Por Luis Escobar
La bioimpresión revolucionó al mundo y la Universidad Franz Tamayo (Unifranz) tiene la posibilidad de fabricar moldes dentales y huesos con impresoras 3D en el FabLab Santa Cruz. En este momento trabaja en la investigación para obtener un sistema de esterilización a la hora de que las piezas se vayan formando capa por capa; y los estudiantes conozcan este innovador sistema.
“Existe un plástico que sólo se puede comprar con licencia médica o siendo doctor para hacer este tipo de reconstrucciones. Lo que vamos a desarrollar es una impresora biocompatible para prótesis de cráneo. Esto se puede aplicar a personas que sufran accidentes y esta parte del cuerpo se llegue a fragmentar de tal forma que no se pueda realizar una reconstrucción”, declaró Grecia Bello, coordinadora FabLab Santa Cruz.
En el área de Tecnología de Impresión 3D se puede tener diferentes materiales de impresión. Por ejemplo, en impresión convencional, que se maneja por el momento en el FabLab, se cuenta con PLA o la ABS y una amplia variedad de insumos. Estos son plásticos normales o aleaciones con fibra de carbono.
Para la aplicación de impresiones biocompatibles se deben ocupar resinas o plásticos que sean, como su nombre lo expresa, compatibles con el cuerpo humano. “Se busca que este producto sea llevado a un nivel en que podamos fundirlo para alcanzar una impresión y formar la parte del cráneo. El modelo se lo realizará de acuerdo a la tomografía que se haya sacado del paciente”, afirmó.
Bello aseguró que este procedimiento ya lo hizo en Bolivia cuando estaba en la universidad pero lamentó que no se pudo volver a repetir porque se requiere una certificación para construir una de esas piezas y aplicarlas al nivel médico. “Es posible, la tecnología que se busca para la impresión de órganos es similar, es un mecanismo denominado Control Numérico Computarizado (CNC) que se aplica para bioimpresiones; es un ámbito realmente amplio”, precisó.
El FabLab Santa Cruz tiene previsto lanzar este semestre la investigación para hacer modelos 3D que permitan la reconstrucción de cráneos en base a tomografías. La primera etapa consiste en obtener la imagen, identificar la pieza o hueso faltante; la segunda etapa es la construcción de esta impresora biocompatible que ocupa un mecanismo similar a las convencionales.
Bello adelantó que se debe llevar adelante una investigación porque requiere de un sistema de esterilización a la hora de que las piezas se vayan formando capa por capa. “Ese es el reto debemos enfrentar el siguiente semestre”, precisó.
El proyecto arrancó con el modelado 3D de huesos, a fin de solucionar fracturas. Estas piezas de estudio permitirán a los jóvenes obtener las habilidades para producirlas de forma certificada.
Moldes dentales
Actualmente se pueden hacer impresiones con resina gastable; esta permite hacer los moldes para los dientes de la boca. La imagen se obtiene a través de un escáner que hace un barrido por todos los dientes para obtener un modelo 3D. Con este artículo se puede imprimir una réplica íntegra de la boca.
Este tipo de producto ya se puede aplicar y es una práctica nueva considerando que en el país aún se emplea un tipo de yeso en la boca para obtener el molde que, en determinados casos, no son tan precisos.