Creatividad que construye futuro: imaginar también es una forma de innovar
Por Jorge López
La creatividad ya no es solo una expresión artística, sino una herramienta capaz de transformar realidades. En Ciudad Creativa, espacio del Futures Week 2025, estudiantes, docentes y especialistas en diseño demostraron cómo las ideas pueden cobrar vida mediante la colaboración, la tecnología y el compromiso social. Lo que antes era una inspiración meramente individual hoy se entiende como una fuerza colectiva capaz de rediseñar el futuro.
“Los estudiantes están proponiendo una convergencia entre arte, ciencia y tecnología. De alguna manera están manifestando las necesidades de la ciudad y planteando respuestas innovadoras a través de intervenciones urbanas que promueven la cultura y la identidad paceña”, explicó Mayra Asensio Calderón, representante del Fab Lab Perú y mentora de este eje de trabajo.
El Futures Week 2025 es una plataforma internacional impulsada por la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), nodo Bolivia del Millennium Project, que fomenta el pensamiento de futuros mediante la reflexión, la creatividad y la acción colaborativa. Su propósito es inspirar a los jóvenes a participar activamente en el diseño de ciudades más humanas, sostenibles y tecnológicas.
En su edición 2025, el evento abordó cinco ejes de transformación para la ciudad de La Paz: ciudades saludables, cultas, conscientes, creativas y tecnológicas. La iniciativa integró a estudiantes, expertos y organizaciones que co-crean soluciones a los desafíos del siglo XXI. Los participantes experimentaron la metodología de la simbiocreación, un enfoque que sustituye la competencia por la colaboración e integra diversas perspectivas en torno a un propósito común.
“La fabricación digital no se trata solo de máquinas, sino también de las personas. Dentro de la Ciudad Creativa usamos la metodología de simbiocreación, que nos permite converger en las ideas sin competir. El error y la experimentación son catalizadores que enriquecen cada propuesta, porque de ellos nacen las mejores soluciones para las problemáticas planteadas”, señaló Asensio.
En este proceso, los jóvenes desarrollaron cuatro proyectos orientados a revalorizar los espacios públicos y fortalecer el sentido de pertenencia de los paceños. Desde intervenciones urbanas centradas en el arte y la gastronomía hasta instalaciones culturales interactivas, cada propuesta se convirtió en un ejemplo de cómo el diseño puede vincularse con la vida cotidiana y la identidad local. La creatividad, entendida como acción, fue el hilo conductor del taller.
“Las propuestas de los alumnos surgen de la observación directa de su entorno y del uso de nuevas herramientas tecnológicas. Es importante mezclar la innovación con la responsabilidad social y ambiental, porque si seguimos en prácticas obsoletas no lograremos avanzar hacia nuevas soluciones”, destacó Asensio.
Desde la mirada académica, Rómulo Wálter Reyes Villa, docente en las carreras de Periodismo y Diseño Gráfico y Producción Crossmedia en Unifranz, explicó que Ciudad Creativa no solo promueve la experimentación, sino también la aplicación de metodologías que fortalecen el pensamiento de diseño. Para él, la universidad debe ofrecer a los estudiantes herramientas que les permitan diseñar su propio futuro y convertir la innovación en una práctica concreta y constante dentro del aprendizaje.
“En Unifranz aplicamos metodologías como la sinéctica, la lluvia de ideas y el design thinking, que combina pensamiento analítico con sensibilidad social. Este método permite validar las ideas con la comunidad y rediseñarlas hasta lograr aceptación social. Así, los estudiantes no solo aprenden a crear, sino a entender cómo sus propuestas pueden mejorar la vida de las personas”, explicó Reyes Villa.
El experto recordó además que el concepto de Ciudad Creativa surgió en 2004 con la iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) para promover urbes que impulsen su desarrollo económico a través de la cultura y la innovación. Más de 400 ciudades forman parte de esa red mundial, y La Paz, según afirma, tiene potencial para sumarse si continúa fortaleciendo su ecosistema creativo con espacios como el Futures Week.
“Los estudiantes están trabajando sobre el futuro de La Paz con una visión de largo plazo. Sus ideas apuntan a que la ciudad pueda ser reconocida como una Ciudad Creativa, al igual que otras 408 urbes del mundo que ya promueven la cultura como motor de desarrollo sostenible”, concluyó el docente.
En cada intervención, los jóvenes demostraron que diseñar es también una forma de compromiso. La combinación de arte, tecnología y sensibilidad social permitió crear prototipos que trascienden el aula y dialogan con la ciudad. Ciudad Creativa no fue solo un taller, sino una declaración generacional: imaginar, hoy más que nunca, también es una manera de innovar.