El arte y el diseño: motores de cambio social

By Manuel Joao Filomeno Nuñez

A lo largo de la historia, el arte y el diseño han sido más que expresiones estéticas: se han convertido en herramientas de transformación, denuncia y resistencia. Desde los grabados que acompañaron revoluciones hasta los carteles que dieron rostro a causas sociales, estas disciplinas han servido para amplificar voces, cuestionar estructuras y proponer nuevos imaginarios. En cada trazo, color o forma, el arte y el diseño comunican aquello que a veces las palabras no pueden decir. Y es precisamente en esa capacidad simbólica donde radica su fuerza transformadora: el poder de visibilizar lo invisible e impulsar el cambio social desde la sensibilidad y la creatividad.

“Yo creo que el arte y el diseño van de la mano con las causas sociales. Siempre han acompañado las luchas desde el inicio de la historia. Son un parteaguas importante para todos los creadores, porque les da sentido y pertenencia en los movimientos sociales”, afirmó Jorge Gamboa, diseñador gráfico mexicano reconocido mundialmente por su célebre cartel “Planet or Plastic?”, durante su charla en el marco de la Bienal del Cartel Bolivia (BICeBé) 2025.

Gamboa fue uno de los invitados especiales de la edición más reciente de la BICeBé, donde compartió su experiencia y visión tanto en La Paz como en Cochabamba, ante cientos de estudiantes, diseñadores y docentes. En sus conferencias —tituladas El arte y la comunicación como factor de cambio— exploró cómo la imagen, el símbolo y la metáfora pueden convertirse en vehículos poderosos de conciencia colectiva. 

“El arte es un lenguaje universal”, destacó. “Tiene la capacidad de expresar lo que las palabras no alcanzan. Todo comunica: los gestos, los colores, las texturas. Y es en esa comunicación donde empieza la transformación”.

Para Gamboa, el arte y el diseño no solo reflejan su tiempo, sino que lo reinterpretan y moldean. En su discurso, recordó que muchas obras se convirtieron en emblemas universales: desde el Guernica de Picasso, que denunció los horrores de la guerra, hasta los murales de Diego Rivera o los carteles del Taller de Gráfica Popular en México, que defendieron causas campesinas. 

“La imagen ayuda a hacer visible lo invisible. Ese es el mérito del creador: manifestar lo que parece imposible de manifestar”, sostuvo.

La Bienal Internacional del Cartel en Bolivia (BICeBé) se ha consolidado como uno de los espacios de diseño más importantes de América Latina. No solo es una vitrina de talento, sino también una escuela viva de pensamiento visual donde convergen la creatividad, la reflexión y el compromiso social. En este escenario, la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, tuvo un papel fundamental como una de las sedes y organizadoras del evento.

Sus campus en La Paz y Cochabamba albergaron talleres, charlas y exposiciones de destacados diseñadores internacionales, entre ellos Gamboa. La colaboración reafirma el compromiso de Unifranz con la innovación educativa, la formación transformadora y la proyección global de sus estudiantes. En palabras de los organizadores, la universidad promueve una educación donde el arte y el diseño no son sólo disciplinas técnicas, sino también herramientas para imaginar un mundo más justo, inclusivo y sostenible.

El arte trasciende épocas y fronteras

El diseñador, conocido también por su seudónimo artístico Mal de Ojo, reflexionó sobre la atemporalidad del arte. A su juicio, una obra auténtica trasciende épocas y fronteras. 

“Cualquier pieza artística se convierte en un mito, en un símbolo. Deja de pertenecer a su época y se transforma en algo universal”, explicó. Así, el arte no sólo documenta la realidad, sino que la cuestiona, la reinterpreta y, muchas veces, la transforma.

Durante su ponencia, Gamboa recordó ejemplos emblemáticos donde el arte se convirtió en un acto de resistencia: las pinturas de Norman Rockwell contra el racismo, las canciones de Mercedes Sosa y Víctor Jara que dieron voz a los silenciados, o los movimientos de arte gráfico en México que denunciaron la represión de 1968. En todos estos casos, la creatividad visual no fue solo acompañante del cambio, sino su catalizador. 

“El arte puede ser la herramienta más poderosa para construir conciencia colectiva. Desde la música hasta el diseño gráfico, todo puede inspirar una revolución interior y social”, aseguró.

Su propia experiencia es prueba de ello. En 2018, Gamboa alcanzó reconocimiento global cuando su cartel “Planet or Plastic?”, que muestra una bolsa de plástico convertida en un iceberg, fue portada de National Geographic. La imagen se volvió viral y se transformó en símbolo de la lucha contra la contaminación oceánica. 

“El poder del arte radica en su capacidad de comunicación inmediata. Si una imagen logra que alguien piense dos veces antes de usar una botella plástica, ya provocó un cambio”, comentó el artista. Su obra, reproducida en más de veinte idiomas, fue catalogada por The New York Times como una de las portadas más icónicas del siglo XXI.

Para Gamboa, el arte es también una forma de resistencia desde el amor. “Pareciera que las revoluciones solo se hacen en guerra, pero el acto más poderoso es resistir desde el amor. Crear desde el dolor, como lo hizo Frida Kahlo, o desde la esperanza, como lo hizo Sixto Rodríguez, también es cambiar el mundo”, dijo. En su visión, el diseño y el arte son lenguajes distintos, pero complementarios: el primero busca resolver problemas, el segundo busca interpretarlos; juntos pueden reconfigurar la manera en que una sociedad se entiende a sí misma.

El diseñador animó a los jóvenes a observar su entorno y conectar con lo esencial. “Cuando quieras dar un mensaje fuerte y eficaz, sé lo más primitivo posible. Lo más básico. Lo más honesto. La conexión con tu entorno es la forma más sincera de comunicar”, recomendó. En tiempos de sobreinformación y crisis global, esa autenticidad, dijo, se convierte en una forma de resistencia creativa.

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