Con un poco de retraso, las lluvias llegaron al país y, si bien sofocaron incendios y la densa humareda que afectaba a las ciudades de Santa Cruz, La Paz, Rurrenabaque o Cochabamba, hoy causan preocupación en el ámbito de la salud pública por las enfermedades que, también, llegan con ellas.
Fernando Siles, docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, explica que, en Bolivia, las enfermedades estacionales durante la temporada de lluvias varían según las regiones.
“Por ejemplo, en Cochabamba, es común la aparición de enfermedades respiratorias, como resfriados y gripes, debido al aumento de la humedad. También se pueden presentar enfermedades transmitidas por mosquitos, como el dengue y la malaria, debido a la proliferación de estos insectos en los criaderos de agua estancada, particularmente en la región del Chapare”, explica el médico.
En La Paz y El Alto, es común la aparición de enfermedades respiratorias, como resfriados y gripes. Sin embargo, en la región de los Yungas podrían presentarse casos de dengue, fiebre amarilla, hanta virus o fiebre hemorrágica.
En tanto en Santa Cruz, al igual que en las regiones tropicales del resto del país, las lluvias llegan con la aparición de enfermedades transmitidas por mosquitos, como el dengue, la malaria o la fiebre amarilla. También se pueden presentar enfermedades gastrointestinales, como la diarrea, debido a la contaminación del agua.
Según Siles, en esta época, algunas enfermedades pueden ser estacionales, es decir, que ocurren con mayor frecuencia sólo en este período del año debido a las condiciones climáticas. Sin embargo, también existen enfermedades que son endémicas, lo que significa que están presentes de manera constante en una determinada área geográfica.
“En el caso de Bolivia, algunas enfermedades transmitidas por mosquitos, como el dengue y la malaria, pueden ser tanto estacionales como endémicas, dependiendo de la región. Estas enfermedades pueden aumentar durante la temporada de lluvias debido a la proliferación de mosquitos en los criaderos de agua estancada”, puntualiza el académico.
Los niños y los adultos mayores son los más afectados
La población más afectada por las enfermedades propias de esta época del año varía según el tipo de enfermedad y las condiciones específicas de cada región.
Sin embargo, según Siles, los grupos más vulnerables suelen ser los niños y niñas debido a que su sistema inmunológico está menos desarrollado, lo que los hace más susceptibles a las enfermedades.
También están los adultos mayores que pueden tener un sistema inmunológico debilitado y estar más expuestos a complicaciones de salud.
Las personas con enfermedades crónicas, como diabetes, alergias o enfermedades respiratorias, pueden tener un mayor riesgo de complicaciones si contraen una enfermedad durante la temporada de lluvias, explica Siles.
Otro sector vulnerable son las comunidades con acceso limitado a servicios básicos, como agua potable y saneamiento, y porque están más expuestas a enfermedades transmitidas por el agua y por mosquitos.
Cómo afectan las lluvias a la salud
Las lluvias pueden tener varios efectos en la salud de las personas. Algunos de los impactos más comunes incluyen:
● El aumento de la humedad en el ambiente favorece la proliferación de microorganismos y aumenta el riesgo de enfermedades respiratorias, como resfriados y gripes.
● La contaminación de las aguas puede llevar a enfermedades, como la diarrea.
● El incremento de criaderos de mosquitos por las lluvias puede crear charcos de agua estancada, que son ideales para la reproducción de mosquitos. Esto aumenta el riesgo de enfermedades, como el dengue, el zika y la malaria.
Cómo prevenir enfermedades en esta temporada
Para prevenir enfermedades durante la temporada de lluvias, Siles recomienda seguir las siguientes medidas:
● Mantener una buena higiene personal, lavándose las manos con frecuencia y utilizando desinfectante de manos cuando no sea posible lavarlas con agua y jabón.
● Evitar el contacto con agua estancada y eliminar los posibles criaderos de mosquitos en el entorno, como recipientes con agua acumulada.
● Protegerse de los mosquitos utilizando repelente, ropa de manga larga y pantalones largos, y colocando mosquiteros en las ventanas y puertas.
● Evitar el consumo de agua no potable y asegurarse de que las fuentes de agua estén adecuadamente tratadas.
● Mantener una buena ventilación en los espacios cerrados para reducir la humedad y prevenir la proliferación de microorganismos.
● Vacunarse según las recomendaciones de las autoridades sanitarias.
“Es crucial que la población contribuya activamente a la eliminación de criaderos de mosquitos, haciendo uso de repelentes y mosquiteros, así como vacunándose contra enfermedades prevenibles”, sugiere el profesional médico.
Además, enfatiza sobre la necesidad de mantener una estricta higiene personal y del entorno, buscar atención médica de manera temprana, participar en campañas educativas comunitarias y colaborar estrechamente con las autoridades de salud.
Otra medida de seguridad que se puede adoptar es la protección personal durante actividades al aire libre, incluyendo el cambio de ropa en caso de mojarse después de realizar alguna actividad.