“Estamos en la época de la genética, en la que conocemos mucho sobre el genoma y al mismo tiempo desconocemos mucho sobre la función de los genes”, explica la médico y bióloga Shirley Andrade, docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
En los últimos años, los avances médicos permitieron el desarrollo de la medicina personalizada, la cual se vale de la información genética de los pacientes para diseñar fármacos y tratamientos personalizados para tratar enfermedades neurológicas, mutaciones genéticas particulares y enfermedades autoinmunes, entre otras condiciones.
El Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano (NIH) de Estados Unidos define a la medicina personalizada como “una práctica emergente de la medicina que utiliza el perfil genético de un individuo para guiar las decisiones tomadas en relación con la prevención, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad”.
El Instituto agrega que el conocimiento del perfil genético de un paciente puede ayudar a los médicos a seleccionar la medicina o la terapia adecuada, así como administrar la dosis o el régimen adecuados.
Andrade agrega que las enfermedades tienen dos componentes, el ambiental y el genético, el primero puede ser modificado con tratamientos preventivos, medicinas u otro tipo de intervenciones, pero en el caso de los componentes genéticos se deben realizar otro tipo de terapias.
“La parte ambiental la podemos modificar con los tratamientos preventivos, con medicamentos, entre otras cosas, pero la parte genética, en este caso con la introducción de terapias génicas se ha logrado realizar algunos avances, por ejemplo, en enfermedades como mutaciones puntuales, paciente diabéticos tipo 1, paciente que han tenido anemia falciforme, es decir con pacientes que han tenido ciertas enfermedades raras”, explica la especialista.
Por ejemplo, dice Andrade, la medicina personalizada puede ser usada en el diseño de tratamientos para mejorar la respuesta inmunológica en base a sus variaciones particulares.
“El sistema inmunológico tiene un componente que es el sistema mayor de histocompatibilidad, el cual está codificado en nuestros cromosomas y condiciona la manera en que nuestros glóbulos blancos funcionan. Así como cada uno de nosotros tiene una respuesta diferente a cada agente patógeno con pequeñas variaciones que nos dan una respuesta diferencial. En ese caso la genética nos puede permitir definir los mejores tratamientos en cada caso particular”, explica.
La medicina personalizada se aplica, principalmente en el tratamiento de enfermedades autoinmunes, enfermedades neurodegenerativas, enfermedades neuronales y en tratamientos para algunos tipos de cáncer, estimulando el sistema inmunológico para que pueda reconocer las células malignas y pueda eliminarlas.
Sin embargo, la medicina personalizada tiene sus trabas y particularidades.
“Normalmente no se diseñan, utilizando la genética, fármacos para cosas simples, como resfriados o enfermedades comunes, los que tenemos funcionan de manera muy eficiente. Pero en enfermedades complejas como problemas reumáticos, lupus, demencia, alzheimer, donde sabemos que los medicamentos son muy caros y no siempre tienen una buena respuesta, que son tóxicos o que tienen fuertes efectos secundarios, no podemos fallar, ni en la dosis, ni en la cantidad, ahí es donde entra la genética para poder describir el comportamiento de los medicamentos en estos pacientes, que pueden ser vulnerables, que tienen patologías de base o pacientes que tienen un sistema inmunológico deprimido por el VIH, trasplantes u otro tipo de condiciones”, acota la médica.
Por eso la medicina personalizada o la farmacogenómica no es accesible a todos los pacientes ni a todas las enfermedades.
“Son estudios que requieren de especialistas muy calificados, nos ayuda la IA para poder colaborar con los algoritmos que son muy complejos y un laboratorio y mucho financiamiento. En Bolivia no hemos tenido ninguna experiencia específica sobre esto, pero si en Europa y en EEUU si se han experimentado buenos resultados, justamente con esa influencia genética que conocemos de ciertas enfermedades”, puntualizó Andrade, sobre la innovadora rama de la medicina.
La médica agrega que la principal ventaja de la medicina personalizada es tener un medicamento con menos efectos adversos, en las dosis correctas y que produzca una respuesta adecuada de parte del paciente, evitando que haya complicaciones en las enfermedades.
De acuerdo con estudios realizados en México, en psiquiatría, hasta el 40% de los medicamentos que el paciente toma no son efectivos debido a la influencia de los factores genéticos de cada persona. Mientras que, en casos del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) o enfermedades cardiovasculares, los fármacos empleados son eficaces sólo entre el 25% y el 60% de los pacientes.
“A la larga se espera que, mientras más personas vayan codificando su genoma, tengamos mucha más información para seguir creando estos nuevos fármacos a mayor escala”, manifiesta.