Por Lily Zurita y Beatriz Cahuasa
El descanso es totalmente necesario para nuestro desarrollo y es uno de los ingredientes fundamentales para mantener una buena salud y disfrutar de calidad de vida.
Carmen Gómez trabaja en el área de informática de una empresa, es una apasionada líder de su equipo. Materializar sus ideas muchas veces la lleva a largas jornadas laborales en la oficina y que muchas veces se extiende a su casa.
“Me gana el deseo de concluir los proyectos”, confiesa la joven madre, a quien su esposo y sus dos hijos le reclaman tiempo para la familia.
El descanso es esencial para el éxito laboral, es un factor clave, asegura Mónica Messa, experta en psicología laboral y directora de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Tomar un descanso en el trabajo es una necesidad, trabajar de forma continua aumenta el estrés, la fatiga, reduce la capacidad de concentración y aumenta el riesgo de cometer errores.
La priorización del bienestar de las personas en las empresas, pasó de ser una simple recomendación a un componente esencial en la vida laboral.
Un estudio realizado por Sodexo, corporación global en servicios de calidad de vida, devela que por cada 10 horas de vacaciones de una persona, su desempeño mejora un 8%. Asimismo, la retención de talento aumenta, ya que aumenta la motivación, y ayuda a recuperar el entusiasmo y la creatividad, de manera que después de las vacaciones los empleados vuelven con más energía y nuevas ideas.
“Ahí la importancia de que las personas puedan tener equilibrio entre la vida laboral y la vida personal o familiar, que podamos equilibrar esto para que así evitemos cualquier factor psicológico que afecte el desempeño o el desenvolvimiento laboral a futuro”, señala Messa.
Descansar significa “parar” para cubrir la necesidad de restablecer el cuerpo y la mente. John Ernst Steinbeck, Jr., escritor estadounidense ganador del Premio Nobel de Literatura, hace más de 60 años, decía que “el arte del descanso es una parte del arte de trabajar”.
“Es también poder confiar en que tu organismo se autorregule y recupere la energía necesaria para poder afrontar más tarde lo que te trae el día a día. De igual modo, es soltar el control y abandonarse a la tendencia natural de recuperar energía”, aseguran por su parte psicólogos y terapeutas de Gestalt en Madrid, España, de Concienciarte.
Salud mental
El descanso no solo implica detener la actividad física, sino también desconectar mental y emocionalmente. Este equilibrio entre la vida laboral y personal es crucial para evitar el agotamiento psicológico que puede afectar el desempeño en el trabajo.
Mesa afirma que estudios recientes destacan la relevancia de las habilidades blandas, como la comunicación y la capacidad de desenvolverse en diferentes contextos, las cuales están intrínsecamente ligadas al bienestar emocional y mental.
“Estas habilidades, que son más personales y al margen de las técnicas, son fundamentales y están basadas en la estabilidad emocional, en el fortalecimiento mental que nos van a permitir ser buenos trabajadores, dar lo mejor de nosotros y optimizar tiempos”, explica la académica.
En esta nueva mirada, no es que el colaborador debe cumplir muchas horas laborales o que es mejor es el que se queda más tiempo en la oficina, sino es la persona que es más eficiente utilizando y gestionando bien su tiempo.
El enfoque moderno en las organizaciones no se centra en la cantidad de horas trabajadas, sino en la eficiencia y la gestión del tiempo. Un trabajador descansado es más capaz de concentrarse, manejar el estrés y ser productivo. En contraste, la falta de descanso lleva a la fatiga, la desconcentración y una disminución en el rendimiento, aclara la profesional.
Descanso integral
El descanso, según Messa, debe ser integral y debe abarcar cuerpo, mente y emociones. Alternativas como el yoga, el deporte y técnicas de relajación son cada vez más valoradas como herramientas para recargar energías y mantener una mente clara.
Igualmente, adoptar hábitos saludables de sueño, como dormir al menos ocho horas y evitar el uso de pantallas antes de acostarse, permiten preservar la salud mental y el equilibrio emocional.
Este cambio de perspectiva se refleja en las políticas de empresas que ahora prioriza el equilibrio entre la vida laboral y personal de sus empleados. Espacios de trabajo que respetan los horarios laborales, ofrecen flexibilidad y fomentan actividades personales fuera del entorno de trabajo, no solo mejoran el bienestar de los colaboradores, sino que también incrementan su compromiso y lealtad hacia la empresa.
Para Messa, por ejemplo, las organizaciones consideradas Great Place to Work (mejores lugares para trabajar) se enfocan en buscar este equilibrio entre vida personal y vida laboral.
“Es importante que la gente pueda salir del trabajo, tener otras actividades, despejar su mente, enfocarse en sus hijos. Las empresas ahora dan horarios flexibles, por ejemplo, cuando un papá o una mamá quiere ir a ver una actividad de su hijo y luego pueda reponer sus actividades. Eso es gratificante ya que fortalece emocionalmente al colaborador y hace que se genere compromiso con el trabajo”, puntualiza.
La pandemia ha acelerado esta reevaluación de prioridades, donde la salud mental y el bienestar general han cobrado una importancia sin precedentes. Las nuevas generaciones, en particular, valoran la independencia y la flexibilidad laboral, lo que ha llevado a las organizaciones a adaptarse a estas nuevas tendencias y ofrecer entornos de trabajo más humanos y saludables.
El descanso no es un lujo, sino una necesidad para garantizar un rendimiento laboral óptimo y una vida personal equilibrada. Las empresas que lo comprenden y lo fomentan, no solo retienen talento, sino que también crean ambientes de trabajo más sostenibles y productivos.