“Al psicólogo sólo van los locos”, “quién tiene dinero para ir al loquero” o “hay cosas que no quiero decirle a un desconocido”, son algunos de los mitos alrededor de la atención del profesional en salud mental. A pesar de estas barreras, en los últimos años, la atención psicológica se ha vuelto más accesible para los pacientes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) en su informe científico presentado en marzo del 2022, muestra hallazgos en el deterioro de la salud mental de la población y personal de salud durante la emergencia del COVID-19.
El informe realiza una recopilación exhaustiva de la información recogida en revisiones sistemáticas y metanálisis publicados hasta ahora por la literatura científica. Tan solo el anuncio de la pandemia en 2020, aumentó la incidencia mundial de la ansiedad y la depresión en un 25%.
La OMS señala que, hasta el año pasado había cerca de 450 millones de personas que padecen trastornos mentales. La prevalencia de estos trastornos es similar entre hombres y mujeres, con excepción de la depresión, en cuyo caso es más común entre las mujeres y el abuso de sustancias, más común en los varones, explica el organismo internacional.
“La estigmatización, la discriminación y la violación de los derechos humanos de las personas con trastornos mentales están muy extendidas en la sociedad y en los sistemas de atención de todo el mundo”, advierte la organización internacional.
Para la directora de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, Liudmila Loayza, “una primera barrera es el desconocimiento de lo que implica recibir terapia. En Bolivia el estigma del psicólogo es muy interesante, no existe esta cultura de que el psicólogo es un agente de salud mental al que se debe acudir, como se acude a un médico o a un odontólogo cuando uno tiene una afección”.
La profesional señala que, en el país, todavía hay un estigma de que al psicólogo sólo van las personas locas, por lo que se debe acabar con ese prejuicio a partir de la información. Pero también hay un estigma hacia la salud mental, por actitudes o creencias negativas que llevan a desvalorizar, desacreditar y desfavorecer a las personas con enfermedades mentales, lo que repercute en la falta de políticas gubernamentales y de índole privado para la atención a afecciones de salud mental.
Más allá del estigma, Loayza señala que muchas personas temen y desconocen lo que hacen los psicólogos y que, por eso, no acuden a ellos.
“El psicólogo lo que va a hacer es abrir un espacio para la superación de problemas, para la superación personal, eso es lo que hace. Muchas personas desconocen eso, tienen temor y no buscan ayuda”, agrega la académica.
Un tercer factor es el económico; sin embargo, la psicóloga indica que ésta es sólo una percepción, ya que en algunos casos existen instancias que brindan tratamiento de manera gratuita.
Desde 2020, con la pandemia, muchas organizaciones, como Unicef, abrieron líneas gratuitas para la atención en salud mental. Asimismo, existen en el país centros médicos que ofrecen atención psicológica y psiquiátrica gratis o a precios económicos.
“Todas las personas, así como cuidan su salud física, también deberían cuidar su salud mental. Todos estamos llamados a buscar soluciones para nuestros problemas, nuestras emociones, nuestro estrés y conformar verdaderas redes de apoyo a las que podamos acudir cuando nos sintamos mal, porque en cualquier momento podemos caer en un momento de crisis”, completó Loayza.