Alguna vez te preguntaste por qué las personas de ahora se ven más jóvenes que las de antes. En redes sociales se volvió popular la comparación entre la apariencia de jóvenes actuales y jóvenes de los años 80 o 90. Un video viral muestra entrevistas a personas de aquellos tiempos que, al revelar su edad, sorprenden por parecer mucho mayores que los jóvenes de la misma edad hoy en día. Pero, ¿qué está detrás de este fenómeno?
Un estudio reciente, publicado en la revista científica Current Biology, ofrece una pista crucial. Investigadores de la Universidad Médica Central de Rotterdam, Países Bajos, junto con otros centros de investigación, identificaron el gen MC1R, que parece ser protagonista en la percepción de la edad. Este gen, que juega un papel fundamental en la producción de melanina —el pigmento responsable del color de la piel y la protección contra los rayos UV—, podría ser el secreto de por qué algunos parecen más jóvenes que su edad biológica
El estudio, que analizó imágenes de casi 2.700 adultos mayores sin maquillaje, reveló que aquellos con ciertas variantes del gen MC1R mantenían una apariencia más juvenil. Sin embargo, en algunos casos, este mismo gen puede jugar en contra. Las personas que heredan la versión homocigota del gen (dos copias idénticas del mismo gen, una heredada de la madre y la otra, por el padre) tienden a parecer hasta dos años mayores que su edad real.
Aizar Ríos, docente de Genética Médica en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, explica el impacto del gen MC1R y cómo influye en la apariencia física. “La genética está casi en su totalidad relacionada con la apariencia física de las personas. El gen MC1R, que ya se había identificado en bacterias como la Escherichia coli, por su rol en la resistencia a ciertos antibióticos, también se expresa en la epidermis humana (capa exterior de la piel). En las personas, su efecto puede ser tanto benéfico como perjudicial, dependiendo de si se heredan una o dos copias del gen”.
Explica que las personas homocigotas (con dos copias del gen) tienden a mostrar signos de envejecimiento más visibles, mientras que los heterocigotas (con una sola copia, ya sea heredada por el padre o la madre) preservan un aspecto más juvenil. “En este último grupo, la turgencia (elasticidad) de la piel se mantiene, lo que contribuye a un rostro más joven”.
Factores más allá de los genes
Aunque la genética tiene un rol importante en la apariencia, Ríos también menciona que no se pueden ignorar los factores epigenéticos. “Estos son factores medioambientales que influyen en cómo se expresan nuestros genes. Hoy en día, las personas están menos expuestas al sol y utilizan productos de protección solar, lo que también contribuye a mantener la piel en mejores condiciones”.
La vida moderna también juega un papel fundamental. Los avances en los productos de cuidado personal, la reducción de la exposición a la contaminación y una mejor calidad de vida en general están ayudando a que las personas se mantengan jóvenes por más tiempo. “Hace algunas décadas, era común que una persona de 40 años ya mostrara muchas arrugas y signos visibles de envejecimiento. Hoy vemos personas de 60 años que sorprenden por su apariencia juvenil”.
Si bien este descubrimiento sobre el gen MC1R es prometedor, el estudio aún no concluyó, según los investigadores. No obstante, Ríos destaca la necesidad de más investigaciones para comprender completamente cómo este gen influye en la apariencia “Lo descubierto hasta ahora es fascinante porque demuestra que nuestra genética está constantemente adaptándose a los cambios medioambientales”.
Aunque los genes tienen mucho que decir sobre la apariencia, no son los únicos responsables. En la actualidad, el cuidado de la piel y los avances en tratamientos estéticos, como el ácido hialurónico, así como la práctica de hábitos saludables, también desempeñan un papel crucial en cómo envejecemos.
La ciencia comenzó a revelar algunos de los misterios detrás del envejecimiento y la juventud. El gen MC1R es una pieza clave en este rompecabezas, pero también lo son los factores medioambientales y los hábitos de vida. Aunque aún queda mucho por descubrir, lo cierto es que cada vez está más cerca el entender por qué algunas personas parecen desafiar el tiempo.