Este martes 24, el mundo celebra el Día Internacional de la Educación, proclamado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) con el objetivo de reflexionar sobre el rol que la educación desempeña en la paz y el desarrollo de la humanidad.
La educación es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad colectiva. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) sostienen que se debe garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.
Durante la última década, se lograron grandes avances a la hora de ampliar el acceso a la educación y las tasas de matriculación en las escuelas en todos los niveles, especialmente para las niñas. No obstante, alrededor de 260 millones de niños están sin escolarizar y 771 millones de adultos son analfabetos. En el caso boliviano, la tasa de alfabetización es del 92,46%, según datos de la UNESCO.
Respecto a la importancia de la educación y su impacto social, conversamos con expertos vinculados a temas educativos, tanto en el país como en el exterior.
Educación es sinónimo de transformación
Francesc Pedró, director del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (UNESCO IESALC), en conversación con UNIFRANZ pidió celebrar el papel transformador de la educación para todos.
“Esta conmemoración nos recuerda el papel transformador que la educación y, por supuesto, la educación superior tiene para la vida de nuestros ciudadanos y ciudadanas (…)”, afirma.
Xavier Aragay, experto español en educación superior, presidente de Reimagine Education y asesor de UNIFRANZ, remarca la importancia que tiene este instrumento para “el progreso de las personas, de las instituciones, de las empresas y, en definitiva, el progreso de un país y del mundo”.
Entre tanto, Verónica Ágreda Arq. DESA, Rectora de la Universidad Franz Tamayo, UNIFRANZ, apunta la importancia que la educación tiene para formar agentes de cambio social: “la educación es la herramienta más potente para el desarrollo personal y la generación de agentes de cambio frente a una realidad incierta. Los distintos actores de la sociedad –gobernantes, empresarios, educadores, líderes juveniles, activistas y padres de familia– necesitamos alinear nuestro camino para ser protagonistas de la transformación de la educación en el país».
“En el día internacional de la educación es importante que cada país trabaje para su desarrollo, porque es una manera de hacer crecer a la sociedad, producir equidad, igualar las oportunidades y también que las personas individualmente desarrollen sus proyectos de vida, más ahora que el mundo está cambiando y cada vez es más necesario reinventarnos para tener cada vez mejores instituciones”, asegura Ricardo Román, director del Colegio Alberto Blest Gana de Santiago de Chile, uno de los mejores 100 colegios del mundo.
El director en Bolivia de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), Noel Aguirre, sostiene que “la educación es la vida misma”, porque los seres humanos, como dice Paulo Freire, son seres inacabados que, racionalmente, pueden definir cuánto más pueden aprender y cuánto menos deben aprender y que ese proceso trata de desarrollarnos como personas.
“La educación tiene que ver con la vida y, por lo tanto, se tiene que desarrollar a lo largo de toda la vida, desde que uno nace hasta que muere, pero además tiene que reconocer absolutamente todas las particularidades y diversidades de la población. Por ende, la educación no es sinónimo de escuela, porque se la realiza en todos los ámbitos de la vida”, asegura.
Beatriz Varoni, directora de Internacionalización y Postgrados de la Universidad de Flores (UFLO) recuerda que la sociedad debe apoyar medidas transformadoras que garanticen una educación inclusiva, equitativa y de calidad, en todos los niveles y para todas las personas.
“Es importante reafirmar el compromiso de hacer un trabajo colaborativo entre los países para que cada uno pueda aportar lo que viene construyendo en materia educativa”.
Mario Alberto Secchi, director del Instituto Universitario Italiano de Rosario, asegura que hablar de educación en pleno siglo XXI, es hablar de nuevos paradigmas porque, hoy, la educación es muy dinámica, flexible y, sobre todo, las cosas tienen que estar preparadas para los cambios vertiginosos que se vienen año tras año.
“Hay que ser flexibles, sumamente contemplativos y tener mucha predisposición, para la internacionalización, los aprendizajes de competencia y, sobre todo, por el trabajo comunitario con un alto compromiso social”, afirma.
Evania Schneider, decana de la Universidad de Vale do Taquari, Univates, del Brasil dice que la educación permite transformar vidas, “cambiar y mejorar nuestra sociedad y nuestras comunidades, en cualquier parte del mundo”.
Luz Vanzulli, directora de Educación Continua y Postgrado del Tecnológico de Monterrey, considera que el rol de la educación es entregar conocimientos que permitan el aprendizaje “para el desarrollo de habilidades y competencias que impacten en el cambio de paradigmas y el florecimiento humano en las personas”.
Cristina Russi, directora de Cooperación Internacional de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ), indica que con la conmemoración de esta fecha se refuerza la importancia de la educación en el desarrollo de la humanidad en varios aspectos físicos, intelectuales, culturales.
“La educación es el proceso principal por el cual la humanidad progresa y se reconoce en sí misma. La educación como proceso social permite a las personas construir mejores sociedades y mejores personas, permite dar un salto tanto cualitativo como cuantitativo, tanto en su razonamiento como persona, como en su relación con el entorno. De esa manera todos contribuimos a una mejor sociedad, aún mejor mundo y aún mejor equilibrio de las cosas”, asegura por su lado Reinaldo Cifuentes, experto en educación superior y coordinador de la Red de Administradores Universitarios (RAUI).
Lluis Pastor, Doctor en Periodismo por la Universidad Ramón Llull (URL), máster en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y asesor para la transformación educativa considera a la educación como el I+D de las personas, “innovación y desarrollo lo que hace que la sociedad evolucione, crezca, que este al día en una sociedad que corre vertiginosamente, para no quedarnos atrás”.
Finalmente, el coordinador del Instituto de Investigaciones Pedagógicas Plurinacionales del Ministerio de Educación, Fernando Carrión Justiniano, asegura que la educación es el proceso individual, pero además social comunitario de desarrollo de todas las potencialidades del ser humano.
“Es el proceso mediante el cual se generan las condiciones para la incorporación de los individuos en una determinada sociedad, en una determinada cultura, en un determinado contexto (…). Es darle las herramientas para que pueda mejorar y transformar esa realidad que le ha tocado vivir”, concluye.
A propósito del Día Internacional de la Educación, no está demás reiterar el llamado de la UNESCO para pensar en el futuro de los estudiantes con una mirada renovada hacia el mundo y condiciones para el desarrollo de una ciudadanía crítica, responsable y comprometida a nivel individual y colectivo, dando lugar a una sociedad más justa y equitativa en un entorno ambiental sostenible.