El turismo: un salvavidas económico en tiempos de crisis

By Aldo Juan Peralta Lemus

Imagen Unifranz

En épocas de incertidumbre económica, cuando los mercados tambalean, el desempleo crece y las inversiones se retraen, el turismo emerge como un motor clave capaz de dinamizar economías enteras. Más allá del ocio, viajar se convierte en un acto económico que impacta de forma directa e inmediata en múltiples sectores, desde el transporte hasta la gastronomía, generando un efecto multiplicador vital para las comunidades.

Juan Carlos Nuñez, docente de la carrera de Administración de Hotelería y Turismo en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, afirma que el turismo representa uno de los sectores más relevantes para la economía nacional. Según explica, esta actividad no solo impulsa el desarrollo regional, sino que también genera importantes ingresos en divisas al país, beneficiando a una amplia cadena de actores vinculados a los servicios turísticos.

“En un rubro normal, por cada empleo directo se generan tres indirectos, pero en turismo por cada empleo directo hay diez indirectos. ¿Por qué? Hay un efecto multiplicador, porque no solo es el proveedor, sino se toma en cuenta al artesano, al campesino, al carnicero, y se forma una cadena tan grande por el dinero que deja el turista a todos los proveedores, es por eso que todos ganan y eso es lo que esta moda: la economía naranja”, sostiene el académico.

Cuando las industrias tradicionales enfrentan caídas en la demanda, el turismo suele mantenerse como una actividad resiliente. Aunque las crisis pueden reducir el flujo internacional, el turismo interno tiende a fortalecerse. Las personas buscan escapadas accesibles dentro de sus propios países, lo que impulsa a hoteles, restaurantes, guías turísticos, artesanos y pequeños comercios locales, quienes encuentran en los visitantes una oportunidad para sostener sus negocios.

“Cuando un turista, o nosotros, vamos a algún lugar o un pueblo, compramos un recuerdo. Alguien tiene que producir ese recuerdo, alguien tiene que trabajar ese producto, entonces ese artesano va a tener que comprar madera, lana u otro producto para elaborar el recuerdo. De esa manera se forma la cadena, donde se van sumando muchas personas. Entonces es así que el turista trae dinero fresco, dólares, euros que ayuda mucho al país”, explica Nuñez. 

Los países que logran mantener o atraer visitantes, en tiempos difíciles, consigue oxigenar su economía. La entrada de divisas provenientes del turismo internacional representa un ingreso directo que no requiere grandes inversiones previas. Cada turista que llega gasta en alojamiento, comida, transporte, entretenimiento y compras, generando una cadena de valor que beneficia tanto al sector formal como al informal.

Según el Viceministerio de Turismo, en el año 2024, Bolivia recibió un poco más de 991 mil visitantes extranjeros que generaron ingresos por turismo receptivo de aproximadamente 740 millones de dólares, un aumento del 7,57% respecto a 2023, lo que refleja el crecimiento económico que aporta este sector.

Además, el turismo tiene la virtud de generar empleo con rapidez. Es una de las industrias más intensivas en mano de obra, lo que significa que cada aumento en la llegada de turistas se traduce en más trabajos. Guías, camareros, recepcionistas, conductores, limpiadores, cocineros y vendedores ven en el turismo una fuente directa de sustento, especialmente en regiones donde otras fuentes de trabajo escasean.

“El turismo es el cuarto rubro en ingresos del país. Se realizó un estudio, donde se estableció que, si el país pone más interés al turismo, este generaría cuatro veces más de lo que se genera por hidrocarburos. Entraría muy buen dinero al país”, destaca Nuñez.

Históricamente, el turismo receptivo representa alrededor del 2% del PIB boliviano siendo una de las fuentes más importante de ingresos en divisas por exportaciones de bienes y servicios. Según el economista Hugo Siles Espada, durante el evento TeCNIa 2024, el sector turístico aportó un 2,5% al PIB nacional en 2023, una cifra relevante en un contexto de recuperación económica postpandemia.

Tras la pandemia del Covid-19, muchos países redescubrieron la importancia del turismo interno. Los gobiernos fomentaron campañas para que los ciudadanos conocieran sus propios destinos. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) identificó el turismo como un sector clave para la recuperación económica tras la pandemia, a pesar de su contracción inicial. Esta estrategia no solo mantuvo vivo al sector, sino que consolidó una cultura de consumo local que persiste hasta hoy y sigue siendo clave para la recuperación económica postpandemia.

El impacto del turismo en tiempos de crisis o inflación 

En situaciones de crisis cambiaria, cuando la moneda local se devalúa, el turismo se transforma en una ventaja competitiva, apoyado especialmente en:

  • Resiliencia del turismo interno: En períodos de crisis el turismo interno es un salvavidas económico. Promueve la identidad cultural plurinacional, con énfasis en el turismo ecológico y cultural.
  • Oportunidades de formalización: La OIT destaca que las crisis son una oportunidad para formalizar el sector turístico, promoviendo empleos de calidad y equidad de género (el 70% de los empleos turísticos son ocupados por mujeres).
  • Atracción de turistas: La devaluación del boliviano en 2025 ha hecho que Bolivia sea un destino competitivo para turistas de países vecinos como Perú, generando ingresos en divisas que ayudan a mitigar la presión económica.

Los visitantes extranjeros encuentran destinos más accesibles y económicos, lo que puede aumentar exponencialmente su interés. Para los locales, viajar dentro del país también se convierte en una opción más atractiva que salir al exterior, reforzando así el consumo interno.

“Con turismo ganamos todos, y esto crea un polo de desarrollo porque no solo es el turismo en sí, por ejemplo, se requiere mejores carreteras para que se llegue a todos los lugares, y los mismos comunarios tienen una buena carretera para exportar sus productos. Entonces, repito, hay un efecto multiplicador muy grande “, explica Nuñez.

El turismo en Bolivia ha demostrado ser un motor clave para la economía, con impactos significativos en la generación de divisas, empleo y desarrollo sostenible. Es un pilar estratégico para el crecimiento económico, con un impacto significativo en el PIB, la generación de empleo y la diversificación económica.

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