Hiperconexión a las redes y comparación con los demás, los síntomas del síndrome FOMO

Hiperconexión a las redes y comparación con los demás, los síntomas del síndrome FOMO

Por Manuel filomeno

Con el rostro pegado a la pantalla, revisando los perfiles de amistades y compañeros de trabajo, ansioso, frustrado y cansado, ésa es la imagen de una persona que sufre de FOMO (Fear Of Missing Out o temor de perderse algo), una afección que ha cobrado fuerza con la era digital y la hiperconexión a las redes sociales.

“El síndrome FOMO, se refiere a la ansiedad o preocupación constante de que otras personas estén experimentando eventos interesantes, divertidos o importantes de los cuales uno no está participando. Las características principales incluyen la necesidad compulsiva de estar constantemente conectado a las redes sociales, el miedo a perderse experiencias sociales y la comparación constante con los demás”, explica el psicólogo Cristofer Ortiz, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

De acuerdo con el experto, varios factores contribuyen a este síndrome, como la presión social, el perfeccionismo y el miedo al rechazo.

Estos factores son exacerbados por el uso excesivo de las redes sociales, que amplifican estos sentimientos al exponer constantemente a las personas a las actividades y logros aparentemente emocionantes de los demás. La necesidad de validación a través de me gusta y comentarios puede intensificar el impacto del síndrome FOMO.

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Sus efectos

Según un artículo “Miedo a perderse algo: breve resumen del origen, fundamento teórico y relación con la salud mental” publicado en la revista científica World Journal of Clinical Cases, el término FOMO apareció en 2004 para describir un fenómeno observado en las redes sociales. 

La investigación describe al FOMO como un fenómeno psicológico que consiste en un sentimiento de ansiedad por no estar presente en situaciones sociales. Por otra parte, estudios psicológicos británicos han definido el síndrome como una «aprehensión generalizada a que los demás puedan estar viviendo experiencias gratificantes de las que alguien está ausente».

“Es muy frustrante estar pasando por un mal momento, mirar los reels o los Tiktoks de mis amigos y ver que todos pasan un buen momento, eso hace que me sienta peor, que sienta que mi vida no es interesante y que siempre lo será, aun cuando sé que todo es una farsa”, relata Sebastián, un joven de 23 años.

El joven dice que ese sentimiento de angustia es compartido en su grupo social y que muy pocos jóvenes escapan de él.

“Incluso, la gente de la que yo siento envidia lo siente, es como una escalera, siempre hay alguien un peldaño más arriba, haciendo más cosas y posteándolas en redes, pero es imposible hacer todo, es una imagen irreal de la vida ajena”, reflexiona.

Según Ortiz, el FOMO afecta negativamente la salud mental y el bienestar al contribuir a la ansiedad, la baja autoestima, la insatisfacción y la depresión. La comparación constante con los demás puede generar sentimientos de inadecuación y descontento con la propia vida, lo que impacta en la salud emocional y puede afectar las relaciones personales.

Asimismo, una reciente investigación del Centro de Investigación de Política Económica (CEPR) de Estados Unidos indica que el tiempo dedicado al uso de redes sociales como Instagram y TikTok está vinculado con síntomas de depresión y ansiedad en jóvenes.

Además, la investigación compara este fenómeno con el deseo generado por marcas de lujo y lanzamientos de productos como el nuevo iPhone, resaltando la naturaleza impulsiva del consumismo y la búsqueda de identidad en la posesión y uso de estos productos.

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Lo primero es reconocer y aceptar los sentimientos de FOMO

Liberarse del FOMO

Ortiz señala que liberarse del temor de estar perdiéndose algo es posible y se puede alcanzar a través de algunas estrategias.

“Lo primero es reconocer y aceptar los sentimientos de FOMO, luego, las personas que lo sufren pueden intentar limitar el tiempo en las redes sociales, lo que ayuda a reducir la exposición a situaciones que desencadenan la angustia y ansiedad. Posteriormente, el entorno de la persona que sufre del síndrome puede fomentar la apreciación por las experiencias propias, lo que puede contrarrestar la envidia y la comparación constante”, indica.

Finalmente, el psicólogo señala que es importante participar en actividades que realmente importan y generan satisfacción personal ya que esto ayuda a desviar la atención del FOMO.

Además, es recomendable acudir a un psicólogo para ayudar a guiar estas actividades.

“El profesional de la salud mental puede realizar una evaluación exhaustiva para comprender la historia y las experiencias del individuo con el FOMO, además aplicar técnicas para cambiar patrones de pensamiento negativos y promover comportamientos saludables, trabajar en habilidades sociales y de afrontamiento para mejorar la autoestima y la confianza e identificar las causas subyacentes del FOMO y abordarlas en la terapia”, puntualiza el profesional.

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