Flexible y multimodal: el futuro de la educación universitaria ya está en marcha

La educación superior está viviendo una transformación sin precedentes. Impulsada por los cambios en el mercado laboral, la digitalización y la demanda de aprendizajes más ágiles y pertinentes, la universidad del futuro se perfila como flexible, multimodal y centrada en las necesidades reales de los estudiantes y la sociedad. Este nuevo paradigma educativo busca romper con el modelo lineal y rígido que por décadas predominó en la formación universitaria, para abrir paso a experiencias más personalizadas, dinámicas y accesibles.

Uno de los ejes fundamentales de esta transformación es las microcredenciales, certificaciones digitales que permiten a los estudiantes y profesionales adquirir habilidades específicas en corto tiempo, de manera focalizada y con alto valor en el entorno laboral. Estas herramientas representan una alternativa eficaz para quienes necesitan actualizarse constantemente, sin pasar por programas largos o costosos.

“Sigo pensando que las titulaciones seguirán existiendo, pero tal vez vayan perdiendo peso frente a certificaciones como las microcredenciales y otro tipo de formación más a medida, más personalizada”, señala John Altuna, vicerrector de Mondragón Unibertsitatea de España y coordinador de la Alianza Universitaria Europea EU4DUAL.

Microcredenciales: aprendizaje a lo largo de la vida

Las microcredenciales no solo responden a una necesidad de especialización continua, sino que abren nuevas posibilidades de certificación, recualificación y aprendizaje a lo largo de la vida. Según Jorge Blandó Martínez, presidente de la Red de Educación Continua de Latinoamérica y Europa (RECLA), la educación formal no siempre tiene la capacidad de adaptarse con rapidez a los cambios del entorno.

“Muchas veces, pensamos en modificar carreras de cuatro o cinco años, cuando lo que se necesita son programas más cortos, más flexibles y acelerados para incorporar competencias clave. Es un tema en el que la UNESCO ha insistido mucho: transformar la universidad para responder al contexto actual”, afirma Blandó.

Entre las habilidades que pueden certificarse a través de microcredenciales están el análisis de datos, la inteligencia artificial, el liderazgo, la comunicación efectiva, la innovación sostenible, o el dominio de idiomas aplicados a contextos específicos como los negocios o la docencia.

Este tipo de formación también se convierte en una herramienta clave para promover la empleabilidad y la movilidad profesional. Las microcredenciales son reconocidas por su verificabilidad —gracias a tecnologías como blockchain—, su flexibilidad de acceso y su relevancia práctica.

“Las microcredenciales son una especie de microcompetencias que se desarrollan a lo largo del tiempo, fuera de la formación tradicional, y permiten a los trabajadores adaptarse mejor a los requerimientos del mercado”, explica Rafael Vidaurre, coordinador del Observatorio Nacional del Trabajo (ONT), de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Vidaurre destaca también que estas credenciales promueven una cultura de formación continua, que debería ser incentivada desde las etapas tempranas del sistema educativo.

“Es un tema que deberíamos fomentar desde la educación inicial, para que niños y jóvenes entiendan la importancia del crecimiento personal y profesional continuo”, concluye.

Educación multimodal: una universidad sin horarios

Junto con la flexibilización del contenido y los formatos educativos, la multimodalidad se impone como otro pilar del nuevo modelo universitario. El aprendizaje ya no se limita al aula física ni a un horario específico: hoy puede ser presencial, virtual o híbrido, adaptado a las realidades de cada estudiante.

Este modelo 24/7 permite estudiar a cualquier hora y desde cualquier lugar, lo cual tiene un gran potencial inclusivo. Un caso emblemático es Colombia, donde aproximadamente el 33% de los estudiantes de programas nocturnos en instituciones públicas y privadas son personas que trabajan. Esta tendencia demuestra que la flexibilidad horaria permite compatibilizar la vida laboral y familiar con la formación profesional.

En Bolivia, Unifranz Online se constituye en una experiencia exitosa de la educación multimodal y democrática, al permitir que personas con tiempo limitado consigan el sueño de lograr un título universitario gracias a su modelo híbrido.

“La multimodalidad no solo democratiza el acceso a la educación superior, sino que también fortalece habilidades clave como la autogestión, la responsabilidad y la organización, cualidades muy valoradas en un entorno profesional que privilegia la autonomía y la capacidad de adaptación”, explica el presidente de Unifranz, Óscar Ágreda.

Por ello, se vuelve fundamental que las universidades y los gobiernos trabajen de forma articulada para promover políticas que favorezcan esta evolución, incorporando innovación pedagógica, diversificación curricular y estrategias basadas en tecnologías digitales.

Apostar por el cambio

Tanto las microcredenciales como la multimodalidad están transformando profundamente la lógica educativa. Ya no se trata solo de acumular títulos, sino de construir trayectorias formativas flexibles, coherentes y alineadas con los desafíos reales del presente y del futuro.

Esta transformación también implica una reconfiguración institucional. Las universidades deben repensar sus estructuras, sistemas de evaluación, formas de certificar aprendizajes y modelos de acompañamiento estudiantil. A su vez, los docentes y gestores deben prepararse para actuar como facilitadores de un aprendizaje más autónomo, transversal y experiencial.

Finalmente, esta nueva educación requiere también un cambio cultural: una ciudadanía que valore el aprendizaje permanente y una sociedad que reconozca la validez de nuevas formas de certificación, formación y excelencia académica.

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Manuel Joao Filomeno Nuñez

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