Por Manuel Filomeno
Carlos Uría confiesa que nunca se ha sentido cómodo consigo mismo y sus dudas acerca de la manera en la que la gente lo percibe lo han hecho irritable y lejano.
“Temo mostrarme como soy, temo que la gente descubra que soy vulnerable y eso me hace tener una baja calificación de quién realmente soy”, comenta.
La manera en la que nosotros mismos nos percibimos es de vital importancia, ya que el ser humano no funciona bien si no está emocional e internamente bien. Estas alteraciones se producen cuando nuestra imagen propia y la que los demás puedan tener sobre nosotros entran en conflicto, cuando nuestra autoestima es afectada.
La autoestima impulsa a actuar, a seguir adelante y a perseguir objetivos. El concepto que las personas tienen de sí mismas es aprendido del entorno, mediante la valoración que hacen de su comportamiento y de la asimilación e interiorización de la opinión de los demás respecto a sí mismos.
Franklin Conradi, docente de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, indica que la autoestima es primordial ya que las personas son afectadas por lo que otros piensan o puedan pensar de ellas.
“Todo inicia en las emociones, en el corazón. Hay que quererse, valorarse y amarse. Tenemos que conocer que todo parte de la mente. Por eso es importante saber esto para que las personas que sufren de baja autoestima empiecen a quererse más, para que inicien a conocerse, valorarse, tiene que haber una decisión”, específica.
¿Qué es la autoestima?
La autoestima, según el Instituto Europeo de Psicología Activa, se basa en nuestra percepción de valía y se forma a partir de pensamientos, sentimientos y experiencias acumuladas a lo largo de la vida.
Está compuesta por dos elementos clave: la autoimagen y el autoconcepto.
La autoimagen refleja cómo nos vemos físicamente, mientras que el autoconcepto se refiere a nuestra valoración personal a nivel conceptual. Ambos aspectos influyen en nuestra autoestima. Si evaluamos positivamente nuestra imagen y concepto, es probable que tengamos una autoestima saludable; caso contrario, podría ser baja.
Mantener niveles saludables de autoestima puede permitirnos conocernos mejor a nosotros mismos, aceptarnos de manera incondicional, Tener una actitud positiva y un correcto autodiálogo interno, relacionarnos mejor con los demás, buscar la felicidad y lograr objetivos, atender mejor cuáles son nuestras necesidades y satisfacerlas de manera adecuada, tanto a nivel físico como psicológico.
Debido a que la autoestima es algo que se forma durante toda la vida, “sería interesante resaltar la importancia de una correcta gestión emocional para que desde niños podamos construir una correcta autoestima”, concluye Conradi.
Seis pilares de la autoestima
El psicoterapeuta canadiense Nathaniel Branden propuso seis pilares de la autoestima. Se trata de esos aspectos de la vida que son necesarios trabajar y cultivar para que se afiance el amor propio.
- Vivir de manera consciente
Uno de los pilares básicos de la autoestima se asienta sobre la práctica de aumentar el grado de atención sobre el presente. Dicho de otro modo, esto significa que es importante tener conciencia de nuestras actividades, pensamientos, palabras, sentimientos e intenciones.
En este sentido, lo más crucial es tener una intención real de ser honesto con uno mismo, observar lo que hay en nuestro interior sin juzgar, pero tomando nota para conocernos mejor
- Aceptación
La observación y la conciencia sobre lo que uno hace con frecuencia conduce a la autoimposición de castigos muy severos en personas que carecen de amor propio.
Por ello, es importante tomar en cuenta tres acciones, la primera es la disposición a experimentar plenamente todo lo que sentimos, pensamos, hacemos, soñamos. La segunda acción es ponerse del lado de uno mismo, es decir, no pelearse internamente. Las acciones anteriores están relacionadas con una tercera: ser amigos de nosotros mismos, es decir, aceptarnos.
- Responsabilidad
Ninguna persona logra cultivar su autoestima si no se convence de que es perfectamente competente para alcanzar y vivir en un estado emocional positivo.
Ser responsable significa aceptar las consecuencias de lo que se hace o no se hace. Elegir, por ejemplo, no actuar frente a un problema, ya que estoy en todo mi derecho. Lo que no puedo hacer es tratar de culpar a otros o a la vida misma por los efectos de mi pasividad.
- Autoafirmación o asertividad
La autoafirmación está estrechamente relacionada con el respeto y es otro de los pilares de la autoestima. Tiene que ver con respetar nuestros propios deseos, necesidades y valores. Es decir, que no se debe pasar por encima de ellos para complacer a otros, bien sea por temor, o por alguna razón similar.
Autoafirmarse no significa ser beligerante, ni impositivo. Significa valerse por uno mismo y la negativa a falsear lo que somos por agradar o no incomodar a los demás.
- Propósito
Para sentir aprecio por nosotros mismos, también tenemos que sentir que vivimos con un propósito. Esto incluye tanto propósitos globales como metas puntuales.
Es importante que hagamos conscientes nuestros propósitos y metas, así como las acciones necesarias para alcanzarlos. También ayuda valorar cada logro que obtengamos. Vivir sujetos al azar destruye la autoestima.
- Integridad
La integridad tiene que ver con la coherencia que hay entre nuestros valores y nuestros actos. También entre lo que decimos y lo que hacemos. Como la palabra misma lo señala, la integridad “integra”, es decir, que estructura nuestra personalidad y nuestra conducta, haciéndola más razonable.
La falta de coherencia entre diferentes campos vitales suele derivar en una gran cantidad de problemas. El más grave es que nos daremos motivos a nosotros mismos para formularnos críticas y sentirnos disgustados con lo que somos.
Una persona con baja autoestima tiende a rendirse antes de intentarlo, a bajar los brazos antes de encajar el primer golpe. Frente a este marco, tenemos la posibilidad de nutrir cada día nuestro amor propio y los pilares de la autoestima de Branden son una guía que nos pueden ayudar a lograrlo.