Inspiradora historia: Luis Eduardo Hinojosa se reinventa en la universidad a pesar de que no puede mover ni brazos ni piernas
Reinventarse no siempre es una elección voluntaria. A veces, es una respuesta inevitable frente a un quiebre que lo cambia todo. Cuando el cuerpo deja de responder, cuando la vida conocida se interrumpe de forma abrupta, la verdadera pregunta no es qué se perdió, sino cómo se vuelve a empezar. En ese tránsito entre la caída y la reconstrucción, la resiliencia se convierte en una forma de supervivencia.
Esa fue la esencia de la ponencia de Luis Eduardo Hinojosa en TEDx Unifranz 2025, un encuentro, organizado por la Universidad Franz Tamayo (Unifranz) con la licencia de TED, que reunió historias de ciencia aplicada, tecnología, emprendimiento, neurociencia y resiliencia humana, consolidando a la Universidad Franz Tamayo como un espacio de diálogo entre conocimiento, experiencia y transformación social. Desde el escenario, Hinojosa compartió una historia profundamente honesta sobre la discapacidad, la adaptación y el sentido de seguir viviendo.
Con 31 años, Hinojosa se presentó ante el público como usuario de silla de ruedas y diagnosticado con cuadriplejia.
“La cuadriplejia es la pérdida de movimiento y sensibilidad de las cuatro extremidades, pero en diferentes rangos”, explicó, desmitificando desde el inicio una condición que suele ser vista de forma homogénea.
En su caso, recuperar parcialmente el movimiento del brazo derecho significó algo mucho más profundo que un avance físico: “Para mí esto es independencia”, afirmó, al poder usar su teléfono y mantenerse conectado con el mundo.
El origen de su historia se remonta a los 15 años, durante un día común en una piscina con amigos. Un clavado que había hecho muchas veces terminó en un accidente que cambió su vida para siempre.
“Escuché un fuerte crujido acompañado de una corriente por todo mi cuerpo. Estaba consciente, pero ya no podía moverme”, relató, describiendo el momento en que entendió que algo había cambiado de forma irreversible. Gracias a la reacción de sus amigos, que evitaron moverlo hasta la llegada de una ambulancia, logró sobrevivir.
Los meses siguientes fueron una lucha constante. Hinojosa estuvo internado más de tres meses, dependiente de un respirador mecánico, sin poder hablar, comer ni moverse. Aun así, se propuso un primer objetivo: volver a comunicarse. “Quería hablar con mi familia, decirles que estaba bien”, recordó, explicando cómo logró dejar el respirador en mes y medio, pese a los pronósticos médicos. El segundo desafío fue aún mayor: seguir viviendo, cuando le habían dado apenas seis meses de vida.
Salir del hospital, explicó, fue como volver a nacer. Aprender a hablar, a comer y a relacionarse con un mundo que ya no estaba adaptado para él implicó enfrentar barreras físicas y sociales. “Si el mundo no está adaptado para mí, yo me voy a adaptar a él”, dijo, narrando cómo transformó su casa, su movilidad y su entorno para recuperar autonomía.
Con el tiempo, Hinojosa encontró en la tecnología una aliada. La virtualidad le permitió terminar el colegio, ingresar a la universidad y estudiar publicidad y marketing. Manejar una tablet con un lápiz en la boca se convirtió en su forma de estudiar, trabajar y emprender.
“No es que una persona con discapacidad no pueda hacer algo, es que tiene que aprender a hacerlo nuevamente”, afirmó, desmontando prejuicios profundamente arraigados.
Su mensaje trascendió la historia personal para convertirse en una reflexión colectiva. “No elegimos las batallas que vamos a luchar, pero sí elegimos cómo lucharlas”, expresó, subrayando que su relato no trata sobre un accidente, sino sobre lo que viene después. En ese sentido, dejó una idea contundente: “Reinventarse no es una opción, es el puente que construimos para empezar a vivir de verdad”.
La ponencia de Hinojosa dialogó con las demás charlas de TEDx Unifranz 2025, como la de Khalil García-Tornel, que defendió la ciencia aplicada a la vida diaria; Valeria Rivero, que propuso soluciones energéticas frente a la crisis climática; Sinchy Díaz, enfocada en la divulgación y el conocimiento práctico; Rigo Bellot-Machi, que invitó a reescribir la narrativa personal desde la neurociencia y el cine; y Nicole Guerrero, cuya intervención aportó una mirada complementaria sobre creatividad, conciencia y transformación personal. Juntas, las voces coincidieron en un mensaje común: el cambio comienza cuando se cuestionan los límites impuestos.
Al cerrar su intervención, Hinojosa dejó una invitación clara y directa: mirar las barreras no como muros definitivos, sino como desafíos que pueden superarse. Porque, como quedó claro en esta jornada de ideas, reinventarse no es el final del camino, sino el inicio de una nueva forma de vivir.