercado nacional como internacional.
Por otra parte, el ingeniero comercial indica que, actualmente, existen barreras que se deben sobrepasar, comenzando por la falta de infraestructura y capacidades de producción y terminando por la tradición culinaria del país y la resistencia al cambio de sus ciudadanos.
“Los proveedores en Bolivia enfrentan desafíos significativos. Primero, existe una fuerte tradición culinaria que gira en torno a la carne y otros productos animales, lo que puede generar resistencia al cambio. Además, la falta de infraestructura y tecnología adecuada para el procesamiento y conservación de productos plant-based limita la capacidad de producción y distribución”, puntualiza el académico.
Rioja plantea un desafío adicional, la necesidad de educar al mercado sobre los beneficios de estos productos, lo que requiere una inversión significativa en marketing y comunicación, tarea que requerirá de administradores, ingenieros comerciales, publicistas y especialistas en mercadotecnia en los próximos años.
Una tendencia mundial
En la misma línea, la consultora Kantar Worldpanel presentó el mes pasado el informe “Planted-based: ¿Burbuja o realidad?”, cuyos resultados plantean la pregunta, ¿tiene el sector que salir de su zona de confort y buscar ampliar su base de consumidores?
La consultora indica que el sector productivo debe volverse generalista para alcanzar públicos fuera del nicho de vegetarianos y veganos; sin embargo, reconoce que éste es un trabajo a largo plazo.
Sin embargo, en general, se prevé que el mercado de ingredientes vegetales crecerá un 15% durante los próximos 5 años, pues cada vez los consumidores se sienten más cómodos con los productos vegetales.
Los segmentos establecidos, como las alternativas a la leche, experimentarán un crecimiento adicional, mientras que los segmentos nuevos, como las alternativas a la carne, los bocadillos y los productos horneados, tendrán un crecimiento de, al menos, dos dígitos.
“En un entorno de alta competencia como el actual, las opciones para reducir el consumo de origen animal son muchas. Por lo que es importante trascender desde el concepto ‘sustitutivo’ en ocasiones asociado al plant-based. De ahí que intentar reemplazar en formato, textura y sabor al producto homólogo animal no sea la única solución, sino añadir placer y conveniencia a cualquier producto de base no animal, siendo el hummus o las ensaladas un claro ejemplo del camino a recorrer”, señala en el informe, Eduardo Viera, consumer insights senior expert de Kantar Worldpanel.