Oportunidad, la palabra mágica para la inclusión de personas con Síndrome de Down

Oportunidad, la palabra mágica para la inclusión de personas con Síndrome de Down

En un paso significativo hacia la inclusión y la equidad laboral, cada vez más empresas están abriendo sus puertas a personas con Síndrome de Down. En la actualidad, ya es habitual ver a jóvenes con Down atendiendo en restaurantes, tiendas, oficinas, como modelos o en diferentes actividades económicas públicas y privadas. 

Esta tendencia representa un cambio positivo en la percepción y las oportunidades para aquellas personas con discapacidad intelectual, permitiéndoles contribuir de manera significativa a la sociedad y al mercado laboral.

La inclusión de personas con Síndrome de Down es una necesidad emergente, indica Carmen Aguilera, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

“Es preciso su inclusión en las distintas tareas que se llevan a cabo, dentro y fuera del hogar, en el ámbito laboral y en los distintos espacios donde pueden ejercer funciones, tomando en cuenta la serie de dificultades o deficiencias que puedan tener y adecuando las mismas a sus necesidades”, puntualiza.

La inclusión de personas con Síndrome de Down en el ámbito laboral no solo beneficia a este segmento de individuos, sino también a las empresas y la sociedad en general. 

Según Aguilera, varios estudios han demostrado que estos colaboradores, a menudo, muestran un alto grado de compromiso, lealtad y entusiasmo en sus tareas laborales. Además, su inclusión promueve la diversidad y fomenta un ambiente de trabajo más inclusivo.

“La inserción laboral establece lineamientos de apoyo a las personas con Síndrome de Down. Se deben realizar modificaciones a las reglas, normas, procedimientos y hasta políticas en las empresas o instituciones, dando paso para que estas personas puedan explotar sus habilidades y destrezas, como el despliegue de comportamiento empático, amistoso, amigable, seguido de conductas repetitivas y rutinarias, así como esa tendencia a la perfección que los caracteriza”, puntualiza.

En ese marco, empresas de diversos sectores están liderando este movimiento inclusivo, implementando programas de capacitación y adaptando sus políticas de contratación para acoger a personas con Síndrome de Down. 

Estas compañías reconocen el valor único que estos individuos aportan a sus equipos, así como el impacto positivo que esto tiene en la cultura corporativa.

«En nuestro compromiso con la diversidad y la inclusión, hemos ampliado nuestras políticas de contratación para asegurarnos de que todas las personas, independientemente de sus capacidades, tengan la oportunidad de contribuir y crecer con nosotros», comenta Ana Gabriela López, experta en Capital Humano.

Además de las iniciativas empresariales, gobiernos y organizaciones sin fines de lucro también están trabajando para promover la inclusión laboral de personas con Síndrome de Down, ofreciendo programas de capacitación y apoyo tanto para los empleados como para los empleadores.

Barreras para su inclusión laboral 

Pese a los grandes avances en cuanto a nuevas tecnologías, inclusión y talento humano, una de las principales barreras que persiste para su incorporación al mercado laboral es la discriminación frente a estigmas que la sociedad establece hacia estas personas de percibirlos como discapacitados, siendo que son personas con capacidades diferenciadas, dado que tienen áreas tanto físicas, cognitivas y emocionales preservadas. 

“Aprenden de forma diferenciada, pero sí aprenden. Por lo tanto, pueden ejecutar distintas tareas dentro de una institución o empresa”, manifiesta la psicóloga. 

Otra barrera es la poca o casi nula atención integral (a nivel médico, educativo, pedagógico) a las personas con Síndrome de Down, no sólo en Bolivia sino en varios países de la región.  

El síndrome de Down es una alteración genética causada por la existencia de material genético extra en el cromosoma 21 que se traduce en discapacidad intelectual. Su incidencia estimada se sitúa entre 1 de cada 1.000 a 1.100 recién nacidos a nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Oportunidad, la palabra mágica para la inclusión de personas con Síndrome de Down

 

Beneficios y retos 

Aguilera destaca que las personas con síndrome de Down son:

  • Altamente efectivas en el trabajo rutinario.
  • Saben trabajar en equipo, respetando funciones simultáneas o secuenciales.
  • Desarrollan una alta pertenencia a la institución
  • Mejoran el clima laboral con su carácter jovial y ameno.
  • Son determinados a la hora de ejecutar funciones

“El mayor reto sería adecuar las funciones a las habilidades y destrezas de esta población, ya que, si bien realizan tareas a una velocidad diferenciada, la misma se realiza conforme se le instruyó realizar”, explica.

Otro reto es establecer una red de apoyo que le permita insertarse en este ámbito y lograr los objetivos planteados. 

La creciente aceptación y apoyo a la inclusión laboral de personas con Síndrome de Down representan un paso adelante hacia una sociedad más igualitaria y comprensiva. 

“Con más empresas y comunidades comprometidas con esta causa, se espera que el camino hacia la inclusión continúe avanzando, ofreciendo oportunidades y dignidad a todas las personas, independientemente de sus capacidades”, finaliza la académica.

La Ley 977 del Estado Plurinacional de Bolivia prevé  el respeto a los derechos laborales de este sector vulnerable del país y establece categóricamente “la inserción laboral en los sectores público (4%) y privado (2%) a personas con discapacidad, así como madre o padre, cónyuge, tutora o tutor que se encuentren a cargo de una o más personas con discapacidad menor a 18 años o con discapacidad grave o muy grave”.

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