Por Manuel Filomeno
La naturaleza es una gran maestra y sus lecciones nos ayudan a crear un mundo nuevo, en particular, cinco maestros: los árboles, los ríos, el pambil, el paiche y la buganvilia, nos enseñan a escuchar nuestra propia voz, colaborar, usar las adversidades como impulso, no rendirnos ante la incertidumbre y perseverar ante la adversidad, lecciones que fueron el corazón de una charla inspiradora brindada por Beno Juárez en el marco del Futures Week 2024.
Juárez, presidente de la red FAB LAB Perú, fundador del Fab Lab Flotante en el Amazonas y creador de la metodología de simbiocreación, indica que podemos aprender mucho de la naturaleza, sobre todo de cinco maestros de la selva amazónica.
Según el experto, los jóvenes latinoamericanos de 15 a 24 años ven el futuro con optimismo y grandes sueños. Sin embargo, entre los 25 y 34 años, esta motivación se enfrenta a la realidad del sistema laboral y educativo, llevando a una etapa de frustración. Después de los 35 años, las personas tienden a resignarse, enfocándose en responsabilidades cotidianas como mantener a sus familias y pagar las cuentas; sin embargo, esto no tiene por qué ser así, ya que las personas pueden adaptarse y crecer infinitamente.
“En mi viaje al mundo de la tecnología puedo decir que lo más importante está, no en la tecnología en sí, sino en nuestra capacidad de reinventarnos constantemente. Yo provengo de la Amazonia y de este lugar me gustaría compartirles lecciones, sabiduría de la naturaleza de cinco grandes maestros, que espero que les puedan inspirar a ustedes en su camino hacia la innovación personal y global”, señala Juárez.
El primer maestro propuesto por Juárez son los árboles, que crecen tanto hacia arriba como hacia abajo y que, en este proceso, encuentran su centro, su propia voz.
“Un ejemplo es el crecimiento de los árboles, que simboliza la importancia de encontrar nuestra propia voz y propósito y ésta es una lección muy importante que recogimos o que recogemos en las comunidades amazónicas, porque muchas veces estamos haciendo cosas por diversas motivaciones, pero la pregunta es qué voz estás escuchando. Las voces externas, las de arriba, las de abajo, las de los costados o tu propia voz, cuán importante es encontrar esa voz de nuestro propósito antes que de la profesión en la que estamos”, explica.
El segundo maestro son los ríos, que simbolizan las conexiones que hacemos y la colaboración, estrategia de por medio, para escalar nuestros proyectos. En este caso, usó el ejemplo de la red de Fab Labs, que en 2009 sólo contaba con 30 laboratorios en todo el mundo, mientras que ahora existen más de 3.000 y cuyos aportes se ven multiplicados de manera exponencial gracias a la colaboración.
“Cuando empiezan los ríos son pequeños pozos de agua, que se van a convertir luego en grandes torrentes, como son los ríos amazónicos. Esto ocurre por dos cosas; primero, porque estos charcos no están ahí inmóviles, se están moviendo constantemente y, en el camino, van generando conexiones y van incrementando su caudal, lo que nos enseñan los maestros ríos es a no quedarnos quietos, sino que si queremos lograr gran impacto no importa los recursos que tengas en este momento, sino que te muevas porque en el camino lo vas a encontrar”, señala.
Juárez agrega que en esa convergencia nace la simbiocreación, una metodología que promueve la colaboración sobre la competencia.
“Es decir, si yo tengo una idea y tú tienes otra, ¿qué nueva tercera idea totalmente diferente puede generarse? Ahora, también ya se cuenta con la inteligencia artificial para empezar a tener alternativas, digamos de estas integraciones y así hemos trabajado con cientos y miles de creadores, formando redes de colaboración que amplifican los aportes de todos, permitiendo generar nuevas soluciones a partir de diferentes perspectivas. Este enfoque ha demostrado ser efectivo en proyectos colaborativos, gracias al apoyo de instituciones y comunidades”, especifica.
El tercer maestro es el pambil o “árbol que camina”, una especie que tiene sus raíces fuera de la tierra y que utiliza las fuerzas externas como un impulso para moverse y hacerse más fuerte. “Lo interesante es que el pambil utiliza la fuerza que busca tumbarlo para equilibrarse, utiliza la fuerza para avanzar en la vida”, explica.
En ese sentido, Juárez comenta que al momento de la llegada de la Red Fab Lab a Perú, se buscó el lugar con mayores brechas y desafíos para iniciar su labor.
“Identificamos que en la Amazonia tenemos la mayores brechas en educación, en industria, en competitividad, etcétera y, a la vez, es un territorio maravilloso que aporta muchísimos recursos, no solo a la región sino al planeta, pero se está perdiendo, no solo la biodiversidad, sino también sus guardianes naturales que son sus jóvenes y es así que decidimos, en colaboración con la red mundial de laboratorios de fabricación digital, un proyecto que está en proceso y que busca generar una nueva economía”.
A través de esta misión, se busca cambiar la matriz productiva de la región, de una economía depredadora a una economía regeneradora.
“Este sentido de espiral, presente en todas las comunidades nativas, nos brinda herramientas para crear y para pensar de manera holística en lo que generamos. Por ejemplo, se están desarrollando diversos productos, como brazaletes para que los niños identifiquen si el agua está contaminada, impresión 3D de venas artificiales en base a la cera de abeja o biorreactores para la fabricación a medida de vitaminas o nutrientes”, manifiesta.
El cuarto maestro es el paiche, un pez que, a pesar de ser casi ciego, realiza grandes travesías por los ríos amazónicos, enseñándonos la lección de que siempre es mejor emprender hacia lo desconocido que estancarnos en un solo lugar.
“A veces, nosotros tenemos oportunidades de cambio delante nuestro, pero la incertidumbre nos detiene. Justamente, lo que nos enseña el paiche es que la incertidumbre es el camino. Si tienes dudas sobre ir hacia algo desconocido o quedarte en lo conocido, la incertidumbre es el camino.
La última maestra, no exactamente amazónica, es la buganvilia, una especie de árbol que solo florece cuando le falta agua y siente que va a morir. Esta maestra nos enseña que, en la vida, hay que aprovechar las crisis para crecer.
“En el proceso de innovación, vamos a identificar nuestro propósito, como los árboles; vamos a conectar con otros, como los ríos, y vamos a impulsar proyectos maravillosos de alto impacto para avanzar, como el pambil; también, podríamos quedarnos quietos y escoger la incertidumbre como el caso del paiche. Hay momentos en los que, a pesar de todo eso, no llegan los resultados y nos sentimos frustrados y queremos dejar de lado el proyecto de innovación. Justamente, en ese momento donde estás a punto de tirar la toalla, la maestra buganvilia nos enseña que puedes sacar lo mejor de ti y dejar que broten tus mejores flores”, concluye.
El Futures Week 2024, realizado simultáneamente en El Alto y Cochabamba por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, reunió a una treintena de expertos nacionales e internacionales con más de un millar de jóvenes, con el objetivo de elaborar propuestas y llevar a cabo acciones para la creación de ciudades inteligentes.