Maribel, Alicia y Mariela, estudiantes de tercer semestre de Bioquímica y Farmacia en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, recuerdan cómo durante el invierno el resfriado común se volvía casi inevitable entre sus compañeros. Tos persistente, dolor de garganta y malestar general eran parte del día a día. Fue en ese contexto que nació la idea de aprovechar el orégano, una planta presente tanto en la gastronomía como en los remedios tradicionales, para transformarla en un jarabe natural capaz de aliviar los síntomas del resfriado.
Así fue cómo desarrollaron un jarabe de orégano, una propuesta innovadora que ayuda a combatir la congestión nasal y los problemas respiratorios gracias a sus principios activos y propiedades antimicrobianas. Este proyecto obtuvo uno de los primeros lugares en las V Jornadas de Investigación de Unifranz 2025.
“Uno de nuestros propósitos fue investigar los principios activos del orégano porque ayudan al resfriado. El procedimiento incluyó la selección de la planta, la maceración y el uso del rotor evaporador para obtener los compuestos”, explica Maribel Apaza, integrante del equipo.
El orégano es una planta medicinal aromática que contiene aceites esenciales ricos en carvacrol y timol, compuestos con propiedades antimicrobianas, antiinflamatorias y expectorantes. Estas características lo convierten en un aliado natural para aliviar los síntomas del resfriado común.
Aunque el jarabe aún no está aprobado para el consumo, su elaboración es el resultado de un proceso de aprendizaje riguroso. “Nuestro objetivo fue elaborar cómo se hace un jarabe y demostrar que los principios activos pueden aliviar síntomas. En un futuro, con los controles de calidad adecuados, podría incluso llegar al mercado”, añade Maribel.
Aprender haciendo: la metodología detrás del proyecto
El jarabe de orégano forma parte de un reto académico incluido en el plan de estudios de la carrera de Bioquímica y Farmacia, basado en la metodología “aprender haciendo”. Cada semestre, los estudiantes deben resolver un desafío que integra varias asignaturas y exige aplicar sus conocimientos en la práctica.
“El proyecto involucró a cinco docentes que, desde sus materias, guiaron a los estudiantes en el proceso de investigación, extracción y formulación. En mi caso, me correspondió tutorizar al grupo que trabajó con el extracto de orégano para desarrollar el jarabe”, señala Karin Toro, docente de Fisicoquímica en Unifranz.
Para la académica, el valor del proyecto va más allá de la formulación: “Este tipo de experiencias desarrolla competencias científicas, pero también habilidades blandas como liderazgo, confianza y trabajo en equipo”.
Entre tradición y ciencia
La motivación de las estudiantes también se conecta con saberes ancestrales. Alicia Huanca Maquera cuenta que la idea nació de la experiencia cotidiana: “En casa nos daban infusiones de orégano para calmar dolores menstruales o resfríos. Eso nos inspiró a investigar más y comprobar científicamente sus beneficios. Aunque encontramos algunas dificultades, como su carácter contractivo, logramos obtener resultados alentadores”.
Este puente entre la tradición y la investigación científica abre la posibilidad de generar productos naturales, accesibles y efectivos. Como destaca Toro, la meta es “que quienes no tienen acceso a medicamentos costosos puedan encontrar alivio en un jarabe natural y económico”.
Una experiencia que abre camino al futuro
Para las estudiantes, el proyecto no solo significó cumplir con un reto académico, sino también recibir reconocimiento institucional. Mariela Medina comparte su entusiasmo: “Hemos llegado a la conclusión de que el jarabe de orégano puede aliviar el resfriado común gracias a sus principios activos. Haber ganado en las Jornadas de Investigación de la universidad nos motiva a seguir desarrollando productos, no solo jarabes, también cremas y otros derivados que puedan ayudar a la gente”.
El éxito alcanzado impulsa al equipo a imaginar un futuro en el que sus investigaciones puedan convertirse en emprendimientos innovadores con impacto social.
Ciencia que toca la vida cotidiana
El resfriado común es una de las afecciones más frecuentes y, aunque no suele ser grave, afecta la calidad de vida de millones de personas cada año. La investigación de los estudiantes de Unifranz demuestra que la ciencia, incluso desde las aulas, puede aportar soluciones prácticas y cercanas a la realidad de la gente.
“El aprendizaje no se queda en los libros, sino que se materializa en proyectos como este jarabe de orégano, que integra el conocimiento científico con las necesidades de la sociedad”, concluye Toro.
Así, un reto universitario se transforma en una propuesta que une tradición, innovación y vocación de servicio. Un jarabe que todavía no llega al mercado, pero que ya inspira a futuros bioquímicos a mirar más allá del aula y trabajar por la salud de su comunidad.