Si bien el Covid-19 ha transformado el panorama epidemiológico a nivel mundial, en América Latina y el Caribe la situación no ha cambiado desde hace casi una década. Persiste la prevalencia, cada vez más creciente, de enfermedades crónicas no transmisibles junto a las patologías transmisibles. Ante este cuadro se demanda esquemas de atención de los sistemas de salud que permitan responder adecuadamente a este desafío sanitario.
Datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a través del estudio Global Burden of Disease (Carga Mundial de Morbilidad) que data de 2019, muestran cifras alarmantes. Más de la mitad de la población en la región latinoamericana padece sobrepeso u obesidad y 1 de cada 10 adultos sufre diabetes.
Además, las enfermedades no transmisibles (ENT) responden por 8 de cada 10 muertes en América Latina y el Caribe y por 7 de 10 muertes en la región andina. La cantidad de muertes por ENT en América Latina es como mínimo dos veces mayor que la cantidad de muertes acumuladas por Covid-19 estimada para la región.
Durante el congreso internacional de epidemiología, organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, Rodrigo Arce, máster en salud pública y epidemiología, presentó la ponencia “Situación epidemiológica actual de las enfermedades transmisibles y no transmisibles en América Latina”. Revela la convivencia de enfermedades del primer mundo a la par de un incremento de enfermedades propias.
Según el experto, América Latina es un lugar único desde el punto de vista de transiciones epidemiológicas en todos estos espectros y hace que requiera soluciones distintas ya que no se pueden aplicar las mismas fórmulas que se han usado en Estados Unidos o Europa.
“En América Latina esas soluciones no funcionan. Tenemos un incremento de problemas asociados a las enfermedades crónicas no transmisibles y, también, enfermedades infecciosas emergentes y no emergentes que se convierten en una dualidad de problemas en nuestra región», explica el epidemiólogo.
Ante esta situación, se necesita abordar «estructuralmente no solamente en prevención de enfermedades no transmisibles sino también en el fortalecimiento del sistema de salud para prevenir las enfermedades transmisibles como tal”, afirma.
Perfil epidemiológico
Conocer el perfil epidemiológico de una población permite describir el comportamiento de las enfermedades que varían según la edad, el género y la región. Se trata de un instrumento que requiere, indispensable, de análisis, planificación, proyección y toma de decisiones.
Para alcanzar su descripción es necesario identificar las características que la definen: mortalidad, morbilidad y calidad de vida.
Sistemas de información y transformación digital
En el marco del primer Congreso Internacional de Epidemiología, los asistentes firmaron una carta de intenciones para la creación del primer Observatorio Epidemiológico Municipal, con el cual se pretende generar data, para saber de qué se enferma el cochabambino, qué patologías predominan en su población, su relación por género y edad, entre otros.
La data sirve para proyectar estrategias de prevención, alertar sobre futuros brotes de enfermedades, optimizar los recursos en distintos niveles del estado (Ítems, profesionales, insumos y hospitales) y la toma de decisiones oportunas de las autoridades.
Contar con sistemas de información para la salud que sean funcionales, interconectados e interoperables ha mostrado ser una herramienta estratégica en la que se basa la toma de decisiones relacionadas con enfermedades epidemiológicas, como sucedió con la pandemia.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) indica que el desarrollo y la innovación de los sistemas de información y vigilancia epidemiológica han permitido anticipar la ruta de la pandemia mediante el uso de soluciones digitales, como la inteligencia artificial para el control de la infodemia y el procesamiento y análisis de los datos disponibles, entre otros.
En ese marco, para Arce, es clave generar una mayor capacidad de respuesta rápida para asimilar la información sin tener que esperar que lo procesen terceros para responder de manera adecuada a las necesidades de su población.
Las enfermedades no nacen en Ginebra – asegura el epidemiólogo de reconocida trayectoria. Las enfermedades nacen en las comunidades pequeñas de los países del tercer mundo que tienen la mayor cantidad de enfermedades desatendidas.
“Es ahí donde necesitamos fortalecer robustamente los sistemas de detección temprana, control de enfermedades, y manejo de información epidemiológica, ahí es donde este observatorio tiene un nicho en esa necesidad de los sistemas de crear algo que maneje esa información”, dice Arce.
Enfermedades transmisibles y no transmisibles
Es importante conocer cuál es la diferencia entre enfermedades transmisibles y no transmisibles, ya que en ocasiones el desconocimiento nos lleva a tomar actitudes incorrectas en falta o exceso de prevención.
● Enfermedades no transmisibles (ENT): no se transmiten de persona a persona o de animal a persona, pero por el impacto en la salud colectiva y altos costos de atención, se consideran de importancia en salud pública. Ejemplo: hipertensión, diabetes, tumores, caries dental y cáncer, entre otros.
● Enfermedades transmisibles: son aquellas que pueden pasar de una persona a otra o de un animal a una persona. Son causadas por agentes infecciosos específicos o por sus productos tóxicos en un huésped susceptible, conocidas comúnmente como enfermedades contagiosas o infecciosas, tales como el dengue, la Covid-19, VIH-SIDA, fiebre amarilla, rubéola, tuberculosis, chagas y rabia, entre otros.
“Sin duda estamos hablando de un universo grande de enfermedades en el mundo que causan muchas dificultades y mortalidad en la población”, finaliza Arce.