Descubre los términos jurídicos comunes y su verdadero significado

La vida cotidiana está llena de términos jurídicos. Pedimos justicia, hablamos de equidad y clamamos por igualdad, pero a menudo usamos estos conceptos de manera indiscriminada, sin comprender su verdadero significado. Y es que el Derecho está profundamente entrelazado con nuestra vida diaria.
¿Alguna vez dijimos “eso no es legal” sin estar realmente seguro de lo que significa? ¿O escuchamos en las noticias que un delito “prescribió” y nos hemos preguntado qué implica? Muchas palabras del ámbito jurídico forman parte de nuestro lenguaje cotidiano, pero a veces las usamos sin conocer su verdadero significado.
Para despejar estas dudas, nos sentamos a conversar con Alberto Salamanca, director de la carrera de Derecho de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz La Paz, quien nos ayudó a entender mejor estos términos y cómo pueden prestarse a confusión.
¿Legalidad o legitimidad? No es lo mismo
Si un presidente fue elegido en elecciones “limpias” pero la gente ya no lo quiere, ¿su gobierno sigue siendo legítimo?
“¡Aquí está el truco!”, nos dice Salamanca.
“Un gobierno puede ser legal porque cumple con todas las normas electorales, pero puede perder su legitimidad si el pueblo ya no lo apoya. La legalidad es objetiva: si cumple la ley, es legal. La legitimidad, en cambio, depende de la aceptación social. No siempre van de la mano”, refiere el director de la carrera de Derecho.
Prescripción: cuando el tiempo es un juez silencioso
Imagina que alguien comete un delito, pero pasan los años y nadie lo denuncia. Un día, deciden llevarlo a la justicia, pero el caso es rechazado. ¿Por qué? Salamanca explica: “Porque el delito ya prescribió. La ley establece un tiempo límite para perseguir ciertos crímenes. Si pasa ese tiempo sin acción legal, ya no se puede hacer nada”. También ocurre con deudas: después de varios años, los bancos ya no pueden cobrarlas.
Preclusión: la puerta que se cierra en un juicio
¿Sabías que en un juicio hay «ventanas de oportunidad» que se cierran para siempre?
“Supongamos que en un juicio te dan 10 días para presentar pruebas”, dice Salamanca. “Si no lo haces, precluye tu derecho y ya no puedes agregar más pruebas. No importa cuán importante sea lo que encontraste después, ya perdiste la oportunidad”.
Detención, arresto y aprehensión: el juego de las diferencias
¿Detenido o arrestado? Lo que dicen en las noticias no siempre es lo correcto.
Salamanca nos reta: “Escucha la próxima vez que veas una noticia de un crimen. ¿Dicen que la persona fue ‘detenida’, ‘arrestada’ o ‘aprehendida’? No es lo mismo”. Aquí las diferencias clave:
- Detención: “Es temporal y preventivo. La Policía puede detenerte si sospecha de algo, pero sin pruebas firmes”.
- Arresto: “Ya es una sanción. Se impone como castigo, por ejemplo, en un arresto domiciliario”.
- Aprehensión: “Sucede cuando la Policía captura a alguien con suficientes indicios de delito para ponerlo a disposición de un juez”.
Justicia, equidad e igualdad: un trío complicado
¿Tratar a todos igual es lo mismo que ser justo?
“No exactamente”, aclara Salamanca. “Apliquemos un ejemplo: en una escuela hay un niño con discapacidad que usa silla de ruedas. Si damos las mismas reglas para todos (igualdad), tendría que subir escaleras como los demás. Pero si instalamos una rampa para él, eso es equidad. Y en conjunto, logramos justicia”.
En resumen:
Justicia: El ideal de aplicar las leyes con imparcialidad.
Igualdad: Tratar a todos de la misma forma, sin diferencias.
Equidad: Ajustar las reglas para que todos tengan las mismas oportunidades.
Hay más palabras que están entrelazadas en la cotidianidad; sin embargo, las presentadas suelen ser las más usadas en el diario vivir. Para aprender más sobre estos términos, durante cada gestión la carrera de Derecho de la Universidad Franz Tamayo organiza un “deletreo jurídico”; un evento que nos recuerda que lo jurídico está enraizado en el diario vivir.