Comienza en la comisura de los labios, que se eleva ligeramente formando un arco, y se abre y deja ver los dientes, los pómulos también suben y los ojos se achinan en un gesto de pura felicidad, dejando escapar la risa que llena toda la habitación.
Cada primer viernes de octubre se celebra el Día Mundial de la Sonrisa, una tradición iniciada por Harvey Ball, creador del símbolo iconográfico ‘Smile Face’ o ‘Carita Feliz’, con la intención de que la fecha sea recordada como un momento para ser feliz y llevar alegría a los demás, al menos una vez al año.
En 1999, Ball consideraba que el símbolo que había creado había perdido el sentido, por lo tanto fundó la World Smile Corporation, un fideicomiso caritativo que apoya varias causas infantiles. Su lema es «Haz un acto de bondad: ¡ayuda a una persona a sonreír!»
El diseñador falleció en abril de 2001 de una falla hepática, dos años después de iniciar la celebración.
El símbolo
La carita sonriente nació en 1963, de la mano del diseñador, al ser contratado por una compañía para crear algo que levantara la moral. En menos de 10 minutos creó la carita y le pagaron 45 dólares por ella.
Ball nunca registró su creación, que explotó en popularidad, apareciendo en pancartas, Internet, ropa, vasos y todo tipo de soportes, sin lucrar jamás de éstas. A pesar de esta decisión, Ball nunca se arrepintió de no haber peleado por la autoría de su obra.
Los beneficios de sonreír
Además de iluminar los rostros de quien ríe, sonreír tiene numerosos beneficios para la salud humana, desde ser un remedio para el estrés, hasta ayudar a combatir algunas enfermedades y mejorar las relaciones con quienes nos rodean, señala Patricia Angulo, directora de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz Cochabamba.
“La sonrisa tiene un impacto significativo en el bienestar psicológico y en el establecimiento de relaciones interpersonales. No solo beneficia el estado de ánimo y la salud mental, sino que también mejora las interacciones con los demás, impulsa la sociabilidad, favorece la comunicación entre las personas y la capacidad para enfrentar los desafíos de la vida de manera más efectiva”, señala la docente universitaria.
Asimismo, otra de las ventajas de sonreír es que este acto puede dar lugar a un cambio de perspectiva, permitiendo percibir los desafíos, los conflictos desde una óptica más positiva y a encontrar soluciones más efectivas, agrega la profesional.
Angulo dice que, de acuerdo a estudios realizados en todo el mundo, sonreír activa la liberación de endorfinas, neurotransmisores que generan una sensación de bienestar y reducen el dolor. Esto puede ayudar a mejorar el estado de ánimo, la ansiedad y la depresión.
“Asimismo, sonreír también puede reducir los niveles de hormonas causantes del estrés: adrenalina, cortisol y dopamina. Al hacerlo, disminuye la respuesta del cuerpo al estrés y puede ayudar a que uno se sienta más relajado y en control”, puntualiza la académica.
Es por eso que sonreír es especialmente importante en diversos contextos como lo son el familiar, el social y el laboral, debido a sus numerosos beneficios.
En el caso de los entornos laborales, sonreír puede contribuir en crear un ambiente positivo y acogedor, impulsando una comunicación abierta.
“Al mismo tiempo, sonreír fortalece los lazos entre los miembros de la familia o de una institución. En situaciones de conflicto o estrés, una sonrisa puede calmar las tensiones. Sonreír desempeña un papel esencial en la creación de relaciones saludables, la mejora del ambiente en diferentes contextos y la promoción de la comunicación efectiva. Puede influir positivamente en cómo te perciben los demás y en cómo uno se siente en sus relaciones personales, familiares, sociales y laborales”, argumenta Angulo.