Las tendencias laborales han evolucionado en los últimos años, desde los modos de trabajo remotos, semipresenciales o híbridos, que trajo la pandemia del Covid-19 en 2020, hasta los cambios en las jornadas impulsados por las nuevas generaciones. Los valores en el lugar de trabajo han cambiado de foco, buscando centrarse en el trabajador y su bienestar.
Un reciente estudio de la consultora mexicana Crecimiento Sustentable reveló, por ejemplo, que los trabajadores felices son un 88% más productivos que aquellos que están con actitud negativa, una muestra de que el cambio de enfoque laboral rinde frutos.
Este cambio de perspectiva se refleja en las políticas de empresas que ahora prioriza el equilibrio entre la vida laboral y personal de sus empleados. Espacios de trabajo que respetan los horarios laborales y fomentan actividades personales fuera del entorno de trabajo incrementan su compromiso y lealtad hacia la corporación.
“Es importante que la gente pueda salir del trabajo, tener otras actividades, despejar su mente, enfocarse en sus hijos. Las empresas ahora dan horarios flexibles, por ejemplo, cuando un papá o una mamá quiere ir a ver una actividad de su hijo y luego pueda reponer sus actividades. Eso es gratificante ya que fortalece emocionalmente al colaborador y hace que se genere compromiso con el trabajo”, puntualiza Mónica Messa, experta en psicología laboral y directora de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Bizneo, empresa desarrolladora de programas informáticos de gestión de Capital Humano y consultora internacional líder en el mundo, en un reciente estudio, indica que las empresas que fomentan la excelencia y la libertad en sus estructuras laborales son más propensas a ser reconocidas por sus trabajadores como “grandes lugares para trabajar (Great Place to Work)” y convertirse en una “marca empleadora”.
Para alcanzar este nivel, la consultora recomienda cultivar 11 valores:
- Transparencia
Es uno de los valores que más buscan las empresas y que se observa tanto hacia fuera como hacia dentro. La transparencia implica ser claros en la descripción de los servicios y no esconder información que puede ser relevante para la plantilla o los clientes, según el caso.
- Honestidad
Es uno de esos valores de una empresa que se deriva del anterior. La entidad gana en credibilidad a medida que facilita a los clientes toda la información que estos reclaman.
- Coherencia como valor empresarial
La hipocresía es una cualidad muy poco deseable en cualquier persona, no digamos si se trata de toda una empresa. La coherencia implica ser fiel tanto hacia los demás como, sobre todo, hacia uno mismo.
- Libertad
Se trata de uno de los valores más apreciados por los colaboradores de una empres, pero conviene entender correctamente a qué nos estamos refiriendo. La libertad no puede ser sinónimo de anarquía o de falta de normas internas porque ello acabará provocando multitud de disfuncionalidades en la entidad.
- Puntualidad en las entregas
Entregar los trabajos fuera de plazo puede provocar múltiples trastornos a los clientes o a otros compañeros. La puntualidad, entendida como la capacidad de cumplir el calendario previsto y no retrasar la culminación de los proyectos, debería regir todas las actuaciones de la compañía y formar parte de los valores de una empresa.
- Excelencia, clave en los valores de una empresa
O, mejor dicho, la búsqueda de la excelencia. La pretensión última de cualquier entidad debería ser no dejar nunca de mejorar. La excelencia es, por definición, un estado inalcanzable en el que todo funciona a la perfección. Es uno de los valores corporativos más sugestivos porque invita a todos los que forman parte de la empresa a superarse día a día y a no caer en la autocomplacencia.
- Adaptabilidad
El respeto a unos determinados valores empresariales suele confundirse con la intransigencia y la incapacidad para adaptarse a los nuevos escenarios. Las compañías no pueden vivir de espaldas a los cambios que suceden a su alrededor y por ello uno de los valores más relevantes de nuestro tiempo es la adaptabilidad.
- Diligencia
La capacidad para ponerse manos a la obra sin dejar pasar el tiempo y sin sentir pereza (o sobrellevarla) es una de las cualidades más valoradas por los responsables de RR.HH en cualquier proceso de contratación.
- Constancia
No desanimarse frente a la adversidad, perseverar en la consecución de los objetivos y estar siempre al pie del cañón son cualidades que pueden resumirse en una sola palabra: constancia.
- Justicia, un imprescindible en los valores de una empresa
Quizá sorprenda encontrarse entre estos valores empresariales con uno que parece extraído del Código Civil. Lo cierto es que cuando las entidades no paran de raíz las injusticias que surgen en su seno el malestar no tardará en cundir entre los empleados.
- Cercanía
Las grandes marcas basan buena parte de su éxito en su proximidad a los consumidores, haciéndoles partícipes de su filosofía corporativa y mostrándoles que ellos son su razón de ser.
Cómo impacta la felicidad en el trabajo
Cinthia Ashanti Romero, directora de Capital Humano de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, explica que la felicidad en el trabajo tiene un impacto positivo en los colaboradores y en la organización en su conjunto.
“Promover un ambiente laboral feliz y saludable puede aumentar la productividad, la retención de talento, el bienestar emocional y la creatividad de los empleados, lo que se traduce en un mejor desempeño y resultados exitosos para la organización”.
Asimismo, mejora el clima laboral porque los empleados felices suelen ser más colaborativos, empáticos y trabajan de forma armoniosa con sus compañeros y superiores.
También coadyuva al logro de una mayor productividad, porque los trabajadores motivados y comprometidos disfrutan de su trabajo y están dispuestos a dedicar más tiempo y esfuerzo para lograr mejores resultados.
Cuando los empleados están satisfechos y felices en su trabajo, es más probable que se queden en la organización a largo plazo. “La retención de talento se ve beneficiada por la felicidad en el trabajo, ya que los empleados no sienten la necesidad de buscar oportunidades en otros lugares”, dice Romero.
Otra contribución importante es la mejora de la salud mental y bienestar emocional. Los empleados felices suelen experimentar menos estrés, ansiedad y depresión.
La empresa también se beneficia con una adecuada gestión de la felicidad ya que los trabajadores se sienten más motivados para crear nuevas ideas y soluciones, lo que puede llevar a la mejora de los procesos y al crecimiento de la empresa.