Por Lily Zurita
La neumonía, un tipo de infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones, es la causa principal de muerte de niños en todo el mundo. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) calcula que esta enfermedad mata, aproximadamente, a 1,4 millones de niños menores de cinco años cada año, más que el SIDA, la malaria y el sarampión combinados.
Gabriela Rocha nunca olvidará los días de angustia que vivió durante la primera quincena de julio de este año, debido a que un resfrío mal curado agravó la salud de su hijo Eduardo, de tan solo dos años.
“De la noche a la mañana, la salud de mi hijo se deterioró. Más bien lo llevé a tiempo al hospital, donde lo internaron en terapia intensiva por casi una semana. Han sido días muy difíciles para mí y mi esposo, porque nos tuvimos que turnar en el hospital para atenderlo”, dice la madre.
En el país, en lo que va del año, siete niños fallecieron en los últimos meses por neumonía debido a las bajas temperaturas, sin contar la cantidad de infantes que se encuentran hospitalizados o que día a día llegan a centros de salud y hospitales de segundo y tercer nivel aquejados por este tipo de complicaciones.
¿Qué es la neumonía? La neumonía es una infección pulmonar que puede ser causada por bacterias, virus u hongos. Esta enfermedad afecta a personas de todas las edades, pero los niños pequeños y los adultos mayores son los más vulnerables, asegura Nelson Torrez, director de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
“Los extremos de la vida siempre son los más vulnerables. En los niños, por ejemplo, y principalmente en los niños menores de dos años hay que tener un cuidado muy especial porque pueden deshidratarse muy rápidamente con esta patología y, obviamente, los efectos de gravedad son mayores”, puntualiza.
Tratamiento según el tipo de neumonía
El tratamiento y los cuidados necesarios varían significativamente según el tipo de neumonía y la edad del paciente.
Torrez explica que el paso crucial es consultar a un médico especialista. Solo un profesional puede realizar los estudios necesarios para confirmar la neumonía y determinar si es de origen bacteriano, viral o fúngico.
Este diagnóstico es fundamental porque el tratamiento varía dependiendo del tipo de neumonía. Por ejemplo, en caso de una neumonía bacteriana, generalmente, se trata con antibióticos específicos recetados por un médico. La elección del antibiótico y la duración del tratamiento dependerá del tipo de bacteria y la gravedad de la infección.
Cuando la neumonía es viral no se trata con antibióticos. En estos casos, el enfoque se centra en el manejo de los síntomas y el apoyo al sistema inmunológico del paciente. Los antivirales pueden ser prescritos en algunos casos específicos.
Torrez sostiene que, de la misma manera, no es lo mismo tratar a un niño que a un adulto. “La primera instancia es la consulta médica, debemos llevar al niño o a la persona afectada a la consulta médica para que el médico haga los estudios necesarios para confirmar que realmente se trate de una neumonía. También, es diferente la prescripción médica en caso de niños o de adultos mayores”.
Cuidados generales
Independientemente del tipo de neumonía, el académico señala que hay cuidados generales que se deben seguir en casa para apoyar la recuperación del paciente:
- Hidratación: es esencial mantener una buena hidratación, especialmente en los niños, que se deshidratan rápidamente.
- Reposo: garantizar que el paciente descanse adecuadamente es crucial para la recuperación.
- Control de la fiebre: utilizar compresas frías y seguir las indicaciones médicas para el uso de medicamentos antipiréticos.
- Alimentación adecuada: proporcionar una dieta balanceada para apoyar el sistema inmunológico del paciente.
Adicionalmente, el tratamiento y cuidado de la neumonía varían considerablemente entre niños y adultos mayores.
Los niños, especialmente los menores de dos años, requieren una atención especial debido a que se pueden deshidratar rápidamente. En estos casos, los padres tienen que estar alertas en caso de síntomas como dificultad para respirar, tos, fiebre alta, escalofríos, debilidad, falta de apetito y sibilancia; este último es más común en infecciones víricas.
Los adultos mayores también son extremadamente vulnerables debido a que, por la edad, están propensos a la disminución de sus defensas, lo que los hace más susceptibles a infecciones graves.
“En el caso de los adultos mayores, además de los cuidados generales, los familiares deben prestar atención a enfermedades crónicas preexistentes que puedan complicar la neumonía”, puntualiza.
Importancia del seguimiento
La neumonía no se resuelve de un día para el otro. Puede tomar varios días o incluso semanas. Por eso, es esencial el seguimiento médico para monitorear la evolución del paciente y ajustar el tratamiento si es necesario. También es crucial estar atentos a cualquier síntoma nuevo que pueda indicar un agravamiento de la enfermedad.
“El seguimiento es bastante importante ya que las neumonías, generalmente, no se suelen resolver de un día para el otro. A veces tardan mucho tiempo en resolverse, por lo que hay que hacer el seguimiento médico correspondiente y estar alertas a cualquier otro síntoma concomitante que pueda ser señal de agravamiento de la pulmonía”, añade el médico.
La neumonía es una enfermedad seria que requiere atención médica especializada y cuidados específicos según el tipo de neumonía y la edad del paciente. Los niños y los adultos mayores son particularmente vulnerables y necesitan una atención y seguimiento riguroso para garantizar una recuperación adecuada.