Espectáculos, conciertos, recitales y la producción musical son algunos de los consumos culturales más importantes y uno de los motores de la economía creativa, debido al movimiento de empleos y riqueza que generan.
“Los eventos culturales como la música, en mi caso con la Orquesta Filarmónica, no solo involucra a los artistas en escena, sino que también hay toda una industria detrás. En nuestro medio, esta industria aún no es muy grande, pero incluye personas que trasladan las tarimas, el coro, los que llevan los instrumentos, el maquillaje, y quienes trabajan en la escenografía”, explica Augusto Guzmán, director de la Orquesta Filarmónica de Cochabamba.
El director de orquesta indica que la producción musical es una maquinaria que se mueve y representa la economía naranja, donde detrás de un grupo de arte hay muchas personas que también trabajan y obtienen empleo gracias a ello.
Guzmán participó recientemente en el Futures Week, un evento organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, cuyo objetivo fue el de reunir a líderes y expertos con jóvenes para elaborar propuestas para la construcción de las ciudades del futuro.
En 2023, la industria musical a nivel mundial registró un ingreso por 28.600 millones de dólares, un crecimiento anual de 10.2%, de acuerdo con el Global Music Report 2024, difundido por la Federación Internacional de la Industria Discográfica (IFPI, por sus siglas en inglés).
Por otra parte, según la consultora internacional Pollstar, los ingresos totales de las 100 principales giras musicales de 2023 aumentaron un 46%, de 6.280 millones de dólares en 2022 a 9.170 millones en 2023. Las cifras de asistencia a conciertos también aumentaron, pasando de 59 a 70 millones, lo que supone un incremento del 18,4%.
El director de la Orquesta Filarmónica de Cochabamba indica que la música y la cultura juegan un papel crucial en la economía creativa o naranja, por una diversidad de factores, entre los cuales destacan:
● Generación de empleo: la industria musical y cultural emplea a una gran cantidad de personas, desde artistas y músicos hasta técnicos de sonido, productores, diseñadores de escenarios y más.
● Innovación y creatividad: la música y la cultura fomentan la creatividad y la innovación, lo que puede llevar a nuevos productos y servicios que impulsen la economía.
● Atractivo turístico: las ciudades con una rica vida cultural atraen a turistas, quienes gastan dinero en hoteles, restaurantes y eventos culturales, beneficiando a la economía local.
● Identidad y cohesión social: la música y la cultura ayudan a fortalecer la identidad y la cohesión social, lo que puede llevar a una sociedad más unida y colaborativa.
● Valor añadido: los productos y servicios culturales a menudo tienen un alto valor añadido, lo que significa que pueden venderse a precios más altos y generar más ingresos.
● Exportación y reconocimiento internacional: la música y la cultura también pueden ser exportadas, llevando a un reconocimiento internacional y generando ingresos a nivel global.
Según la Encuesta de Consumos Culturales 2023, elaborada por el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES), de todos los habitantes de las principales ciudades del país que escuchan música, un 64% lo hace todos o casi todos los días.
“Además, es posible observar una diferencia en cuanto al sexo, 67% de los hombres escucha música todos o casi todos los días, mientras que un 60% de las mujeres lo hace”, explica el informe, elaborado en base a datos recogidos en las tres principales áreas metropolitanas de Bolivia (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz).
Sin embargo, el informe también evidencia que los datos reflejan una realidad bastante uniforme en cuanto a la asistencia a conciertos, recitales o presentaciones de música en vivo de artistas bolivianos. El 40 % de las personas de 58 años o más prefieren asistir a conciertos, recitales o presentaciones de música en vivo de artistas bolivianos. Un 25% asistió únicamente a este tipo de conciertos y un 24% de la población no asistió a ningún concierto de artistas bolivianos. Los principales motivos por los que la gente no asiste a este tipo de eventos son la falta de tiempo (41%), falta de dinero (19%) o porque no les interesa (13%).
Al respecto, Guzmán indica que en los últimos años se aprecia un mayor interés por los espectáculos musicales, representado por un incremento, “lento pero seguro” en la asistencia, por lo que considera que en los próximos años este aumento en la taquilla será sostenido.
“Llevo casi 20 años aquí y he tratado de hacer un cambio en el ámbito musical. Aunque ha sido lento, ha habido progreso. La gente ha ido respondiendo y hablando de la Orquesta Filarmónica, hemos crecido de tener solo 50 personas, la mayoría familiares, a casi 1,500 personas en nuestro último concierto de Carmina Burana”.
Guzmán asegura que se pueden lograr más cambios y que en unos cinco o diez años se puedan ver más avances.
“Esperamos tener una sociedad más consciente y una ciudad más participativa en lo que respecta a la cultura y al cuidado del medio ambiente. Tengo esperanzas en nuestra ciudad Cochabamba y en nuestro país”, acota.
Este próximo 13 y 14 de noviembre en Cochabamba, Unifranz organiza el Foro de Economía Creativa, un evento que busca fomentar el desarrollo sostenible de la ciudad a través de la promoción, fortalecimiento y visibilización del ecosistema creativo local.
El encuentro contará con la participación de Felipe Buitrago (Colombia), experto en industrias culturales y creativas, y el chileno Ricardo Román, director del colegio Alberto Blest Gana, reconocido como uno de los 100 mejores colegios del mundo, entre otros speakers nacionales e internacionales.