La moda, un fenómeno cultural en constante evolución, no solo define estilos, comportamientos y tendencias, sino que también desempeña un papel crucial como motor económico, impulsando la producción y venta de una amplia gama de productos y servicios.
Cada nueva tendencia que surge en el mundo de la moda influye directamente en las preferencias del consumidor, generando un impacto significativo en el mercado.
Desde una perspectiva comercial, la moda ejerce una influencia poderosa sobre el comportamiento del consumidor. “La moda es un potente motor para el movimiento económico. Cada vez que nace una nueva tendencia influye en el gusto y la preferencia del cliente, lo cual hace que ciertos productos o servicios sean más consumidos”, asegura Esteban Rioja, director de la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Un ejemplo claro de esto es el actual auge de la moda «coquette», que ha generado un incremento notable en la producción de diversos artículos, a nivel nacional e internacional.
Esta tendencia, caracterizada por la popularización del color rosado y un enfoque más femenino en la vestimenta, ha impulsado la creación de una amplia variedad de productos, desde prendas de vestir hasta accesorios tecnológicos como carcasas para celulares en tonos rosados.
La moda coquette (del francés, “coquet” que significa coqueto o provocador) es un estilo fresco y juvenil, que fusiona lo romántico, femenino e innovador, combinando elementos vintage con un toque de modernidad. Se caracteriza por jugar con combinaciones de ropa y accesorios en tonos rosas y colores pastel.
Este fenómeno no solo estimula la demanda de productos específicos, sino que también genera un aumento significativo en el flujo de transacciones dentro del mercado.
Las empresas, conscientes del impacto de la moda en el comportamiento del consumidor, pueden capitalizar el posicionamiento de una tendencia para impulsar su presencia en el mercado.
El análisis de datos se convierte en una herramienta invaluable en este proceso, permitiendo a las empresas anticipar y adaptarse a las tendencias emergentes. El uso estratégico de datos de tendencias no solo proporciona información vital para la toma de decisiones comerciales, sino que también ofrece pronósticos precisos sobre las preferencias futuras del consumidor.
“Las empresas pueden aprovechar las tendencias en cuanto a la moda. El hecho de tener un factor tan importante también implica, para cualquier empresa, el análisis de datos y eso también va a ser un referente para ver tendencias a futuro. Este manejo ayuda a generar pronósticos para las empresas y también para el consumidor”, puntualiza el académico.
Impacto económico
La moda no sólo es una expresión de creatividad y estilo, sino también un motor económico dinámico que impulsa la innovación y el crecimiento en el mercado.
Al comprender y aprovechar el impacto de las tendencias de moda, las empresas pueden no sólo satisfacer las demandas cambiantes del consumidor, sino también anticipar y liderar las tendencias emergentes. La moda, en su constante transformación, sigue siendo un catalizador fundamental del movimiento económico y la evolución comercial en la sociedad moderna.
Según la economista Sofía Torres, la moda es un fenómeno intrínsecamente ligado a la economía, ya que no sólo se trata de la fabricación y venta de prendas de vestir, sino también de un mercado que genera millones de dólares cada año.
El valor del sector en la economía global es de tres billones de dólares. Se trata de la segunda mayor actividad económica en todo el mundo en cuanto a intensidad comercial. “Es una fuente de empleo para más de 57 millones de trabajadores en los países en vías de desarrollo, el 80% de los cuales son mujeres”, según el portal Google Arts & Culture.
En la misma línea, el censo de economía naranja de Cochabamba, realizado por el Instituto de Progreso Económico Empresarial (IPEE) de Unifranz, da cuenta que, con un 9%, este rubro es la segunda actividad más importante de la economía creativa de la capital del Valle, después de la gastronomía.
La moda influye en el comportamiento de los jóvenes
La moda puede tener un impacto significativo en el comportamiento de los jóvenes. Algunas formas en que la moda puede influir son: en el sentido de identidad, pertenencia, autoexpresión y esquemas sociales.
Kassandra Zelada, docente de la carrera de Psicología en Unifranz, manifiesta que puede ayudar a los jóvenes a definir su identidad y a sentirse parte de un grupo. “Al seguir las tendencias de moda, pueden sentirse incluidos y aceptados por sus compañeros, lo que puede tener un impacto positivo en su autoestima y confianza”.
En cuanto a la autoexpresión, la moda también les brinda a los jóvenes una plataforma para expresarse y mostrar su personalidad. Esto puede ser especialmente importante durante la adolescencia, cuando los jóvenes están experimentando con su identidad y tratando de encontrar su lugar en el mundo.
Respecto a los esquemas sociales de los jóvenes, también les permite expresar su identidad, construir su pertenencia a un grupo y determinar cómo perciben a los demás, y cómo son percibidos por los demás.
Sin embargo, es importante mencionar que no todos los jóvenes se ven influenciados de la misma manera por la moda. Algunos pueden ser resistentes a las presiones sociales, mientras que otros pueden ser más vulnerables a las influencias externas.
“Es fundamental que los jóvenes sean conscientes de su propio sentido de identidad y que se sientan cómodos y seguros en su propia piel, independientemente de las tendencias de moda”, agrega Zelada
Seguir las modas puede tener aspectos positivos, como el sentido de comunidad y autoexpresión, pero también puede generar presión social y un enfoque excesivo en la apariencia física. Cada individuo tiene diferentes formas de relacionarse con las modas y la importancia que le dan en sus vidas.