Por Dennis Luizaga
La producción artesanal, local y nacional, tiene valor agregado por su calidad de trabajo y requiere de políticas públicas para su promoción; en tanto, una buena estrategia comercial puede facilitar la internacionalización de la marca, con innovaciones tecnológicas y redes sociales.
El comercio digital es un mundo por explorar para los artesanos que dedican horas en la elaboración de piezas y productos únicos, que es la principal característica de venta. Esta propiedad de valor agregado tiene bastante mercado en Estados Unidos, refiere Jenny Andia, directora de ingeniería económica de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
“Tenemos que capacitarnos en diferentes áreas, lo que decía, la exportación de la producción artesanal se puede lograr con la participación en ferias, preparación de catálogos virtuales; negociación, como participar en rueda de negocios. Estas estrategias tienen que ser parte fundamental en la preparación que tiene que tener un productor, que quiere ser exportador”, explica la académica.
Erika Alí es gerente ejecutiva de la microempresa Telares Itca, que se dedica a la fabricación de tejidos, con la antigua técnica de la máquina telar de hilo. La producción y acabado son artesanales. Para la familia, la herencia laboral surgió desde el bisabuelo, quien en sus épocas tejía con hillagua y peine, en una rústica máquina de machones.
La producción de los Alí mejoró en técnica y ahora enseñan a otros trabajadores y además fabrican máquinas de hilo. Es una actividad de mucha concentración y la laboriosa faena familiar apunta a abrir mercados en el exterior, uno de sus primeros pasos fue la participación en la Feria Exposición Internacional de Cochabamba, en junio.
“Para que la artesanía boliviana se internacionalice tiene que tener visibilidad y demanda, para eso hay varias opciones, como hacer lo que es el catálogo de los productos, donde se ofrezcan las características específicas, por ejemplo, de los chocolates; hay la ventaja que Bolivia goza, en general, y es que la mayoría de productos son orgánicos”, afirma Andia.
El marketing digital está cada vez más al alcance de los pequeños productores y artesanos.
¿Qué ventajas conlleva?
Primero, utilizar contenido de calidad para atraer a los clientes, que es esencial para el éxito del marketing digital. Los artesanos deben crear contenido de alta calidad que sea interesante para el público objetivo y les ayude a establecer una conexión con los clientes; esto puede incluir artículos educativos, tutoriales, videos, imágenes y otros.
Segundo, tener presencia en redes sociales, es importante para llegar a una audiencia más amplia. Los artesanos pueden compartir contenido de calidad en diferentes plataformas, como Facebook, Instagram, Twitter y otros.
Tercero, se debe utilizar las herramientas de marketing digital de forma eficaz, ya sea SEO, SEM, anuncios de pago por clic y correo electrónico, que pueden ayudar a los artesanos a aumentar el tráfico web y mejorar el alcance de sus productos.
Finalmente, se puede contratar a una empresa de marketing digital para que se encargue de todos los aspectos comerciales.
Entre las alternativas de promoción, según Andía, está la integración a asociaciones o instituciones que coordinen y tengan acceso a mercados. Debe existir una organización en Bolivia que pueda promover la exportación de la producción artesanal.
“La característica principal es que son productos únicos y que son producidos, digamos, unidad a unidad. Entonces, eso hace que este producto tenga un valor agregado intrínseco, porque uno no va a encontrar duplicados o que tengan las mismas características”, sostiene la también docente de ingeniería económica de Unifranz.
Si bien hay la opción del servicio de empresas, en internet hay herramientas que ayudan a elaborar gratis, contenido específico.
Andia considera que los profesionales en formación deben tener conocimiento de las estrategias y planes para poder potenciar el mercado nacional de artesanos. “Los estudiantes tienen que estar preparados para poder elaborar estrategias de mercados y estar preparados para afrontar las ventajas competitivas y comparativas”.