Por Luis Flores
“Nunca se deja de aprender”, dice la máxima popular y es que el aprendizaje es un proceso y como todo proceso es continuo y constante. Las generaciones actuales y futuras tienen el reto de asimilar el aprendizaje continuo, para alcanzar el éxito o metas que se propongan.
El aprendizaje continuo o lifelong learning (aprendizaje permanente) es el proceso de adquisición constante de conocimientos, habilidades y competencias a lo largo de la vida, y en la actualidad es una capacidad requerida en las sociedades modernas.
“En lugar de limitarse a la educación formal, como en la escuela o la universidad, este tipo de aprendizaje ocurre en diversos entornos, incluyendo el lugar de trabajo, cursos en línea, lectura independiente, y la experiencia práctica”, explica Ariel Villarroel, experto en educación y metodologías educativas, docente y responsable de la Jefatura de Enseñanza y Aprendizaje (JEA).
En un mundo donde el conocimiento y las habilidades evolucionan constantemente, las innovaciones tecnológicas y los cambios en el mercado laboral exigen que las personas se mantengan actualizadas, no sólo a través de la educación formal, sino también mediante el aprendizaje continuo a lo largo de la vida.
Luz Vanzulli, directora ejecutiva LATAM Sur de la Vicerrectoría de Educación Continua del Tecnológico de Monterrey, afirma que «nunca dejamos de aprender», destacando la importancia de adaptarse a un entorno cambiante. En este contexto, el aprendizaje continuo no es solo una opción, sino una estrategia clave para mantener la competitividad y la relevancia profesional.
La UNESCO, en su declaración sobre el aprendizaje a lo largo de la vida, enfatiza que “el aprendizaje debe ser una experiencia continua, no limitada a un momento específico de la vida”.
Este aprendizaje permanente tiene como objetivo adaptarse a los cambios constantes y mejorar, tanto a nivel profesional como personal. “Incorporar el aprendizaje continuo en tu vida, te permitirá evolucionar en el ámbito profesional y personal, y te ayudará a estar siempre preparado para los desafíos del futuro”, dice el especialista.
Por esta razón, los líderes empresariales también deben posicionar esta formación como una prioridad y dar ejemplo, demostrando que renuevan constantemente sus conocimientos.
Villaroel identifica cinco beneficios de seguir aprendiendo de forma constante:
- Adaptación al cambio: vivimos en un entorno en constante evolución. Las industrias y las tecnologías cambian rápidamente, y mantenerse actualizado permite adaptarse y ser relevante.
- Desarrollo profesional y empleabilidad: el aprendizaje continuo permite adquirir habilidades que mejoran la empleabilidad y brindan una ventaja competitiva en el mercado laboral.
- Desarrollo personal: contribuye al crecimiento personal al ampliar perspectivas, mejorar habilidades de comunicación y fortalecer la resiliencia.
- Creatividad e innovación: mantenerse en constante aprendizaje fomenta la creatividad y la capacidad de innovar, lo cual es crucial en muchas profesiones.
- Satisfacción y motivación: aprender y desarrollarse genera satisfacción personal y puede mejorar la autoestima al alcanzar nuevas metas y conocimientos.
Además, el aprendizaje continuo no solo beneficia a nivel profesional, sino también personal. Al adoptar una mentalidad de crecimiento, las personas pueden ampliar su perspectiva, comprender mejor su entorno y desarrollar resiliencia frente a los desafíos.
A medida que el aprendizaje se convierte en un proceso de toda la vida, se potencia la creatividad y se promueve el bienestar general, al permitir que los individuos encuentren soluciones más innovadoras y efectivas a los problemas que enfrentan.
Para concretar y beneficiarte de estas ventajas, el experto en educación Villarroel aconseja:
– Establecer metas de aprendizaje: define qué te gustaría aprender y establece objetivos claros. Esto puede ayudar a mantener el enfoque y la motivación.
– Utilizar recursos en línea: plataformas como Coursera, edX, o LinkedIn Learning ofrecen cursos accesibles en una variedad de áreas.
– Leer regularmente: libros, artículos y blogs especializados en tu área de interés son excelentes fuentes de aprendizaje continuo.
– Buscar mentores y redes: relacionarse con personas que comparten tus intereses puede ayudarte a aprender de sus experiencias y conocimientos.
– Practicar lo aprendido: la aplicación práctica de nuevas habilidades o conocimientos es clave para retener y profundizar en lo aprendido.
– Reflexionar sobre el aprendizaje: tómate el tiempo para reflexionar sobre lo aprendido y cómo aplicarlo en tu vida diaria.
– Planificar tiempos de aprendizaje: integra el aprendizaje en tu rutina diaria o semanal, incluso si es solo unos minutos al día.
– Recoger y organizar lo aprendido: Llevar un registro o diario de aprendizaje puede ayudarte a revisar tus avances y a comprender mejor los temas.