Eficiencia, seguridad y comodidad, el impacto de la domótica e Internet de las Cosas en la vida diaria

By Paula Beatriz Cahuasa

La tecnología sorprende, y dos de sus mayores protagonistas son la domótica y el Internet de las Cosas (IoT). Desde la automatización de rutinas programables con anticipación hasta opciones avanzadas de seguridad, estos sistemas han cambiado la manera en que las personas interactúan con sus hogares, brindando mayor comodidad, eficiencia y seguridad en la vida cotidiana.

Grecia Bello, coordinadora de Fab Lab Santa Cruz de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, sostiene que con la nueva tecnología se están desarrollando sistemas con el objetivo de reducir el consumo eléctrico de manera segura y eficiente, con impacto global.

“La domótica y el IoT están cambiando mucho nuestra forma de vivir. Por ejemplo, en casa ya se pueden tener luces, aires acondicionados o electrodomésticos que se activan solo cuando se necesitan, lo que ayuda un montón a reducir el consumo eléctrico”, explica Bello.

La domótica se refiere a la automatización de los hogares mediante dispositivos inteligentes que pueden controlarse a distancia. Por otro lado, el Internet de las Cosas permite la interconexión de objetos cotidianos a través de internet, facilitando el acceso a información y la ejecución de tareas comunes de manera autónoma.

Uno de los principales beneficios de la domótica es la comodidad que ofrece a los usuarios. Gracias a la integración de asistentes virtuales y aplicaciones móviles, es posible encender luces, regular la temperatura o programar electrodomésticos con solo un comando de voz o un toque en el teléfono.

1. Control de iluminación: incluye desde la automatización de luces, como el encendido y apagado según horarios preestablecidos, hasta la regulación de intensidad y cambio de tonalidades (por ejemplo, de luz cálida a fría o viceversa). También permite el ahorro energético mediante sensores de movimiento.

2. Gestión de climatización: con la ayuda de termostatos inteligentes que ajustan la temperatura según los hábitos de las personas. Algunos ejemplos son el control remoto de aire acondicionado, calefacción o ventilación, además de la optimización del consumo energético con el apagado automático si no hay nadie en casa.

3. Seguridad y vigilancia: es uno de los usos más solicitados e incluye el control de alarmas antirrobo, sensores de movimiento y notificaciones en tiempo real a dispositivos móviles de los dueños. La domótica permite el monitoreo en tiempo real de viviendas y negocios con cámaras de vigilancia, cerraduras inteligentes y sistemas de alerta.

4. Electrodomésticos y enchufes inteligentes: permiten el control remoto de diversos electrodomésticos como lavadoras, hornos o cafeteras. También posibilitan el apagado programable de dispositivos en standby para ahorrar energía y recibir alertas de consumo eléctrico en tiempo real.

“También hay sistemas que detectan fugas de agua o ajusta el riego de jardines según la humedad del suelo, evitando mucho desperdicio. Y en cuanto al aire, hay sensores que te avisan si la calidad dentro de tu casa es mala y activan purificadores o ventilación automáticamente”, explica Bello.

La eficiencia energética es otro aspecto clave. Como añade la coordinadora de Fab Lab, los sistemas de iluminación y climatización inteligente ajustan automáticamente su funcionamiento según la presencia de personas o las condiciones ambientales, reduciendo así el consumo innecesario de energía y contribuyendo al ahorro económico.

Algunos sistemas incorporan asistentes de voz como Alexa o Google Assistant para controlar todo mediante comandos de voz. Estas funcionalidades hacen que los hogares sean más eficientes, seguros y confortables.

En esa misma línea, el IoT también tiene un impacto significativo en el día a día de las personas, por ejemplo, en la salud y el bienestar. Dispositivos como los relojes inteligentes y sensores biométricos permiten monitorear signos vitales, fomentar hábitos saludables con recordatorios para la hidratación y hasta detectar problemas de salud antes de que se conviertan en emergencias.

Néstor Ríos Rivero, director ejecutivo de la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT), enfatiza que la tecnología no lo es todo, sino un medio para cumplir un propósito específico. Además, sostiene que el desarrollo tecnológico debe tener un fin ético, como resolver problemas y satisfacer necesidades.

“A través del Internet de las Cosas podemos comprender cómo esta red de objetos y dispositivos, con sensores, software u otras tecnologías incorporadas, nos permite interconectar e intercambiar datos para mejorar la calidad de vida de nuestra sociedad. De hecho, hay producción que se interna en el país vinculada a la domótica”, explica la autoridad.

El IoT es una de las tecnologías que ha evolucionado de manera acelerada en comparación con otras y es considerada hoy en día uno de los pilares de la transformación digital. Gracias al desarrollo tecnológico y la incorporación de Arduino (una plataforma de hardware y software libre que permite crear objetos electrónicos interactivos), se han desarrollado aplicaciones en robótica y domótica.

“Todo esto no solo ayuda al planeta, sino que también hace la vida más cómoda, segura y eficiente. Y si pensamos en comunidades más grandes, estas tecnologías pueden escalar para tener impacto a nivel urbano”, enfatiza Bello.

A pesar de sus múltiples ventajas, la implementación de la domótica y el IoT aún enfrenta desafíos como la seguridad cibernética y la interoperabilidad entre dispositivos de distintas marcas. Sin embargo, la domótica y el Internet de las Cosas están cambiando la forma en que vivimos, ofreciendo mayor comodidad, seguridad y eficiencia. Su evolución seguirá marcando el futuro de los hogares y las ciudades inteligentes.

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