Manuel Filomeno
Al enfrentarse a un aula llena de estudiantes, los docentes deben dominar varias habilidades para captar y mantener su atención. Desde dinámicas hasta juegos, pasando por el storytelling, la aplicación de estrategias pueden ser muy útiles, sin embargo, primero es necesario alcanzar un manejo efectivo del aula, mediante el cual los ojos y los oídos de los estudiantes estén puestos sobre el profesor.
“Podemos tener hermosos planes para los estudiantes, pero sin su atención, estos nunca van a poder hacerse realidad”, expresa Laura Lewin, experta en educación, conferencista y profesora de inglés.
En este sentido, la experta plantea cinco tips para el manejo efectivo del aula:
- La técnica del sándwich
Se trata de comenzar una interacción con los alumnos comenzando por lo positivo, seguido de lo negativo y algo positivo al final.
El propósito de esta técnica es mantener al estudiante motivado, al tiempo que se le señala el error y se refuerza otro aspecto de la tarea.
“Si de entrada se le dice al estudiante que un ejercicio o tarea está mal, se le desincentiva a tratar de nuevo, en cambio si se le dice algo positivo, al tiempo que se le señala el error y luego se le da otro refuerzo, esto lo motiva a intentar de nuevo la tarea o ejercicio”, señala Lewin.
- Nunca interrumpir la clase
El manejo del aula debe ser invisible. El docente debe saber qué es lo que está haciendo, así como los estudiantes e interrumpir una clase por una indisciplina, si ésta no es demasiado grave, rompe con el flujo de la clase y hace que los estudiantes cuestionen el papel del educador.
“Si hay dos alumnos conversando, no detengamos la clase, podemos acercarnos y hacerles saber que la lección va a continuar”, dice la experta.
- No romper el momentum
Este consejo se refiere a no romper la concentración y atención de los estudiantes, si ellos se encuentran haciendo un ejercicio en silencio, es mejor hacer rondas y ofrecer ayuda en cada caso que aplicar presión al grupo entero, ya que esto los puede hacer equivocar.
- Medir el clima
Esto se puede hacer mediante encuestas de satisfacción anónimas o mediante registros de conducta, los cuales nos ayudan a medir quiénes se portan peor y nos permite establecer relaciones unipersonales con ellos y ayudarlos.
Otra herramienta son los registros de asistencia, que nos muestran quiénes llegan tarde y quiénes están faltando y los registros de calificaciones que nos permiten personalizar el aprendizaje.
- Hackear el sistema
A veces es necesario romper un poco las reglas para hacer las cosas bien. Lewin indica que, por ejemplo, si a un estudiante le va mal constantemente y parece no salir de eso, es posible ayudarlo de una manera que le permita superar sus problemas y motivarse.“Podemos hacer un préstamo de nota, decirle al alumno ‘yo te presto nota en esta prueba, para que apruebes, pero en la siguiente prueba no te puede ir solo bien, te tiene que ir excelente, así me pagas el préstamo’. Esta estrategia permite que el estudiante se motive y alcance mejores resultados académicos, dándole una segunda oportunidad”, expresa la educadora.
Cuál debe ser el perfil de los docentes del siglo XXI
En estos tiempos de alto desarrollo de la tecnología, cuando un estudiante tiene toda la información a su alcance en Internet, ¿cómo debe ser el docente?
“Debemos ser innovadores, colaborativos y comprometidos con el aprendizaje continuo para brindar una educación de calidad a nuestros estudiantes, preparándolos para enfrentar un mundo cada vez más cambiante”, resalta Juan Carlos Núñez, experto en pedagogía de la Jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
El especialista señala cinco aptitudes que deben desarrollar los docentes para alcanzar esos objetivos.
Actualización continua para tener un conocimiento profundo de los enfoques pedagógicos y tecnologías educativas que surgen constantemente. Implica estar al tanto de las últimas tendencias en educación, participar en capacitaciones y evaluaciones continuas y utilizar herramientas tecnológicas y recursos didácticos innovadores.
Ser capaz de involucrar a los estudiantes.El docente está frente al desafío de ayudar, guiar, facilitar la construcción del conocimiento del alumnado, debe promover su desarrollo integral y fomentar el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la creatividad. La enseñanza se adapta a las necesidades individuales de cada estudiante con metodologías activas que involucren a los estudiantes.
El estudiante aprende según su ritmo y habilidades. Los docentes deben contar con capacidades de evaluación de acuerdo al dominio de habilidades y resultados de aprendizaje que obtienen cada uno de ellos.
Gestionar habilidades blandas y encarar la formación para la era del trabajo en equipo, de empatía, respeto al otro, pluralidad, pues las tendencias de empleo así lo demuestran.
Ser un modelo a seguir y transmitir valores y actitudes positivas, como la tolerancia, la empatía, la responsabilidad, respeto y protección al medio ambiente. El ambiente de respeto y confianza en el aula permite el diálogo y el trabajo colaborativo.
Según Núñez, el docente de hoy debe ser “agente de cambio” capaz de liderar procesos de transformación en el entorno educativo y dispuestos a adaptarse a las nuevas exigencias y desafíos educativos.