Educación y tecnología, herramientas fundamentales para los nuevos profesionales

Educación y tecnología, herramientas fundamentales para los nuevos profesionales

Los nuevos profesionales se enfrentan a un mercado laboral en constante cambio, el cual exige, no sólo una educación sólida, sino también conocimientos digitales y tecnológicos actualizados. Estas herramientas potencian la capacidad de adaptación en los entornos laborales y permiten a las personas convertirse en agentes de cambio.

«La educación, además de ser un motor de movilidad social, es la que transforma a las personas que van a transformar el mundo», explica Verónica Ágreda, rectora nacional de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Ágreda acota que esta visión posiciona a la educación como un eje transversal en la formación de competencias clave para el futuro y explica que la modernización de los sistemas educativos no puede desligarse de un enfoque en el desarrollo sostenible; por lo tanto, los modelos educativos deben preparar a los estudiantes para que sean protagonistas en el avance de la sociedad.

«Estamos hablando de dotar a los profesionales de las competencias del futuro, de actualizar a aquellos que ya están en el mercado laboral para que puedan seguir acompañando esta transformación que se está dando en las empresas, en la industria y en todo el entorno laboral».

Este reto incluye la formación de nuevos talentos y la capacitación continua de quienes ya ejercen, asegurando que puedan responder a las demandas tecnológicas y sociales actuales.

Competencias digitales

Una característica de los nuevos profesionales es su condición de nativos digitales, sin embargo, en el competitivo mundo laboral no basta con conocer las tecnologías, sino dominarlas y saber cómo aplicarlas en todos los contextos.

En un contexto donde todas las disciplinas profesionales están siendo atravesadas por la tecnología, su integración en la formación académica es indispensable.

“En todas las profesiones está la tecnología, un economista o un ingeniero comercial, industrial o civil, lo que sea, necesita tecnología, un médico necesita tecnología. Si los profesionales no continúan preparándose, si no cambian esa actitud de hacer lo mínimo indispensable, difícilmente podrán incorporarse en la fuerza laboral o emprender sus propias empresas”, apunta Pablo Camacho, presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI).

Camacho también destaca la necesidad de combinar la teoría con la práctica, garantizando que los profesionales no solo posean conocimientos técnicos, sino también una actitud emprendedora y proactiva para enfrentar los retos laborales.

Por su parte, Ágreda indica que la mera habilidad técnica no basta en el mundo laboral, por lo que los nuevos profesionales deben saber aplicar sus conocimientos de manera práctica.

«Los jóvenes, sin duda, tienen competencias digitales porque las desarrollan de una manera mucho más rápida, más ágil, porque ya son nativos digitales. El gran desafío es cómo utilizar estos dispositivos al servicio de la educación, para trabajar, para emprender, para hacer crecer sus empresas y negocios o para llevar adelante causas que promuevan el desarrollo sostenible».

Esto implica un enfoque educativo que vaya más allá del uso básico de la tecnología, enseñando a los jóvenes a aplicar sus conocimientos digitales en proyectos de impacto social y económico. Este cambio de paradigma es fundamental para empoderar a los estudiantes como emprendedores y líderes.

Esta integración de la tecnología en el ámbito profesional no puede lograrse de forma aislada. Es fundamental fomentar la colaboración entre las universidades, las empresas y el gobierno para construir un ecosistema educativo que responda a las necesidades del mercado.

Rolando Kempff, presidente de la Federación de Empresarios Privados de La Paz (FEPLP), lo resume así: «Realmente tenemos que tener una comunicación entre la universidad, el gobierno y los empresarios».

Esta alianza estratégica permitirá que los futuros profesionales no solo adquieran competencias técnicas, sino que también comprendan el contexto económico y social en el que operan. Kempff destaca que la tecnología digital es una herramienta que todas las empresas deben integrar para optimizar sus procesos y mejorar su competitividad en el mercado global.

La educación y la tecnología no solo son herramientas fundamentales para el desarrollo de los nuevos profesionales, sino también motores que impulsan el crecimiento sostenible e inclusivo de las sociedades. Las instituciones educativas tienen el desafío de actualizar sus metodologías para formar a individuos capaces de liderar transformaciones significativas. Asimismo, es imperativo que los jóvenes adopten una actitud emprendedora y de aprendizaje constante, utilizando la tecnología como una palanca para construir un futuro mejor.

 

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