Por Diego And´res Sabat
Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+I) es la propuesta de Unifranz hizo para dejar atrás el modelo económico clásico que sólo toma en cuenta la tierra, el trabajo y capital. Esta nueva política surge dentro de un nuevo esquema denominado Finanzas Verdes que busca a profesionales comprometidos con el cuidado y conservación del medio ambiente afectado por el calentamiento global.
“El modelo económico no sólo beneficia a las empresas sino crea economías sostenibles que resguardan los recursos naturales y, adicionalmente, promueve el uso de un factor de producción como el I+D+I. La idea es que las empresas incluyan este factor como una alternativa en la producción”, dijo Jenny Andia, directora de Ingeniería Económica en Unifranz.
Las finanzas verdes apuntan al desarrollo sostenible, a un crecimiento que resguarde los recursos naturales y que también fue el tema central de las XVI Jornada Monetaria “Política Monetaria y Finanzas Verdes, la ruta al desarrollo sostenible” propiciadas por el Banco Central de Bolivia (BCB).
Bajo esta perspectiva, Andia aseguró que la Unifranz prepara a los estudiantes a usar este nuevo factor de producción en las empresas y que los jóvenes sean responsables en el uso eficiente de los recursos naturales a fin de reducir los niveles de calentamiento global.
Una de las múltiples soluciones que planteó Andia a este problema es fortalecer la utilidad marginal. Es decir, satisfacer las necesidades del ser humano sin desperdiciar bienes o servicios. También se incluyen políticas de reactivación sostenibles que buscan el bienestar social y el desarrollo sostenible.
Martin Villegas, jefe del departamento de Análisis del Sistema Financiero del Banco Central de Bolivia (BCB) explicó -en una visita hecha a Unifranz- cómo las finanzas verdes serán implementadas en la región. “Desde la academia buscamos fomentar cambios como la implementación de políticas sustentables de producción o disminución de emisiones de carbono a través de una reducción impositiva o acceso a mejores créditos a empresas que protejan el medio ambiente”, indicó la autoridad en la XVI Jornada Monetaria “Política Monetaria y Finanzas Verdes, la ruta al desarrollo sostenible”.
Jenny Andia destacó cómo las nuevas generaciones ya asumieron este cambio de mentalidad por políticas más sustentables. “Los Ingenieros Económicos nos encargamos de hacer un uso más eficiente de los recursos, evitamos dañar al medio ambiente y hacer una economía más sana”.
La profesional dijo que cada paso cuenta en la lucha contra el cambio climático y la preservación del planeta. Para ella, los futuros profesionales serán los responsables de encontrar prontas soluciones a esta crisis con trabajo colaborativo, soluciones creativas y acciones contundentes.
Los desastres y el incremento de precios
El responsable de climatología de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA- por sus siglas en ingles), Gavin Schmidt, afirmó que ese mes fue el más caluroso en “cientos, sino miles de años” luego de revisar los promedios de temperaturas registradas a nivel mundial.
El hemisferio sur “sufre” anormales temperaturas invernales en ésta época del año y el norte atraviesa uno de los veranos más calurosos desde que se tiene conocimiento. A mediados de julio la Acrópolis de Atenas cerró sus puertas en los horarios de más calor por alcanzar los 43 grados a la sombra; mientras en China el gobierno de la República Popular prohibió ciertos trabajos en los horarios de más calor.
En Bolivia, el jefe de Climatología del Servicio Nacional de Hidrología y Meteorología (Senamhi), Willy Rocha, detalló que no es posible afirmar que existe un incremento gradual de la temperatura localizado en una región, pero si hay evidencia de anomalías climatológicas que llaman la atención. Según el especialista, estas van desde golpes de calor, granizadas fuera de temporada, lluvias en regiones fuera de temporada y sequias.
El portal de monitoreo climático AccuWether advirtió el incremento de un grado centígrado este 2023 si comparamos con el promedio de julio del 2022. Es decir, la temperatura media en julio del 2022 llego a 14 grados centígrados, mientras en 2023 alcanzó los 15 grados.
Aunque parezca que un grado no es significativo la especialista en economía considera que los daños en el ambiente están produciendo desequilibrios en la producción de alimentos y escasez de agua. Ambos problemas inciden de forma directa en la economía mundial a través del encarecimiento de artículos de la canasta familiar que antes eran accesibles. Esta variación de precios causó una reacción en cadena que impactó en los hábitos de alimentación de las personas.
El Índice de Precios del Consumidor (IPC) publicado por el INE, registró a junio un incremento del 0.33% en los precios de alimentos y bebidas. Las arvejas y cebollas fueron los que más subieron un 6% con relación al mes pasado y en un año, el índice de precios al por mayor aumento siete puntos.
La papa fue el alimento que tuvo el mayor incremento; a principios del año pasado una arroba llegaba a costar entre 35 a 40 bolivianos dependiendo del tamaño y ante la crisis causada por la sequía su precio se elevó hasta alcanzar los 80 e incluso 100 bolivianos. A junio pasado bajó a 60 bolivianos la arroba, pero no alcanzó sus niveles pasados.