Una de las áreas que más se benefició en los últimos años de los avances tecnológicos y la proliferación de inteligencia artificial (IA), aplicaciones y plataformas digitales diseñadas para la búsqueda, recopilación y gestión de información es, sin duda, el de la investigación científica y académica.
Ataviada con una bata de laboratorio, guantes de protección, gafas de seguridad y un barbijo que apenas deja ver su rostro, Alejandra Roca, profesional bioquímica e investigadora en su rama, asegura que las apps y la IA que utiliza redujeron y volvieron más eficiente su tiempo en el laboratorio en el que trabaja desde hace un par de años.
“Facilitan la investigación como tal. Dependiendo de la app, se agiliza el análisis de datos, ayuda con modelación, proyecciones, a resumir contenidos, identificar referencias, textos, imágenes y la traducción de literatura especializada que se encuentra en otros idiomas”, indica.
Las herramientas tecnológicas revolucionan la forma en que estudiantes, académicos e investigadores realizan su trabajo. Desde la gestión de referencias hasta la colaboración en tiempo real, estas aplicaciones simplifican y optimizan el flujo de trabajo de la comunidad académica e investigativa.
Lucía Alvarado, miembro del capítulo Bolivia de la Organización para las Mujeres en Ciencia para el Mundo en Desarrollo y coordinadora Nacional de Investigación de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, señala que, gracias a estas aplicaciones, los investigadores pueden tener un uso más eficiente de la gestión bibliográfica, entre otros beneficios.
“Hoy, la búsqueda de información ya se puede hacer de una manera más automática y en función de las preferencias de temáticas específicas. Una App te sugiere artículos e información bibliográfica científica validada para que vayas recibiendo y actualizando tu información bibliográfica”, afirma.
Apps y plataformas más utilizadas
Entre las múltiples aplicaciones disponibles, destacan algunas que se han convertido en herramientas imprescindibles para investigadores de todas las disciplinas.
Una de ellas es Zotero, un gestor de referencias gratuito que permite organizar, citar y compartir bibliografía de manera sencilla y eficiente. Con su capacidad para sincronizarse en la nube, facilita la colaboración entre equipos de investigación y el acceso a la información desde cualquier dispositivo.
Otra aplicación popular es Mendeley, que combina la gestión de referencias con una red social académica, permitiendo a los usuarios descubrir y colaborar con colegas de todo el mundo. Además de organizar y citar referencias, ofrece funciones avanzadas como la generación automática de bibliografías y la anotación de documentos PDF.
Por su parte, Google Académico se ha convertido en una herramienta indispensable para la búsqueda de literatura científica, ofreciendo acceso a una amplia gama de artículos académicos, tesis, libros y resúmenes de diversas disciplinas. Con su interfaz intuitiva y su capacidad para realizar búsquedas avanzadas, facilita la localización de fuentes relevantes para cualquier investigación.
Además de estas aplicaciones específicas, existen plataformas como ResearchGate y Academia.edu, que permiten a los investigadores compartir sus trabajos, conectarse con colegas y seguir las últimas tendencias en sus áreas de interés. Estas redes académicas no solo fomentan la colaboración y el intercambio de conocimientos, sino que también ayudan a aumentar la visibilidad y el impacto de la investigación.
Sergio Valenzuela, docente de Ingeniería de Sistemas de Unifranz, suma a estas herramientas a ChatPDF, que sintetiza libros, textos o papers en extensión PDF, sin importar qué tan largos sean.
“Tienes un ahorro de tiempo de lectura y de inversión porque esta herramienta extrae las ideas principales de un texto o responde a preguntas sobre la información que se encuentre en el documento. Su mayor ventaja es que analiza textos que se encuentren en cualquier idioma”, explica.
Además, hay otras apps al servicio de científicos y académicos que desean hacer más fácil y rápida su labor, tales como: SpringerLink que proporciona acceso a más de cuatro millones de documentos de revistas y libros electrónicos; Evernote que permite tomar notas en la computadora mientras se trabaja, y editarlas u organizarlas después en el celular; Trello que facilita la organización de trabajo grupal y personal o Grammarly que, en su versión gratuita y por suscripción, sirve para corregir la gramática, ortografía y puntuación, aunque su mayor valor radique en la recomendación de expresiones o construcciones de oraciones que se adapten al tipo de lenguaje que requiere un artículo, informe o paper académico.
“En el caso de la ingeniería de sistemas, por ejemplo, cuando estamos desarrollando códigos y hay ciertas librerías con las cuales no estamos muy familiarizados, recurrimos a estas apps para que nos digan cómo se utiliza una herramienta o librería específica. Las respuestas que nos dan son en base a las preguntas que hacemos, nuestros intereses y necesidades”, puntualiza Valenzuela.
En el área de la salud y la biología, la inteligencia artificial permite optimizar el tiempo en el cual se realizan ciertas investigaciones por medio de algoritmos eficientes, dice por su parte Lucía Alvarado.
“Por ejemplo, en mi área que es genómica, donde se tiene una cantidad increíble de datos, existen consorcios internacionales que están trabajando cada vez más para agregar información de más poblaciones. Estamos hablando de tener todo el genoma completo de poblaciones diversas. Eso nos va a permitir entender mejor los antecedentes genéticos de grupos poblacionales a fin de comprender mejor una enfermedad y otros fenómenos de la salud”, explica.
Se trata de algoritmos que están siendo entrenados con IA en la búsqueda de mutaciones que, en otras condiciones, habrían demorado años, pero que gracias a la inteligencia artificial se acortan tiempos, como sucedió durante la pandemia cuando en tiempo récord se lograron vacunas contra el Covid-19.
Las aplicaciones para la investigación académica han transformado la manera en que se lleva a cabo la actividad investigativa, proporcionando herramientas poderosas para la gestión de información, la colaboración y la difusión del conocimiento.