Por Guiomara Calle
El camino hacia la excelencia está construido con noches de estudio y múltiples sacrificios. No es tarea sencilla, pero sí se puede, coinciden tres graduadas por excelencia y con los mejores promedios. Las waskiris (estudiosas, traducido del aymara) comparten sus secretos.
Cristal Rojas, Nicole Chiquie y Nicole Saavedra son tres flamantes profesionales tituladas por excelencia en Cochabamba, El Alto y La Paz, respectivamente. Ellas no solo se graduaron con honores, sino con los mejores promedios en sus actos de colación. ¿Cómo lo lograron?
Rojas, quien obtuvo un promedio de 98 en la carrera de Derecho, atribuye su éxito a la disciplina, la constancia y una gestión eficiente del tiempo. “La clave está en mantenerse motivada, aprovechar todas las oportunidades de aprendizaje y no dejar de cuestionar para aprender profundamente”, explica.
Ella asegura sentirse profundamente orgullosa, al igual que su familia, que fue esencial en su camino. Con su experiencia, Rojas aconseja a los estudiantes que aspiren a la excelencia mantener un equilibrio entre lo académico y lo personal. “Es importante tener un plan claro, pero también ser flexible para adaptarse a los retos. Además, gestionar bien el tiempo y no dudar en pedir ayuda”.
La pasión y la creatividad suman
En tanto, Nicole Chiquie, quien obtuvo un promedio de 95,5 en la carrera de Diseño Gráfico y Producción Crossmedia de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz y fue la encargada de dar el discurso en su acto de graduación por sus altas calificaciones, destaca que la clave de su éxito fue una combinación de esfuerzo, pasión y creatividad.
“Me siento súper bien, satisfecha. Fue difícil, hubo muchas noches sin dormir, pero todo valió la pena. Amo mi carrera y ya he visto buenos resultados en el ámbito laboral porque trabajo con una empresa de EEUU, relacionada con mi área, y estoy feliz con lo que hago”, comenta.
Uno de los retos más grandes para ella fue equilibrar el trabajo con los estudios. Sin embargo, su dedicación y empeño le permitieron mantener y crecer en su empleo. “La responsabilidad en todo lo que haces es fundamental. Aprendí a ser responsable porque quería el éxito. La creatividad también ayuda bastante, yo atribuyó mis notas a esas ideas locas y fuera de lo común en las tareas”, asegura.
Nicole también subraya la importancia de la pasión y el trabajo en equipo. Aunque admite no haber sido una alumna destacada en el colegio, encontró en la universidad la pasión que necesitaba para sobresalir. Además, resalta el valor de un equipo de estudio sólido. “Por ti solo puedes hacer muchas cosas, pero si tienes un buen equipo, puedes lograr cosas mejores”, menciona.
Sin miedo a equivocarse
Finalmente, Nicole Saavedra, con 96,2 puntos en la carrera de Periodismo, brinda de entrada un gran consejo: “para triunfar no hay que tener miedo a equivocarse”. Ella recalca que aprender de los errores es clave para crecer tanto personal como profesionalmente. “A veces piensas que para ser excelente no tienes que equivocarte, pero no es así”.
A lo largo de su carrera, la joven enfrentó momentos de dudas sobre si pertenecía a su campo de estudio, pero el tiempo y su esfuerzo le dieron las respuestas. Su consejo para aquellos estudiantes que buscan la excelencia es continuar a pesar de esas inseguridades y persistir en la búsqueda de las metas.
A veces, la búsqueda de la excelencia académica puede generar una presión innecesaria. Nicole aprendió que lo importante es enfocarse en la calidad del trabajo en lugar de obsesionarse con la perfección. Las calificaciones reflejan responsabilidad y compromiso, aunque no necesariamente definen al profesional; las notas altas proyectan una imagen de responsabilidad y esfuerzo que puede abrir puertas en el ámbito laboral.
Estas historias de excelencia académica muestran que el camino hacia el éxito no es lineal, sino que está lleno de desafíos, sacrificios y momentos de duda. Nicole Chiquie, Cristal Rojas y Nicole Saavedra enfrentaron sus propias inseguridades, pero encontraron en la disciplina, la pasión y la capacidad de aprender de los errores, la fuerza para sobresalir.
En ese contexto, Raúl Alberto Chuquimia Callisaya, de la Jefatura de Enseñanza y Aprendizaje (JEA) de Unifranz, subraya la importancia de conocer el propio estilo de aprendizaje porque permite al estudiante diseñar estrategias personales para consolidar conocimientos. “Existen varios tipos de aprendizaje, como el activo, el reflexivo, el teórico y el pragmático, cada uno enfocado en diferentes formas de entender y aplicar la información”, afirma.
Asimismo, menciona el aprendizaje auditivo y visual, entre otros, que ayudan a los estudiantes a fortalecer su capacidad para conectar con el entorno y mejorar su rendimiento académico mediante el uso de herramientas tecnológicas para organizar su tiempo de manera eficiente.