Por Manuel Fiilomeno
El uso de medios de pago digitales han tenido un crecimiento sostenido en los últimos cinco años en Bolivia, convirtiéndose en una opción segura y rápida al uso de dinero en efectivo; sin embargo, requiere de una normativa más avanzada para dar un salto exponencial.
“Tenemos avances muy grandes en la digitalización de la economía, vemos el tema de los códigos QR y otros medios de pago digital, la banca formal se unió para desarrollar esta solución que ahora usamos todos, y ese es un gran paso que no vemos en otros países, pero todavía falta mucho, hay muchas trabas que aún hay que superar y que requieren del análisis de la normativa financiera en general, que impide que podamos avanzar al ritmo de otros países”, explica Santiago Laserna, economista e investigador del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES).
Laserna participó del conversatorio “Cochabamba Smart City”, evento previo a la realización del Futures Week, organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, desde el 22 al 25 de octubre en El Alto y Cochabamba.
Datos de la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban) muestran que, durante el primer semestre de 2024, el 82% de todas las transacciones interbancarias en Bolivia se realizaron mediante la tecnología QR (del inglés Quick Response code, código de respuesta rápida) y otros medios digitales.
La entidad privada que concentra a los bancos bolivianos registró 171 millones de Órdenes Electrónicas de Transferencias de Fondos (OETF), siendo que el 82% de las transferencias electrónicas se realizan con QR Simple, es decir 142 millones de transferencias, en el primer semestre.
“Bolivia es un país muy avanzado en el tema de la economía digital gracias al uso de códigos QR, sin embargo, hay mucho más que se podría estar haciendo, pero tenemos que actualizar la normativa y generar una regulación más moderna que incluya nuevas tecnologías”, expresa el investigador, que estudia este fenómeno desde 2020, en el contexto de la pandemia del Covid-19 que asoló el mundo.
Laserna, por ejemplo, indica que es necesario pensar en una regulación que incluya el uso de las criptomonedas, cuya prohibición fue levantada por el Banco Central de Bolivia (BCB) recientemente, como medio de pago, así como el desarrollo de startups financieras (Fintechs) que sirvan como bancos digitales y puedan gestionar pagos sin la necesidad de una cuenta bancaria y pasarelas de pago.
“Desde la investigación, hemos visto que para que se pueda dar un crecimiento exponencial en la economía digital, es necesario liberar la regulación actual, sobre todo para potenciar la creación de fintechs que no necesariamente apoyen a los bancos, sino que puedan funcionar como empresas de intermediación financiera por sí solas, que exista un Paypal (pasarela de pagos internacional) boliviano, que nos pueda permitir realizar transacciones sin la necesidad de contar con una cuenta bancaria. Existen riesgos, pero la idea es que se cree un ambiente en el que se puedan fomentar las oportunidades que dan lugar a la innovación”, explica.
El papel de las fintechs en la inclusión financiera
El investigador del CERES apunta que una mejora en la regulación debe ir de la mano con la mejora y transparencia de los datos que se cuentan sobre la bancarización e inclusión financiera en el país.
“Actualmente, tenemos datos de la cantidad de cuentas bancarias que existen en el país, pero no de cuántas personas tienen cuentas, estos datos son necesarios para avanzar en el tema de la inclusión financiera y la economía digital, porque nos permitirían tener un mejor panorama del qué se necesita”, manifiesta
El Banco Mundial calcula que 1.400 millones de personas en todo el mundo carecen de servicios bancarios. Además, la GSMA (organización dedicada al apoyo de la normalización, la implementación y promoción del sistema de telefonía móvil) y que 345 millones de los 400 millones de microempresas de los mercados emergentes son informales, lo que pone de manifiesto una importante brecha en el panorama financiero mundial.
Según Naciones Unidas (ONU), las microempresas y las pequeñas y medianas empresas (mipymes) representan el 90% de las empresas, más del 70% del empleo y el 50% del PIB mundial. Por tanto, es esencial que tengan acceso a los recursos y herramientas que necesitan para expandir sus operaciones y gestionar pedidos de productos más grandes y una demanda creciente.
Ante esta situación, la banca electrónica y las fintech han emergido como un vehículo para que las personas accedan a diversos servicios financieros. El acercamiento de la banca a los clientes, a través de la accesibilidad virtual, también promueve la inclusión financiera en el país.
Para Laserna, estas tecnologías, sumadas al uso de criptomonedas, podrían permitir la inclusión de más bolivianos en los sistemas de pagos digitales, con los beneficios asociados de una mayor fluidez en el comercio y una menor dependencia del uso de monedas extranjeras como el dólar.
“Ya estamos viendo desarrollos interesantes con lo que se tiene actualmente, sobre todo en el caso de las criptomonedas, pero aún necesitamos mejores condiciones, si bien los riesgos existen, las oportunidades que se generan son importantes”, concluye el experto.