Por Manuel Filomeno
El acto de reordenar las facetas del cubo Rubik en 43 trillones de combinaciones es un pasatiempo cultivado por millones de personas en todo el mundo. Además de entretenida, la actividad tiene el beneficio de cultivar aptitudes como la coordinación, la inteligencia espacial, la estrategia, la atención y la memoria.
Imma Marín, fundadora y directora de Marinva, una consultora especializada en el juego como elemento transformador, indica que el cubo Rubik conjuga muchos factores de éxito, que pueden analizarse, pero que no es tan fácil replicar en otros juegos. Algunos lo han intentado con dinámicas parecidas, pero sin llegar a la misma fortuna y con una pervivencia mucho menor.
La experta detalla las siguientes razones de ese triunfo:
- Se puede llevar a cualquier parte. Al ser pequeño, cabe en el bolsillo o en la mano, y eso hace que pueda ser transportado y utilizado en cualquier lugar, como un parque, el patio del colegio.
- Sus reglas son muy sencillas, pero, a la vez, supone un reto conseguir acabarlo. Cuando ves que otros van avanzando, te contagias y quieres seguir avanzando tú también, para llegar a conocer cómo lograr todas las caras.
- Estéticamente es bonito. Esa mezcla de colores que se van armonizando es muy agradable visualmente.
- Es económico, no es un juguete caro y está al alcance de cualquier bolsillo.
- Se puede jugar en solitario o compitiendo con otras personas para ver quién acaba antes o quién logra más caras en menos tiempo.
- Ha pasado de generación en generación, por lo que padres, hijos, abuelos, saben de qué se está hablando y eso los une.
- Todo el mundo tiene un buen concepto del juego, al incluir habilidad, pensamiento, estrategia.
Juegos como el cubo de Rubik se utilizan frecuentemente para ayudar a niños con dificultades o para proporcionar estímulos adicionales, especialmente en casos de altas capacidades. Sin embargo, es fundamental partir de una premisa que destaca Marín: “El juego debe ser siempre voluntario, hay que querer jugar, y produce placer, aunque requiera esfuerzo. El juego no debe buscar otro placer que el propio de jugar”.
Esta herramienta puede emplearse en estos casos, pero no de manera forzada, sino aprovechando sus beneficios de manera natural cuando el niño o adolescente muestre interés.
Esto quiere decir que es esencial enganchar al niño de forma natural. Para niños con dificultades, existen algunas variantes del cubo Rubik con menos caras o bloques a mover, que “pueden dar una sensación de éxito más rápida”.
En cuanto a menores con altas capacidades, si les atrae, “es un juego ideal porque presenta un reto difícil que pueden abordar de muchas formas para mantener la motivación”, comenta Marín.
“Los cubos Rubik fomentan la creatividad, porque propician la flexibilidad cognitiva, el pensamiento creativo, probar, a través de la manipulación, varias rutas para solucionar el juego, no solamente pensar de una manera lineal, sino explorar alternativas. También, es muy usado para conocer algoritmos e inteligencia espacial, donde se puede visualizar patrones y una capacidad de pensar fuera de lo común, pensar en movimientos no repetitivos y proponer estrategias diferentes”, señala, por su parte, la psicopedagoga y docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, Consuelo Medina.
La experta explica que el procesamiento espacial, relacionado con la capacidad de manipular y visualizar objetos en tres dimensiones, está mediado por la actividad en la corteza parietal y prefrontal, un área clave para la integración de información sensorial y espacial.
“Al momento de armar el cubo Rubik, el cerebro activa esta región al calcular movimientos y rotaciones, mejorando la habilidad de manipulación mental de formas y trayectorias mentales y físicas, habilidades como la planificación, la inhibición de impulsos y el pensamiento secuencial. Estas funciones coordinadas son esenciales para la resolución de problemas complejos y permite a los individuos retener y manipular información temporalmente”, expresa.
Otros beneficios del juego con cubos Rubik son la perseverancia, la regulación emocional, la autoconfianza, la autoestima y las habilidades sociales.
El juego hace que el estudiante se sienta retado y tenga esa experiencia de continuar avanzando hasta terminar con el armado de todo el cubo. Por otra parte, la persona que practica con el cubo puede mostrar cierto autocontrol y paciencia al momento de estar retado, además aprende a encontrar satisfacción con el esfuerzo constante a través de la repetición o el manejo de los movimientos. Hay personas que no tienen paciencia para realizar el armado y esta situación ayuda a desarrollar actitudes positivas ante tareas largas.
Imma Marín, fundadora y directora de Manriva, una consultora especializada en el juego como elemento transformador, indica que el cubo Rubik conjuga muchos factores de éxito, que pueden analizarse, pero que no es tan fácil replicar en otros juegos. Algunos lo han intentado con dinámicas parecidas, pero sin llegar a la misma fortuna y con una pervivencia mucho menor.
La experta detalla las siguientes razones de ese triunfo:
- Se puede llevar a cualquier parte. Al ser pequeño, cabe en el bolsillo o en la mano, y eso hace que pueda ser transportado y utilizado en cualquier lugar, como un parque, el patio del colegio.
- Sus reglas son muy sencillas, pero, a la vez, supone un reto conseguir acabarlo. Cuando ves que otros van avanzando, te contagias y quieres seguir avanzando tú también, para llegar a conocer cómo lograr todas las caras.
- Estéticamente es bonito. Esa mezcla de colores que se van armonizando es muy agradable visualmente.
- Es económico, no es un juguete caro y está al alcance de cualquier bolsillo.
- Se puede jugar en solitario o compitiendo con otras personas para ver quién acaba antes o quién logra más caras en menos tiempo.
- Ha pasado de generación en generación, por lo que padres, hijos, abuelos, saben de qué se está hablando y eso los une.
- Todo el mundo tiene un buen concepto del juego, al incluir habilidad, pensamiento, estrategia.
Juegos como el cubo de Rubik se utilizan frecuentemente para ayudar a niños con dificultades o para proporcionar estímulos adicionales, especialmente en casos de altas capacidades. Sin embargo, es fundamental partir de una premisa que destaca Marín: “El juego debe ser siempre voluntario, hay que querer jugar, y produce placer, aunque requiera esfuerzo. El juego no debe buscar otro placer que el propio de jugar”.
Esta herramienta puede emplearse en estos casos, pero no de manera forzada, sino aprovechando sus beneficios de manera natural cuando el niño o adolescente muestre interés.
Esto quiere decir que es esencial enganchar al niño de forma natural. Para niños con dificultades, existen algunas variantes del cubo Rubik con menos caras o bloques a mover, que “pueden dar una sensación de éxito más rápida”.
En cuanto a menores con altas capacidades, si les atrae, “es un juego ideal porque presenta un reto difícil que pueden abordar de muchas formas para mantener la motivación”, comenta Marín.
Aniversario
El cubo Rubik cumple 50 años y es un rompecabezas mecánico tridimensional creado por el escultor y profesor de arquitectura húngaro Ernö Rubik en 1974 y desde entonces ha conquistado a grandes y chicos, pero también se ha convertido en una poderosa herramienta educativa.
Desde su invención, se han vendido más de 400 millones de cubos Rubik en el mundo, lo que lo convierte en uno de los juguetes más vendidos de la historia, esto sin contar con copias, reediciones y rompecabezas tridimensionales similares.