La educación está cambiando. Actualmente, se enfoca en resolver problemas cotidianos y educar para la vida. Estos avances vienen respaldados por la llegada de las nuevas tecnologías. Incluso la demanda de las empresas ha evolucionado y demandan trabajadores más especializados y capaces de responder a los nuevos requerimientos profesionales. Los sistemas educativos se adecuan a esta nueva demanda e incorporan metodologías de aprendizaje que gestionen competencias y habilidades.
Las técnicas tradicionales de enseñanza, como las pruebas escritas o exposiciones teóricas, han dado paso a enfoques basados más en la experiencia. Dentro de las metodologías de enseñanza y aprendizaje se aplica la herramienta de “estudio de casos”, un método de aprendizaje para el desarrollo de habilidades precisas que le permitan solucionar con éxito problemas reales.
Para Mauricio Torres Rivera, docente de la Carrera de Odontología e integrante del área de Jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA), en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, “es una metodología activa que permite potenciar el aprendizaje significativo del estudiante, preparándolo para enfrentar situaciones laborales futuras basadas en el contexto y problemática social actual. Desarrolla habilidades cognitivas como el pensamiento crítico, autoaprendizaje, análisis y solución a un problema”.
La docente asegura que está metodología proporciona a los estudiantes ‘entrenamiento’ que les permitiera pensar y actuar como verdaderos profesionales. Además, en el método, el estudiante deja de ser un receptor pasivo de conocimientos y toma la iniciativa.
Es un estímulo para el aprendizaje, adquieren los conocimientos y las competencias necesarias, “pone al estudiante en situación reflexiva, incluso actitudinal para que analice, actué y plantee estrategias preventivas frente a problemáticas propias de la profesión”, apunta Vega.
El método de estudio de casos permite trabajar en equipo y colaborar en la búsqueda de soluciones. Según Vega, esta metodología brinda mayor acercamiento en las prácticas profesionales. Se mejora su capacidad para expresar sus ideas y argumentos de manera clara.
Características
Muchos docentes utilizan esta metodología para involucrar a los estudiantes y mejorar su compromiso con el aprendizaje. Torres Rivera apunta que el método de estudio de casos se centra en el aprendizaje activo. Como herramienta educativa demanda al estudiante conocer, comprender y analizar todas las variables que intervienen en un problema real para que pueda tomar una decisión adecuada.
Como recurso pedagógico, implica acciones proactivas: evaluar la situación que se le plantea, situar dentro de un contexto teórico, descubrir y estructurar las peculiaridades de la misma, proponer soluciones y finalmente evaluar los resultados.
Torres explica una adecuada aplicación del recurso. Recomienda distribuir el trabajo por fases. En la preliminar estaría la situación exploratoria, de análisis y conceptualización, donde el docente presenta el caso a los alumnos, haciendo uso del formato que considere más adecuado. El estudiante, de forma individual, lee el caso, lo estudia y toma conciencia de la situación.
La fase eclosiva o de expresión genera opiniones, impresiones, juicios, posibles alternativas, por parte del alumnado y de manera subjetiva, a raíz del contacto inicial con el caso.
La fase de análisis vuelve sobre los hechos expuestos en el caso, aporta más información de manera colaborativa. En esta fase los estudiantes toman mayor conciencia del caso. Esta fase finaliza cuando todos los estudiantes aceptan la resolución planteada.
Conceptualización o de reflexión teórica. Es la fase donde se formulan los conceptos operativos o de principios, aplicables en el caso trabajado y que permiten ser utilizados por parte de los estudiantes.
La metodología de estudios de casos se ha convertido en una herramienta importante en el mundo académico y profesional para comprender y analizar situaciones complejas.